Au Pairs: las niñeras del verano
Aunque algunas alargan su estancia hasta dos años, la demanda y oferta de este tipo de trabajadoras destaca en la etapa estival

Desde que en junio acaban los colegios, los padres se enfrentan a un problema: qué hacer con los niños durante su jornada laboral. La solución para muchos viene «caída» del extranjero : una au pair . Les ayudará con los menores y estos podrán estar en contacto con otro idioma durante el verano.
Pese a que el acuerdo europeo que regula la colocación de las au pairs —al que España se adhirió en 1988— fija en dos años su tiempo máximo de contratación, lo cierto es que la demanda y oferta aumenta de cara al periodo estival para que trabajen entre uno y tres meses.
Según establece ese mismo acuerdo, las jóvenes tendrán una edad comprendida entre los 18 y los 30 años y se tratará de «jóvenes de países extranjeros que desean mejorar sus conocimientos lingüísticos y tal vez profesionales».
Para encontrarlas, las opciones que se plantean son varias. Recurrir a una agencia , a páginas especializadas en internet o a la recomendación de algún conocido. La diferencia está en que las características que exigen las agencias para su selección son mucho mayores, ya que las candidatas deben cumplir unos requisitos muy determinados antes de que se presenten a la entrevista con los padres.
Requisitos
Lo habitual es que las au pairs sean chicas de entre 18 y 28 años, con conocimientos suficientes del idioma del país de acogida y que quieren practicarlo. A cambio de cuidar a los pequeños y ayudar en pequeñas tareas del hogar (fijadas por contrato), reciben la manutención y una pequeña ayuda económica por parte de la familia. Para pasar el filtro de las agencias, eso sí, tienen que presentar un informe médico, probar su experiencia en el cuidado de niños y trabajos domésticos, presentar varias cartas de recomendación y un informe que demuestre la ausencia de antecedentes penales.
Vicky, de AuPair International , reconoce que hay mucha más demanda de au pairs en verano que en el resto del año. Según comenta, el perfil más demandado por los padres españoles es el de chicas inglesas o con un alto nivel de inglés. Sin embargo, «hay más familias que piden chicas, que chicas con esas características que vienen a España». Según cuenta, lo que sí ha aumentado es la cantidad de españolas que buscan irse al extranjero para aprender inglés. «Hace 25 años no teníamos este problema», explica. El precio por los servicios de la agencia está entre los 250 y 300 euros , sin contar la paga semanal de la au pair. Y es que, en función de las horas de trabajo, varía: en torno a 70 euros por 25 horas semanales y de los 90 euros por 35 horas.
Contactar por internet
Sin embargo, otras familias prefieren ahorrarse el precio de la agencia o, simplemente, prefieren hacer la búsqueda en internet por sí mismas. Ejemplo de ello es la página Aupair World . Según sus datos, este verano 1.500 familias españolas se habían registrado en la web en busca de una au pair, mientras que España se situaba en el tercer puesto de países más solicitados para la estancia.
Maya, con dos hijos de 4 y 2 años y residente en Palma de Mallorca, es una de las muchas familias que han encontrado au pair a través de internet. «Pensamos en contratar una para que los niños disfrutaran más del verano , que no estuvieran encerrados en una guardería», explica. «Es una forma de tener más libertad, tanto para ellos como para nosotros».
El tema del idioma era secundario, aunque también querían que los niños reforzaran el francés, ya que se lo han inculcado desde pequeños. Maya puso un anuncio en una web gratuita en la que facilitaba su email y, gracias a ello, consiguió ponerse en contacto con las candidatas. Estudió su perfil y pidió una carta de recomendación. Desde el principio dejó claras cuáles iban a ser sus tareas , sólo relativas a los niños. Y tras algunas conversaciones por email, se decidió.
El primer verano consiguió a una chica francesa . Este verano ha tenido que ampliar la búsqueda, por iniciarla demasiado tarde, y ha terminado contratando a una austríaca . «Este año la que ha aprendido más es ella, aunque todos los días los niños tenían una hora de inglés», cuenta, aunque reconoce que «tampoco se les puede exigir que hablen todo el día su idioma, la cosa es que ellas aprendan también».
Maya asegura que su experiencia ha sido muy positiva . «Los niños han disfrutado y han estado muy a gusto, que es lo importante».
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