¡Quiero ser Cándido Méndez!
Todo acto tiene sus consecuencias, menos para los sindicatos . En política, pierdes (o incluso ganas de manera insuficiente) y te vas a tomar viento; en el deporte, pierdes y desciendes; en el trabajo, fracasas y se trunca tu carrera; en el matrimonio, llegas tarde a casa y te quedas en la puerta. En la vida, los errores se pagan. Y no suele haber una segunda oportunidad. Menos para los sindicatos.
Convocan una huelga general, se equivocan, pierden, fracasan y la consecuencia es ninguna. De manera que van por la vida con un colchón bajo el brazo, que pagamos los demás.
Los sindicatos tratarán de convertir el fracaso en triunfo
El fracaso de la huelga general, que UGT y Comisiones Obreras tratarán de convertir en triunfo a su manera , no obligará a Cándido Méndez ni a Ignacio Fernández Toxo a salir por la puerta con el rabo entre las piernas.
Seguirán igual: cuando toque, convocarán otra huelga general , financiada en gran parte con el dinero de todos los españoles. Volverán a lanzar sus proclamas incendiarias y luego nada. Nada, nada y nada. Y así siempre: es lo que tiene el sindicalismo de clase. Que está por encima del bien y del mal. Mañana, nada. Bueno sí: España habrá perdido cuatro mil millones de euros. Nada mas.
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