EL «déjá vu» de Grecia sacude a Europa
Segundas partes nunca fueron buenas. Grecia se enfrenta ahora a un segundo rescate o... no

El hecho de que la maltrecha Grecia vuelva a necesitar ayuda del resto de socios europeos y del Fondo Monetario Internacional tan sólo un año después de que inaugurara la «Europa de los rescates», con la línea de créditos que se le concedió de 110.000 millones de euros, ha hecho saltar todas las alarmas, y no es para menos. Todo apunta a que la estrategia seguida desde hace un año para atajar la grave crisis de la deuda en la Eurozona, y que puso en serio riesgo la supervivencia del propio euro, no está dando resultado o, lo que es lo mismo, el método de los rescates impuesto por Alemania al resto de socios no ha funcionado . No sólo de rigor vive el hombre.
La cuestión es que los rescates internacionales, que se aplicaron también después a Irlanda y en los próximos días a Portugal, se dan a cambio de un durísimo plan de ajuste en los países que los reciben para reducir el déficit público, aumentar los ingresos de las arcas del Estado y hacer una serie de reformas estructurales de calado. Y el cóctel de estas tres cosas sume aún más en la crisis económica a corto plazo aunque, según los expertos, supone la garantía del equilibrio presupuestario, del crecimiento económico y de la creación de empleo a medio y largo plazo.
Vencimientos sin pago
Pero en el caso de Grecia se dan varios factores que hacen que la situación sea más compleja si cabe porque, más allá de las necesidades de financiación para hacer frente a los vencimientos de los títulos de deuda en 2012 y 2013, que algunas fuentes han calculado en otros 60.000 millones de euros suplementarios, ahora hay dudas sobre que pueda recibir el quinto plazo del rescate que se le concedió en mayo del año pasado, de 12.000 millones de euros, que son imprescindibles para que el país heleno pueda hacer frente al pago de los 13.700 millones de euros que tiene pendientes en vencimientos en las próximas semanas.
Y la razón de estas dudas está en que, según todos los indicios, el Gobierno de Atenas no ha cumplido con varios de los compromisos que adquirió a cambio del dinero anterior, entre los que destaca un ambicioso plan de privatizaciones por el que Estado ingresaría 50.000 millones de euros extras.
Los mercados atacan de nuevo a la deuda helena a 10 años, con un interés superior al 15%
Así las cosas una nueva misión de la «troika» formada por técnicos del Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea se encuentra estos días en Atenas para estudiar de cerca la situación y hacer un diagnóstico que, posteriormente, pasará a la mesa del Consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea, el Ecofin, que analizará toda la información y, más que probablemente, a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, en principio prevista para finales de junio.
En este contexto, y como era de esperar, los mercados están atacando de nuevo a los títulos de deuda griegos a 10 años exigiéndoles un tipo de interés de hasta el 15% por los bonos a largo plazo, un precio imposible de pagar para el Tesoro heleno. De hecho, desde que Grecia fue «rescatada» el año pasado el coste de su financiación en los mercados de capitales ha alcanzado récord, al igual que en Irlanda y dentro de muy poco se supone también en Portugal.
Todo esto da como resultado la comprobación empírica de que los rescates internacionales de la UE y el FMI, con un rigor de clara inspiración alemana, no han funcionado y que, por tanto, hay que buscar una solución estructural y sostenible a nivel social.
Rescatar a tipos más bajos
Según los analistas la solución podría ir por un plan de rescates financieros, en la misma línea de préstamos actual, pero a unos tipos de interés más bajos (ahora van de entre el 4% de Grecia a cerca del 6% que paga Irlanda) y, sobre todo, con unos plazos de amortización más largos, de tal manera que los Gobiernos de estos tres países no se vean obligados a asfixiar económicamente a sus ciudadanos con mayores recortes de servicios sociales y subidas de impuestos, en aras de la sostenibilidad social, un concepto que no es muy popular entre los ministros de Economía europeos.
Y, mientras todo esto se debate a lo largo y ancho de las cancillerías europeas, sigue planeando el fantasma de que Grecia pueda finalmente no hacer frente a sus pagos y tenga que reestructurar su deuda , lo que sin duda sería la peor solución ya que la onda expansiva afectaría a todos los países de la Eurozona elevándoles el coste de financiación en los mercados, y al euro en sí mismo que pasa por horas bajas frente al dólar fruto de toda esta situación, además a los bancos alemanes, franceses y al propio BCE, tenedores todos ellos de títulos de deuda helena.
Grecia, ¿fuera del euro?
Otra de las opciones sobre las que se ha especulado, como la posible salida de Grecia del euro, es simplemente impensable porque no supondría ninguna ventaja para ese país, que seguiría manteniendo su enorme deuda en euros, nada menos que 327.000 millones, frente a su moneda local (el dracma) que a todas luces tendría muy poco valor.
Sin embargo algo se mueve en Bruselas ya que hay posibilidades de que, vistos los resultados, los ministros de Economía del Eurogrupo —este lunes— y de toda la Unión Europea al día siguiente —martes—, den una señal de que están dispuestos a levantar algo la presión sobre los países con dificultades financieras.
Tal vez este lunes los ministros del Ecofin aprueben levantar la presión sobre los intervenidos
La manera de hacerlo será probablemente mediante una rebaja del tipo de interés del rescate irlandés, nada menos que en el 5,8%, a cambio de que Dublín haga alguna concesión en materia fiscal ya que este país tiene el gravamen del impuesto de sociedades más bajo de toda Europa, del 12,5%, y desde el resto de capitales se ha acusado al «tigre celta» de hacer competencia fiscal desleal, extremo que ha negado siempre Dublín aludiendo a su autonomía en materia de impuestos aunque ahora, y dada la situación, podría hacer un gesto no subiendo el gravamen pero sí por ejemplo ampliando la base del impuesto, lo que es una subida indirecta.
Se espera también que en la reunión del Eurogrupo se apruebe de manera definitiva el rescate de Portugal, que tendrá forma de préstamos por importe de 78.000 millones de euros en tres años a un tipo de interés de alrededor del 5,5%.
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