Guerra sin cuartel por el recurso más usado después del agua: la voracidad global la convierte en un activo en peligro
Móviles, microchips de silicio, plástico, pintura... son solo algunos de los usos que tiene la arena y que revela que es oro en grano
Cada año se extraen 50.000 millones de toneladas y la voracidad por esta materia prima, omnipresente en nuestras vidas, amenaza unas reservas que están lejos de ser infinitas
![Cada año se extraen 50.000 toneladas, según las estimaciones de la ONU](https://s3.abcstatics.com/media/abc/abcnacional/2023/04/02/arena-kQU--1240x698@abc.jpg)
Móviles, microchips de silicio, plástico, pintura, ruedas, desde la fabricación de bebidas a la extracción de hidrocarburos, pasando por la preparación de medicamentos, paneles solares o pasta de dientes… Son solo algunos de los múltiples usos que tiene en nuestra vida la arena y que ... revelan que es oro en grano. Kiran Pereira, fundadora de Sandsotries.org , establece que este material «es casi como el aire que respiramos. No pensamos mucho en él, pero no podemos vivir sin él». Es el segundo recurso más utilizado en el mundo, después del agua.
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A nivel mundial, la ONU estima que cada año se extraen 50.000 millones de toneladas de este material, suficientes para construir un muro de 27 metros de ancho y 27 metros de alto que dé la vuelta al planeta. Una cantidad muy superior a la del consumo de petróleo, que es de unos 3.400 millones de toneladas. Y entre sus principales usos destaca en la construcción de las megalópolis actuales , porque cada estructura de hormigón supone, al fin y al cabo, toneladas de arena y grava unidos por cemento.
China ha consumido más arena en los últimos años que toda la usada por EE.UU. durante el siglo XX. «En la India hay redes ilícitas de extracción de arena, de hecho se habla de auténticas mafias de la arena y se considera que han muerto cientos de personas por este conflicto», afirma Aurora Torres
La arena puede ser encontrada en playas, glaciares, océanos, incluso en la lava volcánica, y también se pueden producir a base de la trituración de rocas como el granito, caliza o basalto. Pero el apetito desmedido por este recurso hace que los lechos de los ríos y las playas de muchos países estén quedando al descubierto. Denis Delestrac, autor del documental multipremiado ‘Guerras de la arena’, asegura que la industria en torno a la extracción de este recurso está valorada en unos 70.000 millones de dólares . Y como matiza el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo , pese a que sea un recurso omnipresente «se asume incorrectamente que las reservas son infinitas».
Según Pascal Peduzzi , director científico del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, «nuestra sociedad está literalmente construida sobre arena. Sin embargo, es como el elefante de la habitación», algo que pasa desapercibido pra todo el mundo frente a otros temas como puede ser el litio, el oro, el petróleo... Una muestra de esa necesidad rampante es que China ha consumido más arena en los últimos años que toda la usada por EE.UU. durante el siglo XX. El gigante asiático acumula la mitad de todo el comercio internacional.
Aurora Torres, coautora del informe de la ONU e investigadora postdoctoral en la Universidad Católica de Lovaina, apunta que el aumento de la población ha contribuido a este vertiginoso crecimiento. En algunas partes del mundo han empezado a surgir conflictos y se espera que el consumo de este recurso vaya a más, duplicándose en el futuro. «En la India hay redes ilícitas de extracción de arena, de hecho se habla de auténticas mafias de la arena y se considera que han muerto cientos de personas por este conflicto en el país», afirma Torres.
César Luaces, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Áridos (Anefa), señala que en el caso de las arenas y las gravas, que en el mundo latino se conocen como áridos cada europeo consume seis toneladas al año. La explotación indiscriminada en diversos países hace que hablemos «por ejemplo de camiones que llegan a la playa y unos individuos con palas se la llevan, y con eso comen ese día», ilustra Luaces. También se está succionando arena con buques que peinan los océanos.
Torres apunta que la mayor parte de la extracción y los conflictos generados se producen en los ríos , propagando la erosión de los lechos. «Uno de los lugares donde esto es más notable es en el delta del Mekong , en el sudeste asiático, que podría acabar hundiéndose con la intrusión salina, generando problemas de inundación. Alterando los ecosistemas, incluido el suministro de alimentos y agua limpia ». Pero los impactos ambientales no solo están ligados a la extracción, también hacia la expansión hacia el mar con islas artificiales.
Ganando terreno
El caso de Dubái con la Palmera Jumeirah es paradigmático porque se planeaba usar arena del Sáhara, pero la de los desiertos no tiene calidad para la construcción y se tuvo que importar. La mayor parte del consumo de este material es a escala local, pero este caso supuso un cambio. La situación también se da cuando el país es pequeño, como Singapur y depende de la importación. La depredación de este país, que ha doblado su población ha impulsado la transformación de 130 km2 de agua en tierra, robando arena de Tailandia, Camboya o Malasia. Se le acusa de la desaparición de veinte islas en unos pocos días en Indonesia y de disparar el precio de este recurso un 200%. La arena también ha sido útil como barricada para evitar inundaciones en países como Holanda.
En España, y en el marco de la UE, se cuenta con una legislación robusta que, en palabras de Luaces, impide un uso indiscriminado de este material. «La extracción de arena marina está prohibida, salvo para regenerar una playa , porque especialmente con el cambio climático estamos viendo que hay temporales y una subida del nivel del mar que les afecta. Por eso, llevamos décadas trabajando en economía circular y estamos promoviendo el uso de áridos reciclados y artificiales», explica. Pero Pilar Marcos, portavoz de Greenpeace, defiende que la regulación «no evita la sobreexplotación. Especialmente en puntos tan turísticos como la Costa del Sol o la Costa Brava» . E incide «perder ese suelo genera un impacto en cascada de los ecosistemas en donde se está robando esa arena. Y hay seres vivos que dependen de ese sustrato arenoso. Aurora Torres señala «el caso de la playa de las Teresitas, en Tenerife , donde para regenerarla parece ser que Marruecos exporta arena saharaui sin permiso».
Alternativas
En este panorama, se está rebasando la capacidad regeneradora de la naturaleza. Así para construir una casa se necesitan 200 toneladas de arena y cada kilómetro de autopista requiere de 30 mil toneladas. La sobreexplotación conlleva sequías, vulnerabilidad frente a tormentas o proliferación de enfermedades infecciosas. Y en países sin reglamentación la arena no se trata para la construcción, convirtiendo los edificios que se levantan en trampas en peligro de derrumbamiento. Por eso se ha planteado usar subproductos de residuos que puedan añadirse al hormigón: plástico, cenizas volcánicas, vidrio reciclado, calentar el grano de los desiertos para hacerlos aptos para la construcción...
En esta búsqueda de alternativas destaca un proyecto español, Eco-Sandfill , liderado por Azterlan , centro de investigación metalúrgica de Vizcaya. Clara Delgado, una de las investigadores , ha estudiado cómo reaprovechar residuos de arena de fundiciones de metal para usarla en la construcción o fabricación de cemento. Una tonelada de arena residual de fundición reciclada evitaría la emisión de 262 kg de CO2. Para Torres, «el hecho de que la arena, siendo en un recurso tan abundante, se haya convertido en un reto de sostenibilidad nos da idea de la trayectoria que llevamos , pero aún así hay oportunidades para intervenir y cambiar el rumbo».
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