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«No contrataré más controladores mientras no crezca el tráfico»

«La negociación con el colectivo de los controladores fue un fracaso», dice Juan Ignacio Lema, presidente de AENA

VÍCTOR LERENA

R.J. JIMÉNEZ / L. M. ONTOSO

El presidente de AENA, Juan Ignacio Lema (Santiago de Compostela, 1949) hace balance con ABC de uno de los años más convulsos en los aeropuertos españoles. La crisis de los controladores llevó al Gobierno a tomar una de las medidas más contundentes de la historia de la democracia: la militarización del espacio aéreo y la consiguiente declaración del estado de alarma. Lema defiende ahora el modelo de liberalización que permitirá hacer del gestor aeroportuario un grupo rentable a «medio plazo».

—¿Cree que con la liberalización del control se evitarán nuevos plantes por parte de los controladores?

—Esperamos que la situación que se vivió recientemente con ese plante salvaje no vuelva a producirse nunca más, con liberalización o sin ella.

—¿En qué situación se encuentran los expedientes abiertos?

—Siguen su trámite normal. Se están llevando a cabo, como no podía ser de otra manera, con todas las garantías procesales y jurídicas y con el ritmo que deben seguir.

—¿Se muestran los controladores más dispuestos a negociar ahora?

—Estamos observando, al menos, una disposición mayor. Notamos más ganas de cooperar y, de hecho, el martes firmamos un compromiso por el cual nos emplazamos a negociar con buena voluntad y una mayor disposición de llegar a un acuerdo el 31 de enero. En el caso de que no haya consenso, el árbitro deberá decidir sobre aquellas puntos conflictivos.

—¿Se sabe quién será ese árbitro?

—No se ha decidido todavía. Por ahora no hay nombres.

—Pero confía en que el árbitro sea de consenso...

—Confío en que sí. Nuestro deseo es que sea un arbitraje voluntario, aceptado de común acuerdo, aunque lógicamente las decisiones del mediador serán de obligado cumplimiento.

—¿Cree que la palabra de los controladores ha perdido valor después de lo ocurrido?

—No me atrevo a decir que su palabra haya perdido valor, pero el movimiento se demuestra andando. Y los controladores, al menos hasta ahora, no utilizaron nunca los mecanismos que les da el Estado de Derecho para defender sus reivindicaciones.

—Insisto en el proceso de negociación. ¿Fue el estado de alarma el reconocimiento de un fracaso?

—El estado de alarma fue la respuesta del Gobierno democrático a lo que consideró un chantaje intolerable. Lo que sí fue un fracaso fue la negociación, el hecho de intentar conseguir un sistema más eficiente a través del diálogo, debido a que hubo un bloqueo continuo por parte de USCA.

—Si asume que fue un fracaso, ¿no contemplan ni AENA ni el Gobierno depurar responsabilidades?

—Creo que estoy hablando con absoluta claridad. El único responsable del fracaso fue el colectivo de los controladores. Por ello, Gobierno y Parlamento determinaron aprobar la modificación del sistema de navegación aérea. Esa es la realidad. Mientras se utilicen fórmulas legales se responderá con la legalidad. La huelga es un derecho que se debe respetar. Únicamente en el caso de un chantaje como este, el ciudadano tiene el derecho a que se lo proteja y, por supuesto, el Estado tiene derecho a poner los mecanismos oportunos.

—¿Sienta la militarización un precedente para otras protestas?

—No. La de los controladores no fue una protesta ni una huelga. Fue un verdadero chantaje, un acto antidemocrático. Por tanto, no creo que sea un precedente para ningún caso.

—Si las condiciones que ofrecen los nuevos prestadores son inferiores a las de AENA, muchos de ellos podrán pedir el traslado a otro centro del ente. ¿Esta situación no impediría lograr la rebaja de costes que persigue la liberalización?

—Dependerá de las condiciones personales de cada uno. Estoy seguro de que algunos renunciarán a un mejor salario a cambio de continuar viviendo en el mismo sitio. Pero, en todo caso, AENA reabsorberá a los que no se marchen. El relevo se va a producir gracias a las jubilaciones y al crecimiento del tráfico.

—¿Están previstas prejubilaciones?

— No, en principio no.

—¿Las condiciones que se van a ofrece a esos controladores que va a reabsorber AENA van a ser las mismas que tienen ahora?

—Las que están recogidas en el convenio, en el que hemos garantizado una retribución salarial media de 200.000 euros a los controladores operativos en 2011.

—¿Cuántos controladores prevé incorporar AENA en 2011?

—Este año AENA va a contratar a 28 controladores que han recibido su título en diciembre. Con esas nuevas incorporaciones no necesitaríamos más controladores. Es decir, no contrataríamos más hasta que el tráfico crezca lo suficiente. Si, según los estudios operativos que hacemos constantemente para asegurar la seguridad y la calidad, no necesitamos más, no contrataremos a más.

—¿A qué se destinará el dinero de la privatización parcial de AENA?

—Eso no lo puedo contestar yo. Lo debería responder el propietario de AENA, que es el Gobierno. A mí me gustaría que fuese a parar a AENA para poder amortizar deuda o dedicarlo a su desarrollo.

—¿Supondrá la privatización la desaparición de los aeropuertos más pequeños?

—No. En principio AENA Aeropuertos seguirá gestionando los 47 aeropuertos de la red. Otra cosa es que alguno lo gestione a través de concesiones. El global de la red sigue siendo viable. Lo que se espera con la nueva sociedad es un marco jurídico más flexible. Para alguien que quiera invertir a medio plazo, AENA es una buena inversión. Si yo tuviera dinero, invertiría en AENA.

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