Hazte premium Hazte premium

Chipre, viaje al abismo financiero

Cada chipriota tiene una teoría sobre cuándo empezó el declive

Chipre, viaje al abismo financiero efe

daniel iriarte

Cuando el pasado 16 de marzo el gobierno chipriota anunció la imposición de un «corralito» en los depósitos bancarios de la isla, Hristos Karandokis se lo tomó bastante mal. Se montó en la excavadora de la obra en la que trabajaba y recorrió los pocos kilómetros que le separaban de la sucursal de la Cooperativa Kyperounta donde tenía sus cuentas. Aparentemente, su idea inicial era arrasar la entidad , pero al llegar se lo pensó mejor. No obstante, aparcó el imponente vehículo en la puerta, por si el personal bancario no se mostraba «razonable».

Este episodio es, por ahora, un incidente aislado. Pero expresa el resentimiento de muchos chipriotas hacia una situación que no pueden controlar, y, en casos como el de Karandokis, algunos sienten que lo mejor, lo único que pueden hacer, es destruirlo todo.

Cada chipriota tiene una teoría sobre cuándo empezó el declive. Para algunos, fue en el momento en el que abandonaron la libra, «una de las más fuertes de Europa», como señala alguno con nostalgia. O un año después. O con el hundimiento de las hipotecas «subprime» en Estados Unidos y Europa. O con la caída de Grecia . O con la explosión.

«La explosión» es uno de esos raros episodios cuya importancia decisiva solo se revela con el paso de los años. El 11 de julio de 2011, el arsenal de la base naval de Evangelos Florakis voló por los aires -aparentemente por las deficientes condiciones de almacenamiento de un cargamento de armas interceptadas con destino a Siria-, matando a 13 personas e hiriendo a otras 62. También se llevó por delante la principal planta eléctrica de Chipre, dejando sin electricidad a la mitad de la isla. De un día para otro, las facturas eléctricas casi se triplicaron , volviéndose inasumibles para muchos pequeños negocios. Claro, esto no explica el agujero financiero, pero ayuda a comprender el malestar.

La vida en la isla está permeada por el conflicto. «La última capital dividida», reza la cartelería oficial de Nicosia. Una división que es no sólo mental entre ambas comunidades, sino física, desde la invasión turca de 1974, y absoluta hasta la apertura del paso fronterizo de Ledra en fecha tan reciente como 2003.

La creación de la República Turca del Norte de Chipre, estado que solo reconoce Turquía, no hizo sino empeorar las cosas, a ojos de los grecochipriotas.

Una división que, inevitablemente, afecta a la economía. «En las negociaciones se han hecho demasiadas concesiones a los turcos, por ejemplo en el tema de los subsidios. Resulta que recibía el mismo dinero un musulmán con sus cuatro esposas y sus innumerables hijos que un mutilado de guerra, o un trabajador greco chipriota que se ha quedado en el paro, y eso tampoco es justo», nos dice una mujer. El argumento es descaradamente falso -la poligamia es ilegal tanto en Turquía como en la RTNC-, pero que quien lo expresa sea una persona culta, cosmopolita y partidaria de la reunificación amistosa, sin vencedores ni vencidos, indica lo profundo que ha calado la propaganda antiturca.

El conflicto también ha forzado al estado chipriota a cuidar de sus ciudadanos, desde administrar la llegada de desplazados por la invasión -muchos de los que ahora bordean la cuarentena vivieron en campos de refugiados durante su niñez- a la creación de becas en el extranjero. Tal vez por ello, las divisiones ideológicas, partidistas, son algo menos virulentas que en otros puntos del Mediterráneo. Nada une tanto como un enemigo externo, que aquí era real, tangible, pues estaba a unos pocos metros. Y eso explica también que muy pocos chipriotas culpen de la actual crisis a sus líderes políticos . El verdadero adversario, aseguran, es la Troika, la Merkel, la voracidad europea.

«[Dimitris] Christofias, el presidente anterior, era un buen político, pero estaba demasiado concentrado en resolver el problema de la división, y descuidó todo lo referente a la economía. Cuando ocurrió la explosión, no se preocupó de buscar una solución a la falta de electricidad», dice la mujer. «Si el problema del agujero financiero existe desde hace seis meses, ¿por qué no nos lo dijeron antes? El nuevo presidente, [Nicos] Anastasiades, no tiene la culpa, claro, apenas lleva dos semanas en el cargo», comenta.

El enviado especial de ABC visitó la isla hace tres años por la misma época, y el cambio es notable. Hay negocios que han desaparecido sin que otros nuevos los sustituyan. Hay menos clientes en los cafés. Y hay muchos menos turistas. Los han sustituido los periodistas, omnipresentes en los comercios y restaurantes, abordando a los ciudadanos por la calle, montando guardia frente al Parlamento.

«Casi nadie coge taxis estos días», nos dice Ilias, que a pesar de su juventud lleva media docena de años conduciendo un taxi. «La gente tiene miedo de quedarse sin billetes», explica. Quedarse sin efectivo, con los bancos temporalmente cerrados, implica, primero, encontrar un cajero que no se haya quedado desabastecido, y después, hacer la cola, que puede ser más o menos larga dependiendo de la hora del día, y de los rumores e informaciones que van brotando del Parlamento. En el caso del Banco Popular, la segunda entidad financiera del país, el anuncio de la reestructuración bancaria que lo convertirá en un «banco malo» hace que las filas se alarguen de forma extraordinaria: todo el mundo quiere sacar lo que pueda y guardarlo bajo el colchón.

La situación es tal que casi dos de cada tres chipriotas (un 67%, según una encuesta de la consultora Prime Consulting) verían como algo positivo la salida del euro, mientras que solo un 24% se opone a la idea. Y hasta un 91% se muestra de acuerdo con el rechazo parlamentario de esta semana al plan de quita para acceder al rescate europeo.

Pero no todos piensan igual. «Con el plan, la gente habría perdido parte de sus ahorros, pero todavía tendría trabajo», dice Kostas, un chófer que estos días pasea periodistas por la isla. «Ahora, lo más probable es que la economía acabe colapsando, y todos perdamos nuestro empleo. Habrá que ver qué es preferible».

Chipre, viaje al abismo financiero

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación