Sin ética en el mando, menos en la tropa

He leído en la prensa que el propio Blanco se ha desdicho de su promesa de dejarlo y se auto concede una prorroga de más de dos años para pensar lo que va a hacer.

También, como «buen» dirigente español ha sabido brindarse y el pasado mes de marzo el Comité Ejecutivo dio el visto bueno a la modificación de los estatutos del COE, que él precisamente había presentado.

Ha cambiado dos artículos de los estatutos: 1. Ser miembro del Comité Olímpico Español o haberlo sido en algún momento durante los últimos cuatro años, en ambos casos, por cualquier condición excepto por las establecidas en los artículos 11 y 12 anteriores. 2. Haber sido miembros del Comité Olímpico Español durante un periodo de, al menos, cinco años consecutivos o no».

Él los cumple sobradamente, pero otros posibles candidatos que se barajaban desde fuera, ya no los cumplen, por lo que no tendrá ninguna oposición. También me cuentan que puede presentarse a la reelección y ganarla sobradamente gracias a los votos de los pelotas de los que está rodeado, colocar al presidente de la Federación de Balonmano como vicepresidente y luego, al año de mandato, renunciar al cargo y dejar a su delfín en la poltrona. Ya veis que poca vergüenza se gastan los dirigentes del deporte español. Más o menos como nuestro políticos pero con el «chandal» puesto.

Esta es la ética que se gasta Alejandro Blanco y su «tropa» la consiente. A parte de estos, también el Consejo Superior de Deportes está callado y continuará callado hasta que en España haya un Gobierno que se preocupe de nuestro deporte y deje de colocar enchufados a los mandos de él.

Blanco seguirá en la poltrona ya sea fuera como dentro del COE y sino ya lo veréis en febrero de 2021 cuando tiene previsto el «señorito» convocar elecciones.

De momento le ha cortado las alas a Mercedes Coghen y a Theresa Zabell, que querían presentarse a la presidencia para, como deportistas que son, cambiar nuestro deporte.