Tenis
Zumba, boxeo, dormir, boda y nada de tenis: el derecho a parar de Garbiñe Muguruza
Apeada del tenis desde enero, disfruta de la vida sin raqueta y sin una fecha específica para decidir si vuelve
Asleigh Barty: cuando la número uno se cansa de ser la mejor del mundo
![Garbiñe Muguruza](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/11/24/garbine-muguruza-RnpBikorop7wpM24GrOHNHJ-1200x840@abc.jpg)
El último partido oficial que jugó Garbiñe Muguruza (Caracas, 1993) fue en enero de este 2023. Una derrota contra Linda Noskova. A partir de ahí se sucedieron las bajas, los periodos de descanso, un alejamiento del tenis progresivo y un acercamiento a la vida fuera de él ... . El deporte echa de menos su juego agresivo, pero ella no echa de menos las horas de exigencia que se necesitan para ello. Su decisión de apartarse, sólo ella sabe si definitiva o no, subraya la importancia sobre el derecho a parar. Una lucha complicada que muchos aplauden, casi todos respetan y algunos no entienden, sobre todo, o en especial, cuando son los deportistas los que ponen el nombre y el rostro. Mientras otros buscan la manera de regresar al tenis por encima de todo, Muguruza disfruta de la vida sin raqueta. Y las dos decisiones devienen en una: ser feliz.
Es un parón a su manera, que se ha ganado el derecho. La campeona de Roland Garros en 2016, de Wimbledon en 2017 y de la Copa de Maestras en 2020 admitió hace unas semanas, en la revista 'Women's Health' que el tenis no ocupa ningún lugar en su cabeza y sí el «recuperar el tiempo perdido». «Era algo que mi cuerpo y mi mente necesitaban», decía. Desde los tres años con una raqueta en la mano, desde los 6 enfilada hacia la élite, desde los 18 inscrita en un circuito profesional que otorga alegrías indescriptibles igual que absorbe energía y exige otros sacrificios: diez títulos, 687 partidos y unas 40 semanas al año viajando por el planeta.
«El agotamiento mental suele producirse por grandes exigencias durante demasiado tiempo y en un contexto de alta presión. Es propio de muchas profesiones. Las características son similares, pero quizá en el deporte es más difícil de gestionar ya que la exigencia está casi siempre presente y la imagen del deportista de éxito esta idealizada. Se valora mucho la imagen de deportista invencible cuando realmente todos son seres humanos y tienen sus momentos de debilidad y de dificultad», indica para este diario David Llopis, psicólogo deportivo y profesor y director del Máster de Psicología del Deporte de Florida Universitària.
Las preguntas cada vez más escasas, sobre si volverá o no, porque sólo lo sabe Muguruza, las responden con tino quienes más saben lo que significa este deporte. Billie Jean King, por ejemplo: «Cada ser humano tiene que decidir su propio camino y si no quiere jugar, no debe jugar. Es algo que depende de ella. Es bueno que se tome un tiempo fuera del tenis», señala en un encuentro con periodistas españoles. «Le ayudará a pensar y a descifrar la situación. Al final, todos los deportistas con los que hablo me dicen que su deporte es el más duro, pero las características del tenis son únicas. No es un deporte únicamente físico, sino también mental. Si no tienes esa coordinación perfecta entre los dos mundos, no podrás llegar nunca a la élite».
Hasta ahora, Muguruza había vivido uno de los dos mundos, y la presión junto a unos resultados que no llegaban, o precisamente por ello, le han hecho parar, repensar, respirar y descubrir el otro mundo. «Detrás del deportista hay una persona que sufre, que tiene ansiedad, que está cansada, que lo pasa mal, que otras veces está feliz. Cómo se encuentre repercute de forma directa en el entrenamiento y en la competición», dice Alba Navarro, psicóloga sanitaria y deportiva.
Se puede fijar uno en Ashleigh Barty, retirada con 27 años en la cúspide del tenis. O en Casey Stoner, misma situación que la tenista. O Nico Rosberg, que eligió la vida lenta tras ganar su primer título de Fórmula 1. No es una decisión fácil, sobre todo si uno parece tener la capacidad para seguir ganando. «He sido un poco valiente al parar, algo que me costó mucho y estoy feliz. No tengo fecha de vuelta, pero este año (2023) seguro que no porque quiero estar con mi familia», reflexionaba Muguruza en julio, tras recibir la medalla al Mérito Deportivo.
Andre Agassi odiaba el tenis y ahí seguía, aunque la raqueta le repulsara. El planeta aplaudió su forma de actuar. Bjorn Borg aparcó el tenis con 27 años hastiado de todo. El mundo se preguntó por qué lo hizo. «Quizá la idealización que hay del alto rendimiento esté contribuyendo a esta situación. Son deportistas admirados y a muchas personas les gustaría tener la vida que creen que tienen, pero desconocen los esfuerzos y sacrificios que hacen para estar al más alto nivel. Se está empezando a trasmitir una visión más humana del deportista que es mucho más real. La visibilización de este tipo de casos de deportistas que han parado por su salud mental está ayudando a esa humanización del deporte», observa Llopis.
Respeto y ganas
Muguruza disfruta de paseos, zumba, boxeo, despertarse sin una hora fija, de preparar su boda para 2024, y aun así, la raqueta sigue en algún lugar de su cabeza: «No echo de menos la competición, ganar sí. Quiero descansar. Sigo jugando y yendo al gimnasio, no quiero perder la forma. Mi día a día ahora es muy relajado, saber que no tengo que competir. No es un adiós definitivo, sino un año sabático». ¿La vuelta? «Cuando realmente tenga ganas».
«Está tranquila, descansando y haciendo cosas que todos estos años no ha podido hacer. Tomará una decisión en su debido momento. Ojalá vuelva fuerte, pero será su decisión y tendremos que respetarla. Todas las jugadoras cuando se han tomado un respiro después vuelven más fuerte. Si Garbiñe decide volver, seguro que lo hará», explicaba Conchita Martínez, quien fuera su entrenadora y gran amiga y confidente desde entonces.
Pero ¿se puede volver al sitio que te ha generado ese cansancio mental? «Lo más importante es poder analizar las fuentes de desgaste y planificar los momentos en los que el deportista necesita recargar la energía. Uno de los objetivos principales del trabajo entre psicólogos y deportistas es tener presente el desgaste emocional que les produce su deporte y ayudarlos a gestionarlo. El problema es que en muchas ocasiones las personas reaccionan cuando es demasiado tarde y ya se ha decidido abandonar», concluye Llopis. Solo Muguruza sabe dónde está su felicidad.
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