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Davos pide que se supervise la nueva economía sin caer en el proteccionismo

Davos pide que se supervise la nueva economía sin caer en el proteccionismo

La supervisión y regulación de mercados nunca había sido apetecible al Foro Económico Mundial y tampoco los políticos solían lograr preeminencia sobre los grandes empresarios. Ahora quieren cooperar juntos en una nueva arquitectura financiera, que evite cataclismos como éste que aún no saben cómo terminará. Desde Putin en la inauguración, lo han repetido: «Estamos todos en el mismo barco».

En la cumbre de Davos 2009, que quiere ser la de un nuevo orden para después de la crisis, los financieros han adoptado la discreción y los políticos han tomado el estrado. Lo cierto es que la sobra del proteccionismo se cierne sobre el comercio y las finanzas, según alertaron todos los expertos ayer en la localidad suiza.

El proteccionismo fue el asunto que dominó el último día de debates en Davos, hasta el extremo que los representantes de la Organización Mundial del Comercio, con su presidente a la cabeza, Pascual Lami, se reunió con los ministros de Comercio de una veintena de países para analizar el problema. Todos coincidieron es que es más necesario que nunca sacar adelante la Ronda de Doha. De conseguirse se daría una gran señal de confianza a la economía mundial.

Todos daban soluciones al problema de la crisis. Los jefes de Gobierno alemán y británico han pedido un órgano de supervisión global, incluso un Consejo Económico de Seguridad en la ONU, según precisó Merkel. Pero alertan contra el nacionalismo económico, empezando por la nueva Administración de Obama.

El suizo Leuthard, que presidía la cita, dijo que se reunirán antes de la cita del G20 de abril, «la apertura de los mercados es lo mejor que podemos hacer para combatir esta crisis».

Crisis de confianza

Para el presidente de BT (British Telecom) en Europa, Latinoamérica y Oriente Próximo, Luis Álvarez, ésta es «antes que nada una crisis de confianza, en las entidades, los reguladores, los productos financieros...». Álvarez, que confió a este diario sus conclusiones, cree que «lo más importante es restaurarla» y eso empieza porque «no haya más sorpresas y sí transparencia, identificar los problemas, aislarlos y dar con soluciones».

Pero en Davos «no he oído ninguna fórmula mágica, sólo ideas», asegura Álvarez, para quien debería restaurarse la confianza por medio de los valores, como subrayó el presidente del Foro pidiendo «la vuelta a valores de verdad: que hay que trabajar para cobrar».

También hizo un llamamiento a la inversión en educación y salud, que es apostar por la calidad del futuro, y «no en planes vistosos para la pequeña obra local», que crean trabajo inmediato, «en vez de crear servicios nuevos que aporten un valor añadido» al municipio, dice Luis Álvarez, criticando las iniciativas españolas.

Entre las conclusiones también hubo referencia al G20, que se reunirá en abril. Los bancos tendrán que ofrecer incentivos para evitar riesgos excesivos, asegurar una gestión de riesgo prudente y limitar las retribuciones a los ejecutivos, como se acordó en Washington.

Pero en abril se deberán concretar los principios comunes, así como las acciones para reformar los mercados financieros. Algunos expertos, como el Nobel Ned Phelps, pidieron no invertir en los consumidores sino incentivar a las pequeñas empresas que son las que además de vender dan de comer.

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