Golf
Con Sergio García y Valderrama, vuelve el circuito árabe de la discordia
El proyecto comienza hoy en México, con tres españoles y una prueba en Valderrama

Después de un arranque tumultuoso en 2022, en el que el LIV Golf celebró siete torneos millonarios que convulsionaron el mundo del golf, este circuito comienza hoy su primera temporada propiamente dicha. Con un calendario organizado de catorce pruebas por todo el planeta (México, ... Estados Unidos, Australia, Singapur, España, Inglaterra y Arabia) y con tres españoles en su nómina (Sergio García, Eugenio Chacarra y David Puig) este proyecto de capital saudí está dispuesto a hacerse con el cariño de un público que aún no sabe a qué atenerse.
Este deporte es uno de los más antiguos que existen y eso también se refleja en los gustos de los organizadores y aficionados, acostumbrados a una misma forma de concebir los torneos y su desarrollo. De ahí que cuando se conocieron las características de las nuevas pruebas (jugadas a tres rondas, sin corte, en pantalón corto y con música en el recorrido) los más tradicionalistas se echaron a temblar.
Y cuando se desvelaron los megacontratos que iban a recibir las estrellas que abrazaban el nuevo tour, los ataques de cuernos de los circuitos establecidos (PGA y European) provocaron una situación de ruptura que todavía hoy no se ha solucionado: prohibieron de por vida a los desertores participar en sus pruebas y el asunto está todavía en los tribunales. Mas la guerra de egos de Jay Monahan (PGA Tour) y Greg Norman (LIV Golf) va mucho más allá de lo que dicten los jueces. Ya es una cuestión personal.
Por eso la reacción de los norteamericanos ante la llegada de su osado competidor ha sido querer frenarlos con sus propias armas. Sacando dinero de donde antes aparentemente no lo había, han subido la dotación de sus trece mejores torneos (llamados ahora 'elevados') hasta una bolsa de 20 millones de dólares. El de Los Ángeles que acaba de ganar Jon Rahm está incluido en esta categoría, lo que pasa es que al repartir esa cifra entre un mínimo de 70 jugadores que pasan el corte, al vizcaíno le llegaron 'solo' 3,6 millones. Al comparar con la misma bolsa que tienen sus competidores, como son menos los golfistas a repartir (48), para el vencedor son 5 millones, más la parte proporcional que consiga con su equipo. Todo esto sin contar con los enormes fijos de salida que las estrellas han firmado por su vinculación.
Sin gastos y a lo loco
Lo mejor de todo esto, al contar con el dinero como castigo, es que quien entra en el 'mundo LIV' ya está imbuido para siempre. El lujo y las invitaciones están a la orden del día y ni siquiera los 'caddies' tienen que pagarse sus gastos. De ahí que estrellas como Phil Mickelson, Brooks Koepka, Dustin Johnson, Bryson DeChambeau o Sergio García sean ahora los más firmes defensores de la idea. Sobre todo una vez que se va sabiendo que, aunque tengan vetada su participación en los torneos regulares de sus antiguos circuitos, sí que van a poder tomar la salida en los 'majors' para los que estén clasificados. El Masters y el 'British' ya se lo han permitido y el Open USA y el PGA Championship van por el mismo camino. Aparte, en el Circuito Asiático (también patrocinado por los saudíes) sí que pueden seguir puntuando.
Porque esa es la otra lucha que tienen pendiente, la de conseguir su inclusión en el Ranking Mundial. La necesitan para no perder sus opciones de clasificarse para los grandes, pero sus condiciones son diferentes a las del resto de organizaciones (sin corte y con un plantel reducido) y no sería justo igualarlas.
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