V FESTIVAL DE AJEDREZ DE SALAMANCA
Topalov: «Estoy en contra de tener un presidente ruso en el ajedrez»
El excampeón mundial, que participa un año más en el festival de Salamanca, donde vive, habla sobre su carrera y se moja en las últimas polémicas del tablero
Judit Polgar: «Mi vida es más interesante que la de Beth Harmon en 'Gambito de dama'»

Entre los mejores ajedrecistas del planeta solo sobreviven dos con más de 45 años, el indio Vishy Anand (52) y Veselin Topalov (47), quien reside en Salamanca desde hace décadas. El gran maestro búlgaro nunca se planteó, sin embargo, jugar para España. «Tampoco ... me lo han propuesto», asegura el ex campeón del mundo. Es también uno de los contados jugadores que han sobrepasado la barrera de los 2800 puntos Elo. Estos días disputa en su ciudad adoptiva el V Festival de Ajedrez 'Salamanca Cuna del Ajedrez Moderno'.
Entre las actividades del evento, destaca un torneo que tiene el interés añadido de reunir a ajedrecistas y 'ajedrecistos' de primer nivel, una fórmula mixta que todavía no es tan habitual. En la Biblioteca de Salamanca se conserva un incunable de la literatura ajedrecística, escrito por Luis Ramírez de Lucena, amigo de Fernando de Rojas. Valencia y Salamanca se disputan la entrada del ajedrez en la era moderna, pero esa es otra historia y, en todo caso, la puerta grande se abrió en España.
Topalov, modesto, no se considera uno de los más grandes, aunque ostenta la quinta mayor puntuación de la historia: «2800 puntos están muy bien, pero hay 14 o 15 jugadores que lo han conseguido. Karpov y Fischer no lo lograron. Solo es un número. Es más importante la distancia real con el resto cuando eres número uno. En ajedrez esas puntuaciones tienen inflación. Fischer, con 2785, sacaba cien puntos al segundo. No sé si llegará alguien a los 2900, pero hay tres que han superado los 2850, Carlsen, Kasparov y Caruana».
El búlgaro, el primero que denunció a un rival por hacer trampas electrónicas, nada menos que en la final del Campeonato del Mundo –llegaremos a eso–, también reconoce que no se le da bien jugar contra las mujeres. En la primera jornada de esta edición, sin embargo, derrotó a la excampeona mundial Alexandra Kosteniuk y a la actual campeona española, Sabrina Vega. «El año pasado lo hice muy mal contra ellas. La gente que está fuera de este mundo a lo mejor no lo cree y es verdad que en general los hombres jugamos mejor, pero en los últimos 10 años las mujeres han progresado mucho. Antes era muy raro ver a una jugadora ganar a un gran maestro de élite y ahora no es tanta sorpresa. Las mujeres tienen mucha experiencia y a menudo son un rival muy difícil».
En busca de una campeona absoluta
En su época dorada, él mismo se enfrentó a menudo contra Judit Polgar, la mejor de la historia. «Fue la excepción. La única que se le acercó algo fue Hou Yifan. Un año perdí con ella en Salamanca y llegó a estar cerca de los 50 mejores del mundo. Polgar fue mucho más lejos y entró en el top 10. De momento, no veo a ninguna con opción de ganar el título mundial absoluto, pero eso no quiere decir que no sea posible en un futuro». El propio Topalov tiene dos hijas, pero es pronto para saber si se dedicarán a los gambitos y él confiesa ser «mal profesor».
Veselin Topalov fue un campeón atípico. Se curtió en cientos de torneos abiertos, junto con su inseparable amigo Silvio Danailov, con quien recorrió decenas de miles de kilómetros en coche antes de llegar a la cumbre. Se ganó un puesto en la mesa de los mejores sin haber sido invitado a sus torneos cerrados. Eso forjó un estilo más agresivo, ya que en los abiertos es preciso acumular más puntos para conseguir el primer puesto, el único bien pagado en muchos casos. A cambio, adquirió un defecto: «Muchas veces yo era demasiado optimista. Arriesgaba de más. Eso está bien cuando estás en plena forma, pero si no puede ser un desastre».
Topalov ha tenido una trayectoria única, pero esquiva los elogios como si fueran jaques: «Cada campeón es diferente. La gente siempre empieza a imitar al campeón, cuando muchas veces es inimitable. Petrosian, por ejemplo, tenía un estilo muy diferente al de Tal. No hay uno universal. Yo aproveché el periodo entre la retirada de Kasparov y la llegada de Carlsen, los dos que han destacado sobre los demás. Son superiores casi todo el tiempo de una manera aplastante. Yo estuve en ese hueco preciso y pude ser número uno y campeón del mundo, pero luego llegó el noruego, que es mucho más joven, y tus posibilidades se acaban».
Por qué surgen tantos niños prodigio
En su opinión, es muy difícil predecir al sucesor de Carlsen: «Cada año sale alguien distinto. Alireza Firouzja, obviamente, es muy joven y lo tiene todo, empezando por mucho talento, pero en el torneo de Candidatos de Madrid no lo hizo bien y no lo tendrá tan fácil. Hay varios chicos de la india con opciones, entre 16 y 18 años. Han mejorado mucho en el confinamiento y el nivel ha subido. Aparte de estar ahí en momento concreto, necesitas suerte, hasta el sistema que se emplee para decidir al campeón puede favorecer a alguno. Gukesh y 'Pragg' son dos de los que estarán durante años luchando. Ellos tienen una ventaja. Yo la primera vez que jugué contra Kasparov fue en 1994. Tenía 19 años. Estos chicos, con 15 o 16 años han jugado 30 partidas con Carlsen y varias decenas más contra los jugadores del top 10. Aunque muchas sean partidas por internet, no se ponen nerviosos contra ellos, porque se enfrentan casi cada mes. La edad para llegar arriba se ha reducido en unos cinco años».

El búlgaro no se ha retirado de forma prematura, como Kasparov y Kramnik, pero tampoco disputa ya los principales torneos: «Para mí las partidas lentas ya son un poco de exhibición. Cuando me invitan a torneos valederos para el título, ya no los juego desde hace mucho. Cuando ya no te ves con opciones reales, es mejor dejar paso a los jóvenes».
España ya no es el paraíso del ajedrez
Es feliz en España, pero cree que algo ha ido a peor en nuestro país: «Estoy cómodo. La pena para mí es que cuando llegué era el mejor país para el ajedrez, con torneos cada mes de mi nivel. Había varios de élite, algunos de los mejores. En 25 años, esto ha desaparecido. Ahora el de Salamanca es casi el mejor, junto con León. Antes había un montón; Kasparov y Karpov venían todos los años. Creo que esto es por una mala gestión de la Federación Española (FEDA). El iraní Firouzja, por ejemplo, lo podrían haber pescado para España, como hizo Francia, que ahora es una superpotencia. Es verdad que hemos sufrido la crisis, pero ha sido en todo el mundo. Turquía hace 20 años no existía y ahora no tiene menos actividad que nosotros, o Kazajistán, Azerbaiyán, casi todas las antiguas repúblicas soviéticas, además de Polonia y Francia».
La charla va saltando de país en país, hasta que llega a Rusia. Él es partidario de las sanciones más duras: «No sé qué tipo de castigos, pero obviamente, si compiten contra ucranianos, da igual si es en ajedrez o en otros deportes, estos no pueden entrenar igual porque su casa o el estadio pueden estar destruidos. O no tienen internet. O no pueden viajar a los torneos. Yo no quiero que se bombardeen las ciudades rusas, por supuesto, pero los jugadores ucranianos y los rusos no compiten en igualdad de condiciones. Por eso debe haber sanciones. Habrá gente que no lo pase bien en Rusia por las sanciones, pero no me compares con los bombardeos».
Y si la FEDA lo ha hecho mal, la FIDE (Federación Internacional) no es mucho mejor. «La sigo poco, pero en general estoy en contra de tener un presidente ruso. La FIDE ha vivido durante más de 20 años del dinero ruso en un 90 por ciento. No puede seguir así. Estoy en contra de tener un presidente ruso, no por el de ahora, se llame como se llame».
