Una España para comérsela, los productos más destacados de regiones líderes
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Una España para comérsela, los productos más destacados de regiones líderes

La agroalimentación emplea a dos millones de personas en España y es responsable del 8,3% del PIB nacional

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La agroalimentación emplea a dos millones de personas en España y es responsable del 8,3% del PIB nacional

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  1. Castilla-La Mancha, un sello de calidad para garantía del consumidor

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    El sector agroalimentario en Castilla-La Mancha constituye uno de los ejes económicos más importantes para la autonomía, basado principalmente en el esfuerzo realizado por los empresarios al apostar por la innovación en los procesos, la excelente calidad de los productos y el cuidado en su elaboración. La agroalimentación basa su estructura en tres de sus productos más reconocidos en España y en el exterior: el aceite de oliva, el vino y el queso manchego, todos amparados por una Denominación de Origen (D.O.).

    Pero también existen otros alimentos que ocupan lugares destacados entre los consumidores, que cuentan con Marcas de Calidad e Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y son un reclamo en el mercado nacional. Nadie se puede resistir al azafrán de la Mancha, a la miel de la alcarria, a los ajos de Las Pedroñeras, a la berenjena de Almagro, al cordero manchego. O al champiñón, al melón de La Mancha y al pan de cruces. Y sin dejar de reconocer el importante papel que ha adquirido la agricultura ecológica en estos últimos años. Así, Castilla-La Mancha cuenta con 43 productos protegidos por una figura de calidad, destacando los vinos, el aceite y el queso, entre otros.

    En términos económicos, según el último informe elaborado por la Dirección Territorial de Comercio-ICEX, las exportaciones de la región en 2013, alcanzaron la cifra de 5.324 millones de euros, lo que supone un incremento con respecto al año anterior del 22,2%, un récord histórico para Castilla-La Mancha.

    Por provincias, Ciudad Real ha ocupado el primer lugar, con 1.693 millones de euros y Guadalajara cerró el año en segunda posición, con 1.475 millones, con un fuerte aumento de más del 98%. Toledo suma 1.032 millones, seguida de Albacete con 803 millones y Cuenca, con 321 millones.

    Con las bebidas al frente, el sector agroalimentario, con 1.776 millones de euros y una subida del 13,4%, sigue en primer lugar. En cuanto al empleo, en el sector cárnico trabajan 5.263 personas, seguido a larga distancia del de vinos, con 3.258 personas. Actualmente hay unas 2.100 empresas con menos de diez empleados.

    Contribución nacional

    En lo referente al consumo de materias primas, en este sector asciende a 3.281 millones y el número de empresas es de 2.444. La mayor facturación procede del cárnico con 1.618 millones. La comunidad autónoma participa, sobre el total nacional, con el 7,02% de las ventas de la industria agroalimentaria, el 7,1% en consumo de materias primas, el 6% en número de personas ocupadas y el 4,38% en inversiones en activos materiales.

    De la importancia del sector cooperativo agrario en la región dan cuenta algunos datos económicos. Por ejemplo, el sector agroalimentario representa el 8,1% del Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla-La Mancha y el 47% del PIB del sector agroalimentario regional lo generan las cooperativas, que representan el 3,8% de la actividad de la comunidad autónoma.

    Productos con nota

    También es importante la evolución del sector primario en la región; si en 2009 era del 5,93% del PIB regional, en 2010 subió al 6,41% y un año después al 6,9%. En la región hay 447 cooperativas (de las que 409 son de primer grado, 18 de segundo y 20 Sociedades Agrarias de Transformación, SAT) que agrupan a más de 149.000 socios y facturan más de 1.500 millones al año. Además, dan empleo a cerca de 4.000 personas.

    El Gobierno de Castilla-La Mancha también ha realizado un gran esfuerzo en los presupuestos y el sector agroalimentario cuenta con 1.313,6 millones para este año, lo que supone el 16,5% de las cuentas de la región. Además, apuesta por la promoción de productos y favorece su presencia en ferias nacionales e internacionales.

    Y si hablamos de productos de calidad como seña de identidad de la región hay que referirse al aceite. El sector olivarero vive un gran momento y su calidad y sabor son reconocidas en mercados internacionales. Castilla-La Mancha ocupa el segundo lugar nacional en cuanto a producción de aceite de oliva virgen, con un 7% del total y el 3% de la producción mundial. El olivar de la región, con alrededor de 400.000 hectáreas, representa el 10% regional del conjunto de terrenos agrícolas, y es el 16% de todo el olivar español. La producción de aceite ha ascendido a 144.518 toneladas. Cuenta con cuatro denominaciones de origen y 243 almazaras.

    El vino es uno de los puntales económicos y sociales de la economía regional. No en vano, Castilla-La Mancha ocupa el primer lugar en cuanto a producción, al igual que ocurre con la superficie del viñedo cultivado, 436.000 hectáreas, y las 90.000 explotaciones vitícolas que representan el 5,7% del viñedo mundial y el 45,5% del español. La región cuenta con nueve denominaciones de origen, ocho Pagos y una Indicación Geográfica Protegida.

    Reconocido de forma mundial y considerado como uno de los alimentos más sabrosos de Castilla-La Mancha,imprescindible en la buena mesa, el 60% de la producción del queso manchego va destinado a la exportación y todo gracias a la cuidada elaboración del producto y al esfuerzo de 80 queserías y 800 ganaderos amparados bajo el sello D.O.

    El cordero manchego, Indicación Geográfica Protegida, es uno de los alimentos más sabrosos y con mayor demanda a nivel nacional y en celebraciones concretas. La calidad y su cuidado proceso de elaboración destacan el sabor de esta carne. Por su parte, el sector cárnico ha tenido un incremento de un 5,8% en la producción, situándose en 420.275 toneladas, lo que ha favorecido que sea uno de los sectores que mejor está resistiendo la crisis.

    Sabores y aromas

    Existen otras denominaciones que destacan y son muy valoradas en los grandes mercados. El ajo morado de Las Pedroñeras, cuya producción se concentra en esta región, es una de las productoras más importantes de la UE, con una media anual de 60 millones de kilos.

    El melón de La Mancha tiene una Indicación Geográfica Protegida que se extiende por 13 municipios de la provincia de Ciudad Real. La producción -en torno a las 400.000 toneladas- representa el 46% de la producción nacional. En cuanto a las legumbres, concentran el 55% de la superficie nacional dedicada a las leguminosas y casi el 80% de la producción de España. También destaca la calidad del champiñón de la Manchuela, que se ha convertido en el eje económico de los 14 pueblos en los que se concentra la producción.

    La Denominación de Origen Azafrán de La Mancha es uno de los productos más valorados por los consumidores y con una cotización en torno a los 3.000 euros el kilo.

    Asimismo, la berenjena de Almagro, única tanto por su variedad vegetal como por su peculiar sistema de elaboración, está amparada bajo una Indicación Geográfica Protegida. La hortaliza llega cada año a más de un millón de hogares españoles.

    Por último, la Denominación de Origen Miel de la Alcarria destaca por sus exquisitos aromas y su valor saludable le dan un valor añadido al consumidor. Es el mejor ingrediente para enriquecer el sabor de muchos postres.

  2. Aragón, agroindustria: de la huerta a la mesa

    Doce mil puestos de trabajo directos y un millar de empresas dedicadas a la transformación de productos del campo. Estas son las cifras que la agroindustria genera en Aragón, una comunidad en la que el campo y la ganadería siguen siendo el principal sustento en la mayoría de las comarcas. De hecho, la agroindustria es el segundo sector industrial de Aragón y representa el 8% del Producto Interior Bruto (PIB), con unos 2.800 millones de facturación en 2013.

    Y eso a pesar de que Aragón concentra únicamente el 4% de toda las industrias agroalimentarias que hay en España, así que el potencial de desarrollo de este sector sigue siendo amplio. Pese a ser una región extensa, con mucho campo y en la que el sector primario ha sido tradicionalmente esencial en su economía, Aragón es la quinta en número de industrias agroalimentarias. Le superan Cataluña -la que más tiene-, Andalucía, Castilla y León, y la Comunidad Valenciana.

    Uno de los principales rasgos de este sector en Aragón es su gran atomización. Es un sector dominado por empresas muy pequeñas. De las alrededor de mil agroindustrias que hay en esta región, no más de medio centenar superan los 50 trabajadores en plantilla. De hecho, la inmensa mayoría, casi la mitad, son pequeñas empresas: el 42% de las industrias agroalimentarias aragonesas no pasan de los cinco empleados, y buena parte de ellas ni siquiera tienen asalariados, porque sus dueños son sus únicos trabajadores.

    Al amparo de la D. O.

