Swiatek se salva de un buen susto y un punto de partido ante Osaka

Laura Marta

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

29/05/2024
Actualizado a las 21:02h.

Compartir

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete

Se echa las manos a la cabeza la Philippe Chatrier porque se presencia un eclipse en la pista. Un acontecimiento que no se daba desde hacía tres años: Iga Swiatek está perdiendo su partido de Roland Garros, su Roland Garros, pues suyas son tres coronas (2020, 2022 y 2023) y llegaba con tenis y energía para conseguir un cuarto.

La polaca sufre de lo lindo contra una Naomi Osaka descomunal. Que ya era complicado el combate a priori, porque la japonesa también es campeona de cuatro Grand Slams y tiene experiencia en estas batallas. No es fácil lograr una victoria contra Swiatek en París, que han sido quince victorias seguidas aquí, y todavía es más difícil lograr que uno de los sets sea por 6-1. Precisamente, a la reina de los roscos (sets por 6-0). Hazaña de las grandes.

Que se entiende porque la japonesa, 134 del mundo porque está volviendo tras su maternidad, juega a un nivel estratosférico desde el primer punto, aunque en el primer set, competido hasta el tie break, se encargue también Swiatek de elevar la intensidad y la dificultad a la empresa.

Pero es Osaka quien se mete en modo avión en el segundo capítulo del certamen y enciende todas las alarmas en una grada en la que son mayoría las banderas de Polonia. Pocas, casi ninguna tenista, ha podido vencer con tanta superioridad a Swiatek desde que esta se encaramó a las alturas del tenis.

Encadena golpes ganadores Osaka, que se impulsa hacia un 4-1 con aparente facilidad y hasta se inventa una bola para completar el 5-1. Pero ahí, Swiatek, la número 1 más número 1, la campeona de cuatro Grand Slams y esa tenista superior que aterroriza a sus rivales con su estilo robótico, potente y eficaz.

Punto a punto, sin mirar más allá, Swiatek construye una remontada maravillosa que eleva el nivel del partido a categoría premium. No hay cabida para el desaliento y sí para dos tenistas en estado de gracia que regalan un puro espectáculo que bien podría haber sido la final, pero solo es una segunda ronda.

Osaka percute con unas derechas infranqueables, pero responde Swiatek con la misma contundencia, incluso con atrevidos remates en la red que la van llevando del casi 1-5 al 2-5 y al 3-5. Ahí, el eclipse deslumbra al personal porque la japonesa tiene una bola de partido que desaprovecha con una derecha larga. Y se asiste a que el sol vuelva a verse poco a poco, pero por el otro lado de la luna, porque la tendencia se inclina hacia la polaca, fuerte, segura, incansable.

Tan envalentonada después de levantar esa bola de partido que se regala la primera opción de break convertida, después de haber perdido las nueve anteriores. El tenis, ya lo dice Rafael Nadal, cambia rápidamente y la dinámica del partido cambia por completo.

Ahora tiembla Osaka, dos dobles faltas para ofrecer otro break, pero no Swiatek, que se aferra con todo lo que tiene a una victoria, la decimosexta seguida en esta pista, a pesar de que se cumplen tres horas de partido. Todavía hay espacio para que la japonesa tenga una bola de break que habría cambiado todo de nuevo, pero es la polaca quien atrapa la segunda a su favor y obliga a Osaka a un último error con el que el sol vuelve a salir en la Chatrier para la triple campeona de Roland Garros.