Tenis / IRREPETIBLE NADAL
La vida después de Rafa Nadal
Comienza una nueva etapa del tenis con el futuro abierto para los jóvenes a los que les han calado las lecciones del balear, que también inicia una nueva etapa como Rafa
El mito al que quisieron todos
Rafa Nadal, el titán que nos hizo amar el tenis
![Nadal, durante su despedida](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/11/20/nadal-adios-afp-RgOBfc5CXLz2rKQScuDG9nI-1200x840@diario_abc.jpg)
Amanece el tenis con un pinchazo dentro que se reproducirá en cada torneo en el que ya no surja en el cuadro o por megafonía el nombre de Rafael Nadal. El tenis sigue sin el balear, apartado de este deporte por un cuerpo al ... que no le queda más gasolina y con un adiós casi en la clandestinidad, más allá de la medianoche, que no ensombrece, ni mucho menos, lo que ha dejado a lo largo de estos más de veinte años de carrera. Málaga, sin embargo, continúa con su Copa Davis: con Alemania ganando a Canadá para jugar la semifinal contra Países Bajos, el último rival de Nadal. Este jueves, Australia-Estados Unidos (10.00 horas) y Argentina-Italia (a partir de las 17h).
El balear tuvo una noche corta, pero intensa. Emocionado desde las cinco de la tarde, con el himno español y una grada volcada con él, y tras un partido de casi dos horas, hubo una nueva explosión de lágrimas cuando el resto de Koolhof atravesó la pista y el corazón del tenis se encogió. Sí, ese partido ante Van de Zandschulp había sido el último de Nadal. El vídeo, las palabras a su equipo, a su familia, y la ovación volvieron a clavarse en este Nadal al que le hubiera gustado seguir en el tenis. El cuerpo le ha forzado a decisiones que no quería tomar: como a este adiós precipitado, algo frío, en una pista rápida y bajo techo tan lejos de sí mismo y sus mejores golpes. Imposible alargar el pulso con el físico para el final que soñó y se merecía: en su tierra batida, su reinado.
Asumida esta realidad, se levantó hoy como un extenista, y cogió el avión hacia Mallorca en la sobremesa con la calma de quien no tiene un entrenamiento que cumplir. Más tarde que otros miembros de su equipo, camino de casa desde primeras horas para pasar el luto. Nadal, ya convertido en Rafa, puso rumbo a su nueva vida, cerca del mar, con tiempo para recuperar ese cuerpo castigado de 38 años, de la fatiga física y emocional. Entregado ahora a la familia, la que lo sustentó, lo levantó, lo hizo volar siempre con los pies en la pista. Los que lloraron por el y con él en el homenaje porque el viaje sin ellos ni hubiera sido posible. Y así lo hizo constar.
Él inicia una nueva etapa en la que todos dicen que no se aburrirá, porque tiene intereses y compromisos más allá del tenis, que él también era y es mucho más que tenis. El de Manacor tendió la mano a las instituciones para poder seguir llevando la raqueta a cualquier lugar del mundo y poner el listón un poco más alto, aunque no sea con 'drives' ni saques. Tiene el ejemplo de Roger Federer, jubilado en 2022, pero incansable en cuantas acciones solidarias, publicitarias o sociales lo requieran. Y él tiene el mar, y el golf, y la academia, y torneos que pedirán su visita. Y hasta el parchís. «No es como un jubilado que ya no tiene nada que hacer, Rafa tiene muchos planes. Es un gran embajador y le gusta», aceptaba David Ferrer.
Pero este deporte sí prosigue sin él, y se abre un panorama que se esperaba desde hace tiempo, pero en el que nadie quería pensar todavía. Sin Federer y sin Nadal, el triunvirato se queda en un liderato entre algodones, en pie todavía Novak Djokovic como estandarte de un tenis que ya casi no existe, aunque se observan reminiscencias de los más grandes en los que están por hacerse los más grandes.
Falta averiguar si el serbio, que ya ha firmado un atípico año, con el oro olímpico como único título, podrá mantenerse erguido con 37 años ahora que le faltan los dos apoyos con los que creció y en los que se impulsó. Si podrá ser el Djokovic hambriento que los tenía como objetivos y que ahora se pierde y se desdibuja en la juventud de un tenis y una forma de entender el deporte que va menos con él.
Pero Nadal deja lo suficiente como para que el tenis continúe en buenas manos. «Para los que venimos por detrás ha sido una suerte poder vivir la etapa de Rafa, Federer y Djokovic y esa lucha entre esos tres gladiadores, jugadores que no son de este planeta. Al mismo tiempo, Rafa ha dejado a mucha gente con esa ilusión de ver qué va a llegar y, en cierto modo, si los que estamos ahí, los jóvenes no llegamos a ese nivel, va a ser como una frustración o una decepción para el mundo del tenis. Espero no tomármelo así, sino dar mi mejor nivel día a día», expresó Alcaraz, recibido el cetro del poder del tenis español de las mismas manos de Nadal. «Ha dejado su carrera contento y satisfecho de saber que lo ha dado todo desde el primer hasta el último día, y eso es lo que yo voy a intentar: dar lo mejor de mí, ser la mejor persona y jugador que pueda día a día, torneo a torneo y año a año», se comprometió el murciano, dueño del tenis pos-Nadal que empezó ayer.
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