    Pero si por algo es reconocida la agroindustria aragonesa es por la calidad de sus productos. Los vinos, las frutas y hortalizas, el jamón o el ternasco así como el aceite de oliva y los dulces son algunos de los productos más reconocidos que da la tierra aragonesa. La comunidad cuenta con seis denominaciones de origen: dos del aceite de oliva -Aceite del Bajo Aragón y Aceite Sierra del Moncayo-, Jamón de Teruel, Ternasco de Aragón, Melocotón de Calanda y Cebolla de Fuentes, la última en sumarse a este selecto grupo. A estas hay que añadir las denominaciones de origen del vino: Cariñena, Calatayud, Somontano y Campo de Borja.

    Uno de los productos más reconocidos por su calidad es el Ternasco de Aragón que, en 1992, se convirtió en la primera carne de España en obtener el máximo reconocimiento por su calidad. Este año el Consejo Regular cumple un cuarto de siglo. Desde entonces, la carne aragonesa por excelencia ha conseguido hacerse un importante hueco en los mercados nacionales, pero también en los internacionales. Y es que el Ternasco de Aragón llega, por ejemplo, a los Emiratos Árabes.

    De la carne a la fruta. El Melocotón de Calanda es uno de los cultivos más tradicionales de la comunidad. Desde 1999, su calidad está reconocida con el aval de la denominación de origen que abarca 1.300 hectáreas de árboles y 31 empresas comercializadoras. Su principal característica es que cada melocotón se embolsa individualmente, para que maduren al abrigo de plagas, golpes y contaminaciones.

    La última delicia gastronómica que ha visto reconocida su calidad con una denominación de origen ha sido la Cebolla de Fuentes. Su escaso picor, tierna textura y un gusto suave hacen que esta cebolla sea considerada una de las más exquisitas y singulares del mundo. Se trata de una hortaliza originaria de la huerta del río Ebro, con amplias propiedades saludables que la convierten en un magnífico aliado de la dieta mediterránea.

    Además, existen otras figuras de calidad diferenciada, como son: Artesanía Alimentaria, Agricultura Ecológica y «C´alial», una marca de garantía creada por el Gobierno de Aragón para identificar a los productos de la Comunidad que se distinguen por sus cualidades especiales detalladas en un Reglamento Técnico. En esta marca están registrados 36 productos agroalimentarios, principalmente cultivos tradicionales de la Comunidad y sus distintas comarcas, como la longaniza de Graus, el arroz de las Cinca Villas o el tomate rosa de Barbastro.

  3. Gran Canaria, una isla que desborda de sabores

  4. Cataluña: liderazgo en porcino, fruta dulce y agricultura ecológica

    Aunque el cava constituya un símbolo catalán, la industria cárnica es el principal sector agroalimentario de Cataluña, ya que ostenta el liderazgo productivo en España, al concentrar un 36,1% de las ventas y un 32% de los empleados, con una facturación que supera los 4.000 millones de euros, y unas ventas netas de más de 3.600 millones. En este sector, la carne de porcino fresca y refrigerada representa el 50% de la cuota de mercado.

    En cuanto a la pesca, aunque las capturas han disminuido un 25% en la última década, la facturación ha aumentado un 8%. Como complemento a la pesca tradicional, la acuicultura catalana ha creado cultivos marinos, como el de atún en Tarragona.

    Cataluña es a su vez el área más importante de producción de fruta dulce de España, cuarto productor mundial de pera, melocotón y nectarina y el vigésimo de manzana cultivada, gracias a un territorio rico en diversidad y al clima mediterráneo. El 25% de la producción catalana de fruta se destina a mercados exteriores como Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Rusia y los Países Bajos. El 6% del negocio de la industria agroalimentaria procede del aceite de oliva. Con más de 120.000 hectáreas, la comunidad cuenta con distintas denominaciones de origen, como Les Garrigues, Siurana, y Empordà.

    Cataluña es la primera comunidad española en producción y comercialización agroalimentaria ecológica, siendo la provincia de Lérida la demarcación con más superficie en agricultura ecológica, mientras Barcelona es la que cuenta con más industria transformadora.

  5. Andalucía, un vergel de pesca y jamón regado de «oro verde»

    La amplia extensión de la región, su diversidad orográfica y el paso de diferentes culturas por su territorio a través de los siglos confieren a Andalucía una extraordinaria riqueza culinaria, sustentada en la enorme calidad de sus materias primas, ya sean de tierra o de mar. Andalucía produce alimentos excepcionales, entre los que sin duda destaca el «oro verde» que se extrae de sus milenarios olivos. Existen hasta doce denominaciones de origen protegidas de aceite en una comunidad que es líder mundial de producción y en la que buena parte de la riqueza de muchos pueblos se basa en esta sustancia. Abonados cada vez más a una mayor calidad en nuestras cocinas, el aceite de oliva virgen extra, elaborado sin procedimiento químico alguno, va ganando terreno.