Como es natural, llegamos al caso Niemann, la polémica del siglo XXI, de momento. Lo último es que el estadounidense reclama a Carlsen y a Chess.commás de 400 millones por haberle acusado de ser un tramposo. A Topalov le pilló en Eurodisney, con sus hijas. «Vi la partida por móvil. Como hay tantos jugadores entre 2600 y 2700 puntos, ni lo conocía. Pensaba que era alemán. Desde mi punto de vista, cuando no han pillado al supuesto tramposo con un dispositivo es muy difícil de demostrar y creo que en San Luis había un control electrónico, bueno o malo. Es un punto a favor de Niemann. Por lo que me han dicho, ha jugado partidas a un nivel imposible y eso sí es muy dudoso y puede que Carlsen tenga algo de razón, pero en la partida entre ambos no creo que le ganara de manera fraudulenta. Parece que habrá juicio y no se sabe lo que va a pasar. No es tan fácil. ¿Cómo te metes en el cerebro de una persona? Este chico ha admitido haber hecho trampas por internet, pero una cosa es el ajedrez 'online' y otra sobre el tablero».

Veselin Topalov no elude tampoco hablar sobre su vieja polémica con Vladimir Kramnik. El ruso le arrebató el título en 1996 y el derrotado se quejó de le hicieron trampas. Sus protestas, que hizo públicas justo en una entrevista con ABC, casi le cuestan una sanción de varios años, por acusar sin pruebas suficientes. Los paralelismos con la actualidad son evidentes, aunque Topalov se desmarca del actual número uno. «Carlsen en ningún momento puede acusar a los organizadores, y luego, no es lo mismo hacer trampas en internet».
Mentiras y cintas de vídeo
«Yo creo que él [Kramnik] mintió claramente e hizo cosas contra las reglas», insiste Topalov. «Obviamente, no lo puedo demostrar, pero hay unos vídeos que los organizadores no enseñan. Él nunca habla de ello. Hizo algo que no quiere que se vea. Si tú ves a los deportistas rusos excluidos después de los Juegos de Sochi, entre otras cosas destruyeron las pruebas de dopaje. En el fondo esto es parecido. Hay un vídeo que no se enseña, pero la FIDE está controlada por rusos. ¿Tú has visto a la FIDE preguntar alguna vez por esos vídeos? Es una admisión silenciosa de culpa. Es bastante claro que él hizo algo que no quiere que se vea. Se dijo que había fumado, pero por fumar no montas ese lío. Algo has hecho en contra de las reglas».
El gran maestro búlgaro-salmantino habla también de lo que supondrá tener un campeón que no sea el número uno, ante la renuncia de Carlsen a defender su título. «No me sorprendió que lo hiciera. Cuando no había Elo, la gente creía que el campeón era el mejor, pero ahora puede hacer un campeón que no es el número uno. Para mí la clasificación es más importante. Yo no he sido nunca campeón de Bulgaria, pero he sido el mejor de mi país. Y el campeonato de europa individual no lo juegan muchos de los mejores. En mujeres, durante años Judit era la mejor y nunca fue campeona. Si lo puedes combinar, mejor, pero lo más importante es ser número uno». «Yo también me siento más orgulloso de haberlo sido que de ganar el Campeonato del Mundo», añade. «El primer puesto lo tienes que defender cada lista, cada mes, pero puedes ganar el Mundial y perder todas las partidas antes del siguiente y sigues siendo campeón. Si tuviera que elegir, me quedo con el número uno, aunque da más dinero el título. Me parece mal».
¿Hay menos dinero que antes? «Según lo veas. Hace 30 años, Kasparov y Karpov jugaban por el título y había más dinero que ahora, pero un número 15 o 20 gana hoy mucho más que entonces. Kasparov llegó a ser oficialmente la persona más rica de la URSS y Carlsen gana bastante, pero en ni en Noruega ni en ningún país el campeón es el más rico».
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