Leopoldo Fernández Pujals: un alquimista para los negocios

«Donde me tires, yo nado», ha dicho en alguna ocasión Leopoldo Fernández Pujals. El presidente y dueño de Jazztel se ha zambullido en negocios tan dispares como el de la comida rápida, las «telecos» y los caballos. Y lo que ha tocado esta suerte de alquimista lo ha convertido en oro. Con la venta de Jazztel a Orange cierra su segunda gran jugada empresarial. Y, de nuevo, con pingües ganancias.

Hijo de españoles emigrados a Cuba, su padre era notario y su madre arquitecta, pero a los 13 años puso rumbo al exilio. Si en La Habana tenía un nombre, en Miami era solo un número: se alistó y combatió en Vietnam. A su regreso a EE.UU. terminó estudios financieros y luego, trabajando para Johnson & Johnson, llegó a España.

Admira y aplica la cultura empresarial y laboral americana. Compaginando su trabajo en la citada multinacional, abrió en 1987 en el madrileño barrio de El Pilar un local de pizzas que daba a probar a los muchachos del distrito. Cuando logró el secreto de la masa acababa de fundar Telepizza, que empezó a extenderse vertiginosamente por España -seis de cada diez pizzas en España salían de sus cocinas- y acabó dando el salto al Ibex. La había creado con 372.000 euros y la vendió, en 1999, por 360 millones.

Usó parte de esos beneficios, 61 millones, para comprar en 2004 acciones de un operador a la deriva: Jazztel . Creciendo en clientes y resultados año a año, las acciones de la «teleco» se han revalorizado en una década de 2,60 a 13 euros. Pujals, con 68 años, se embolsará 490 millones con esta operación, previsiblemente la que marque su retiro. Ahora le esperan en Sogovia sus más de 650 caballos, la mayor yeguada de España.