    No se quedan atrás los derivados del cerdo ibérico, raza endémica de la Península. Huelva y la comarca de Los Pedroches, en Córdoba, generan excelentes jamones y paletas reconocidos como uno de los principales exponentes de la gastronomía española. El mimo de los animales en la dehesa, ecosistema singular del suroeste español donde se crían en libertad, convierten a los jamones andaluces en un prodigio culinario. Aunque no sean ibéricas, las piernas de cerdo blanco curadas en la cara norte de Sierra Nevada (sobre todo en Trevélez) son para no perdérselas.

    Al hablar de Andalucía, que tiene 1.101 kilómetros de litoral, no puede dejarse atrás la pesca. El atún rojo del Golfo de Cádiz, pescado con el tradicional método de la almadraba, la melva y la caballa de Huelva y Cádiz, los boquerones del mar de Alborán y las sardinas de Málaga, la quisquilla de Motril y, será por colores, la gamba blanca de Huelva y la roja de Garrucha, en Almería.

  6. Galicia: Berberechos al vapor y lacón con grelos, estrellas de la cocina

    En Galicia destacan productos típicos del mar y de la tierra. El marisco es un clásico de la cocina gallega, y destaca por ser el primero en comparecer el berberecho, el marisco «otoñal». Sabroso y humilde a partes iguales, puede preparase al vapor, o acompañando a otros alimentos como el arroz. Como producto de la tierra, destaca el lacón gallego, reconocido con la Indicación Geográfica Protegida. Suele servirse acompañado de verduras, como el «grelo».

    Y todo ello regado con un buen vino. Galicia cuenta con cinco denominaciones de origen de vinos, tanto blancos como tintos. La región cuenta con su propia uva: la del «albariño», una uva pequeña, blanca, muy dulce que no da tanto caldo como otras variedades. De ahí su alto precio, llegando a superar los 30 euros.

    Otra bebida característica de la gastronomía gallega es la «queimada». Una bebida alcohólica cuyos ingredientes principales son el aguardiente y el azúcar. Se le atribuyen facultades curativas y, de acuerdo a la leyenda, tomada tras la pronunciación de un conjuro funciona como protección contra maleficios.

    Y para terminar, un postre típico en Galicia es el queso «del país». Elaborado de forma artesanal con leche fresca de vaca, puede servirse acompañado por un membrillo dulce.

  7. Castilla y León: vino, ibéricos y legumbres se sientan en la mesa

    Las eternas hileras de viñedos que dibujan su paisaje dejan claro quién es el rey de la mesa en Castilla y León. Nueve denominaciones de origen con algunos de los apellidos más importantes del mundo bañan esta tierra y son el mejor acompañamiento para los manjares que crecen sobre ella. Sellos de distinción hacen que sus materias primas se reconozcan por su particularidad y gusto genuino, o por la intensidad del sabor verdadero cuando se habla de ibéricos, su buque insignia.

    Tintos, rosados o blancos. Ribera del Duero, Cigales, Rueda, Toro, Bierzo, Tierra del Vino de Zamora, Arlanza, Tierra de León y Arribes son las denominaciones de origen que se asientan en este territorio, donde la cultura de vino toma cada vez un mayor peso y más caldos van haciéndose un nombre junto a aquéllos que tienen ya el respeto de medio planeta.

    La industria cárnica tiene en esta zona nombres propios para los que no hay competencia: Carne de Ávila, Carne Morucha de Salamanca, Lechazo de Castilla y León, Chorizo de Cantimpalos, Botillo del Bierzo o Cecina de León son algunos de los productos con Indicación Geográfica Protegida y que tienen fuerza en el mercado español y fuera de las fronteras, sobre todo los embutidos. En Castilla y León se sacrifica el 70% del ibérico nacional. La matanza deja aquí otra referencia de su gastronomía: la morcilla, que cambia de forma y sabor si es de Burgos o de León.

    Otro producto estrella es el queso. El «Castellano», está elaborado a partir de leche de oveja que deja un sabor característico; como singular es también el que llega de las montañas leonesas, el de Valdeón. Intenso y cremoso, no deja indiferente.

    El plato fuerte son las legumbres. Guisos tradicionales las protegen en los restaurantes, pero son la Alubia de la Bañeza, Garbanzo de Fuentesaúco, Judías del Barco de Ávila, y lentejas Pardina de Tierra de Campos y de la Armuña las que marcan la diferencia. El pan vallisoletano o las manzanas reinetas completan la carta de presentación de la despensa de Castilla y León.

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