Hazte premium Hazte premium

Tenis

Sorribes cae con la cabeza muy alta ante Haddad Maia en el tercer partido más largo en París

La castellonense firmó un partidazo en su primera vez en los octavos de Roland Garros y hasta salvó tres bolas de partido antes de inclinar con honores ante la brasileña (6-7 (3), 6-3 y 7-5) en tres horas y 51 minutos

Alcaraz pone el acelerador camino de cuartos de Roland Garros

Sara Sorribes, durante su partido contra Haddad Maia AFP
Laura Marta

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Es Sara Sorribes la imagen de la constancia, del esfuerzo, del trabajo del día a día, del tesón de la hormiguita, como ella misma se define. Ha alcanzado los octavos de final de Roland Garros con esa actitud, plantando cara a Beatriz Haddad Maia en una jornada estupenda de tenis. Partidazo de la brasileña y la castellonense, 7-6 (3), 6-3 y 7-5 en tres horas y 51 minutos, el tercer encuentro más largo en París en la era Open, para rubricar que Sorribes está de vuelta, casi completa la resurrección: de la lesión que la tuvo apartada desde septiembre abril, y que la hizo pensar que quizá sería el final, hasta esta ronda, imagen de poderío y sacrificio, ante la 12 del mundo, levantando tres bolas de partido para alegría de una Suzanne Lenglen encantada con el enfrentamiento.

Cierra el puño y dientes apretados. Es un primer set en el que Sorribes sufre con los golpes duros de la brasileña, muy crecida con ese 1,85 y un cuerpo compacto. Aprieta con su zurda y marea a la española, a la que después de tantos meses en barbecho, parecía que le faltaba esa puesta a punto. Pero el partido es largo y a la pupila de Silvia Soler le interesan los intercambios dilatados. Ahí empieza a encontrar su ritmo y a desequilibrar a la brasileña.

Fue del tirón, por agresividad y colocación, un 2-5 del que Sorribes se revuelve. La hormiguita se hace fuerte atrás y llega y llega y llega. A los golpeos de la rival e incluso a su moral, pues hay más confianza en la castellonense. Y llega al 5-5 por inteligencia, por saber atraer a la rival y ofrecer la resistencia necesaria para que caiga el set de su lado. Ocho puntos seguidos, 12-1 de parcial, un globo, una dejada, un puño y set.

Pagó el cansancio, también la paliza a ese escafoides del que se ha olvidado por completo porque han sido muchos meses de trabajo en la sombra con Blanca Bernal. Y Haddad Maia centra el tiro. Eleva el nivel y aprovecha el bajón físico de la española. La grada celebra que se vaya a un tercer set y eso que todavía no saben que habría fuegos artificiales en el parcial definitivo.

Había llegado Sorribes a esta ronda de sorpresa. Eran las once de la mañana del sábado y preparaba ya las raquetas para salir a la pista. Tenía enfrente una de esas montañas que escalar en el tenis de hoy, Elena Rybakina, campeona de Wimbledon 2022. Pero llamaron al a puerta de su vestuario y le preguntaron si había visto el móvil. Atendió a cogerlo y ahí estaba el mensaje: «Rybakina se daba de baja por enfermedad». Sorribes se clasificaba a octavos de final sin jugar. Lloró de la emoción. Viene de superar una difícil lesión en el escafoides del pie derecho, desde septiembre de 2022 hasta abril de 2023. Ahora en octavos de Roland Garros. Nunca había estado tan lejos en un Grand Slam. Y quería aprovecharlo.

Al menos, iba a disfrutar todo lo posible sobre la pista, en su momento más especial en París. De la oscuridad de un túnel que la llevó a pensar que no la superaría, tres meses con una bota, muchas más semanas de paciencia, al soleado día en la Lenglen. Y dejó huella en un tercer set espectacular, con peloteos intensísimos, juegos que rozaron los diez minutos de duración. Un abanico de dejadas, globos, derechas ganadoras y reveses cortados para guardar para siempre en la memoria.

Pero Haddad Maia tuvo ese puntito más de chispa en los momentos claves, sobre todo cuando no le tocaba sacar, más al ralentí la española que intentó frenar la potencia con bolas altas lamiendo la línea de fondo. Obligó a la brasileña a exprimirse al máximo, levantó hasta tres bolas de partido, la hizo caer en 65 errores no forzados (por 31 propios), pero terminaron por inclinar la balanza los 65 ganadores (por 35 propios).

Abonada a las maratones

Una derecha paralela sentenció el encuentro, pero las dos se llevaron la ovación de la jornada, puesta en pie la grada que agradeció el esfuerzo, el compromiso y el espectáculo. Y la advertencia de que Sorribes está de vuelta y ya se maneja con mucha soltura entre la élite. Y en los maratones, pues ha protagonizado el décimo partido más largo de la WTA en la Era Open y ha estado en tres de ellos: victoria contra Camila Osorio en Cleveland 2022 (7-6, 4-6 y 6-3), victoria ante Camila Giorgi en Roma 2021 (7-6, 6-7 y 7-5) y esta derrota contra Haddad Maia.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación