Cómo detectar al próximo Gowex
El supervisor, el auditor y los demás agentes de control de un mercado regulado no fueron capaces de captar las cuentas falsas de Gowex

En sus libros, Gowex era omnipresente. Su red se extendía por 100.000 puntos wifi en todo el mundo. En las calles y parques, no obstante, su presencia se reducía a 5.000 lugares de acceso. Gran parte de la desconexión entre la realidad y la situación de la firma de Jenaro García residía en las páginas de las cuentas, auditadas y presentadas cada año. Ante su auditora, M&A, a la que pagaba una décima parte de lo que destinaban sus competidores a que auscultaran sus cuentas. Ante su asesor registrado, Ernst & Young. Ante el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), propiedad de Bolsas y Mercados Españoles (BME). Ante el supervisor, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ingresos virtuales, información pública ante la que todos los controles fallaron.
El mercado se autorreguló desde un blog. La semana pasada, la firma norteamericana Gotham City Research publicó en su página de Wordpress un informe demoledor denunciando que el valor de Gowex era similar a lo que pedía por conectarse a su red wifi: nada. A la firma con nombre de ciudad de cómic se le acusó de conflicto de intereses y la CNMV abrió una investigación, ya que Gotham tiende a publicar informes demoledores sobre compañías sobre las que ha apostado en contra en las llamadas ventas en corto.
«Auditores, reguladores, abogados, bancos de inversión y otros raramente detectan los fraudes. "Insiders" e inversores a corto, sí», arremetió Gotham en una carta publicada tras la confesión del presidente de Gowex, Jenaro García, de haber falseado los números de su empresa durante los últimos cuatro años. La revista norteamericana «Forbes» calcula que los llamados «bajistas» ganaron 40 millones de euros en un fin de semana por apostar contra la empresa tecnológica y desempeñar la labor de los fallidos reguladores.
Tras la caída del ya antiguo caso de éxito tecnológico español, los encargados de vigilar a una empresa que llegó a valer unos 1.400 millones de euros quedan en cuestión. «En primer lugar, el auditor sobre las cuentas de Gowex . En segundo lugar, la entidad que la coloca en el mercado. En tercer lugar, el asesor registrado», enumera Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
El primer sospechoso ha sido el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), donde cotizaba Gowex. Este índice, supervisado por la CNMV, se lanzó en 2009 con la intención de incentivar que las pequeñas y medianas empresas acudieran a los mercados para obtener financiación. Por ello, con el fin de abaratar costes para empresas de reciente creación y menor tamaño, a cambio tiene unos requisitos de información más laxos frente al mercado continuo o el Ibex 35, a imitación de lo que ocurre en otros índices europeos para pequeñas y medianas empresas. De hecho, Gowex también cotizaba en mercados secundarios de Francia y de Estados Unidos, y la CNMV ya ha solicitado información a sus homólogos.
De ahí que el ministro de Economía, Luis de Guindos , anunciara endurecer los requisitos de información del MAB para asegurar que las cuentas que se presentan se ajusten a la realidad, incrementar las responsabilidades de la entidad rectora del índice (BME) y aumentar los controles sobre la rectora por parte de la CNMV. También se pretende forzar a las empresas con una facturación superior a 500 millones de euros que coticen en el mercado alternativo que pasen al continuo. En la actualidad, si se excluye Gowex, solo Carbures podría alcanzar esa cifra.
«No me parece bien que las pequeñas empresas cotizadas tengan menos exigencias en cuanto a información y supervisión. Si todas están sujetas a los mismos controles atraerán más inversores y aportarán más confianza al sistema», considera David Wright, secretario general de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés), organismo en el que está integrado la CNMV.
En lugar de presentar cuentas auditadas cada tres meses, las empresas que cotizan en el MAB deben aportar sus memorias semestrales, lo que conlleva menores costes. Además, junto a una auditora, las compañías del MAB deben tener un asesor registrado que, de acuerdo a BME, «debe valorar la idoneidad de las empresas interesadas en incorporarse al segmento Empresas en Expansión y asesorarles en el cumplimiento de las obligaciones que les corresponderán y en la elaboración y presentación de la información financiera y empresarial requerida para actuar en el citado segmento».
Desde, asesor registrado de Gowex, defienden que su función es servir de «correa de transmisión entre el mercado y la compañía» y tan solo asegurar que la firma presenta la información necesaria en el plazo y cumple las obligaciones formales, pero que no debe entrar a verificar los balances, tarea del auditor. «Habría que clarificar las funciones de esta figura», denuncia Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). En Francia también existe, y en el caso de Gowex, su asesor fue Avenir Finance.
Un índice en cuestión
Martín de la Cruz, analista de Mabia, señala que el problema no es que los requisitos sean más laxos, sino asegurar que estas condiciones se cumplan. «Con 23 compañías cotizando, el MAB debería controlar más a las auditoras».
Tras la caída de Gowex, la desconfianza en los controles del MAB provocó caídas en las empresas que comparten parqué con la empresa de Jenaro García. Muchas se apresuraron a anunciar su salto al mercado continuo o de contratar a una gran auditora de las cuatro grandes (KPMG, Ernst & Young, Pwc y Deloitte). La propia Gowex, de hecho, encargó a PwC auditar sus cuentas tras el informe de Gotham.
En este sentido, las miradas también se dirigen hacia la CNMV como supervisor del MAB, sobre todo tras dos casos recientes de cuentas falseadas en dos cotizadas del tamaño de Bankia y Pescanova. Dudas que afectan a la credibilidad de España como destino de inversión. «Desde el punto de vista internacional se está destacando el gol que han metido a los reguladores, no el fraude en sí», denuncia Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios de la Asociación Europea de Inversores Profesionales (Asinver), que ha demandado ante la Fiscalía del Estado a Gowex y a su consejo de administración. La denuncia se extiende a M&A Auditores, a BME y al asesor registrado Ernst & Young.
«Nadie espera acertar siempre en su inversión, pero lo que no se asume es el fraude, sobre todo en un mercado regulado. No es una inversión a ciegas, uno espera cierta información y transparencia. Lo que resulta sorprendente es que solo con información pública en internet alguien a miles de kilómetros haya sido capaz de detectar el fraude , mientras que las personas que en virtud de sus funciones de supervisión y acompañamiento tenían acceso a los documentos internos de la empresa no lo han detectado», lamenta Flores.
«Otro de los responsables es el colocador de las acciones de Gowex», resalta Bernal. Cuando Gowex salió al MAB en 2010 por valor de 36 millones de euros, la colocó Caja Madrid Bolsa, posteriormente renombrada como Bankia Bolsa y vendida el año pasado a General de Valores y Cambios (GVC) con el nombre de Beka Finance. Precisamente, Caja Madrid Bolsa fue condenada en el caso Gescartera con 12,2 millones como responsable civil del agujero patrimonial. Posteriormente, al ampliar capital en 2012, Aurel GDC también colocó acciones de la firma. Tanto Aurel GDC como Beka Finance continuaban recomendando invertir en Gowex días después de que Gotham anunciara el fraude.
Asimismo, empresas públicas como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) concedieron líneas de crédito a Gowex por valor de 8,92 millones, si bien en este caso los responsables son las entidades financieras a las que pertenece el crédito en última instancia. La banca dio a la empresa de Jenaro García préstamos por valor de cerca de 30 millones de euros. Sin embargo, como explica el catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School, Santiago Carbó, estas entidades simplemente «emplearon la información proporcionada. Si la verificación del auditor falla, poco hay que achacarles».
Sobre si el Gobierno puede hacer más por prevenir los fraudes, Flores cree que «la legislación es suficiente. pero se pueden definir más las funciones y las responsabilidades de los agentes». Bernal lo compara con el tráfico: «Siempre habrá un peatón que se salte las normas».
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