Los emergentes derrapan
El fin de los estímulos monetarios y el retroceso de China frenan su crecimiento
El matemático y físico Edward Norton Lorenz se preguntó en 1972 si el aleteo de una mariposa en Brasil podía provocar un tornado en Texas. Era un ejemplo para ilustrar la teoría del caos. Según esta doctrina, en sistemas complejos, como el tiempo meteorológico, un mínimo detalle puede cambiar totalmente el resultado previsto. En economía, sucede a menudo. En la actualidad, el débil crecimiento de las economías occidentales, por ejemplo, está frenando la trayectoria explosiva de China . Por ello, China compra menos materias primas, lo cual es un grave problema para Mongolia o Chile. Lo que hace el empresario alemán puede cambiar el rumbo del minero mongol.
Según las nuevas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía mundial crecerá este año y el próximo menos de lo previsto: un 2,9% en 2013; un 3,6%, en 2014. Y la razón principal de esta revisión es el frenazo de las economías emergentes, que llevaban años creciendo a un ritmo muy rápido.
El organismo internacional prevé que los mercados emergentes crecerán como conjunto un 4,5% en 2013 (cinco décimas menos de lo que estimó en julio) y un 5,1% en 2014 (cuatro décimas menos que en las previsiones de julio). A pesar de ello, sin embargo, su crecimiento seguirá por encima del de los países desarrollados (un 5% de media en los próximos seis años), afirma Antonio Hernández, socio responsable de sectores regulados, inversiones exteriores e internacionalización de KPMG en España.
Los expertos, como Juan Carlos Martínez Lázaro, economista del Instituto de Empresa (IE), apuntan tres razones para explicar el frenazo: el fin de los grandes estímulos monetarios, que inundaron el mundo de dinero líquido dispuesto a ser invertido ; el estancamiento del precio de las materias primas, sustento de muchas economías en desarrollo; y el menor crecimiento de China , uno de los grandes ejes que marcan el paso de las economías emergentes.
En su informe, el FMI afirma que China «sólo» crecerá un 7,6% este año y un 7,3% en 2014 . Un parón considerable si recordamos que el dragón asiático creció un 10.3% en 2010. Es el ejemplo más claro, aunque no es el único. Según las previsiones, India crecerá un 3,8% este año y un 5,1% el próximo, lejos del 5,7% y el 6,3% estimado anteriormente por el FMI.
Alfredo Pastor, economista del IESE Business School, explica que los países desarrollados, «el gran mercado de China», presentan un crecimiento débil. Por ello, «las exportaciones de China no van a crecer como antes», razona.
El comportamiento de China es decisivo. Cuando China estornuda, las emergentes se constipan . Como explica Pastor, un país es la «locomotora» de otros por la importancia de su sector exterior. Y la capacidad importadora de China le ha convertido en el gran comprador del mercado. Pero esta relación es un bumerán y ahora va en la dirección contraria. «China va a importar menos de los productores de materias primas porque crece menos», apunta.
El mejor ejemplo de esta influencia es el mercado de las materias primas. Según los técnicos del FMI, la actividad económica de los emergentes y el precio de estas materias son dos vasos comunicantes. Y quien las compra es, principalmente, China. El organismo calcula que (en un escenario pesimista pero posible) una caída del 30% en el precio de los metales y del 10% del precio de la energía generaría un gran deterioro en las balanzas comerciales (lo que venden menos lo que compran) de Oriente Próximo, Iberoamérica y África.
Esta previsión tiene un ejemplo muy ilustrativo. Si el crecimiento económico de China pasara del 10% de media de la década anterior a un 7,5% en los próximos 10 años (como está, de hecho, haciendo), el Producto Interior Bruto (PIB) de Mongolia en 2025 sería más de un 7% menor. ¿Por qué? Porque le vendería mucho menos carbón, mineral de hierro y cobre. China estornuda, Mongolia coge la gripe. Otros países que se ven afectados por este frenazo del dragón asiático son Australia (por la menor compra de hierro y níquel), Kuwait e Irak (por la caída de la demanda de petróleo) o Chile (al que le compraría cobre en cantidades mucho menores). China estornuda, los demás se resfrían.
El verdadero reto de China está dentro : el consumo de sus ciudadanos, obesesionados por el ahorro, sigue dormido. «Pero despertar esa baza no es nada fácil. Hay que hacer importantes reformas», explica Martínez Lázaro. El Financial Times argumentaba, esta misma semana, que esa transición hacia una economía basada más en el consumo que en la inversión podría ya estar en marcha. Pastor opina que el grado de «desaceleración» es dificil de conocer, pero que no hay duda de que el motor de crecimiento que es China está gripando .
Atentos a la Reserva Federal
El aleteo de la mariposa de Washington también influye en estos mercados. Los vientos de desaceleración comenzaron en mayo, cuando la Reserva Federal anunció que pronto empezaría a retirar sus estímulos monetarios, lo que coincidió con una mejora de la rentabilidad de los bonos de EE.UU. Ambas circunstancias fomentan la misma tendencia: los capitales que estaban invertidos en los emergentes han empezado a salir de allí.
Esta salida no será, en cambio, masiva. Sobre todo, con la llegada de Janet Yellen a la presidencia de la Fed a partir del 1 de febrero de 2014, opina Martínez Lázaro. Su presidencia asegura una retirada tranquila de las inyecciones de liquidez. Yellen es lo que en Washington denominan una «paloma» (por contraposición a un «halcón»): una economista más preocupada por reducir el desempleo que por sostener la inflación; proclive a ser muy cuidadosa con la retirada de estímulos para no dañar la recuperación.
Estas previsiones indican que se va a producir «un reequilibrio en la economía mundial» , aseguran Martínez Lázaro y Hernández. Los emergentes han empezado a derrapar.
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