El póquer de ases de Rafa Nadal
Ganó a Djokovic (6-4, 5-7, 6-4 y 6-2) para llevarse el US Open, el único torneo grande que le faltaba para completar el "Grand Slam"

A Rafa Nadal, el rey del circuito tenístico, le faltaba una carta en su baraja. Tenía el as de tierra, el as de hierba y el as de cemento australiano, pero le faltaba el último, el de cemento neoyorquino, para cerrar el círculo de la perfección, el sublime póker del "Grand Slam". Hoy completó la gesta, ganando el US Open, el único torneo de los cuatro grandes que todavía no figuraba en su excelso palmarés. Los cinco entorchados de Roland Garros (2005, 2006, 2007, 2008 y 2010), los dos de Wimbledon (2008 y 2010) y el del Open de Australia (2009) ya tienen la férrea sujeción con la que atar el nombre de Rafael Nadal Parera (Manacor, 1986) a la historia del deporte español y mundial.
Nadal ha sabido adaptarse a la hierba y al cemento
Terrícola de nacimiento deportivo —su dominio sobre el polvo de ladrillo data de sus diecinueve años—, el balear ha sabido reconvertir su juego para adaptarse a todas las superficies y colarse, con sólo veinticuatro años, en el pedestal de los mejores tenistas de la historia, el de aquéllos a quienes les resulta indiferente jugar sobre suelo duro, césped o arena, porque saben cómo se gana en todas partes. De hecho, el triunfo de ayer implicaba acariciar su tercer "Grand Slam" consecutivo en 2010, en tres superficies diferentes (la tierra parisina, la hierba londinense y el cemento de la Gran Manzana).
Lluvia para amenizar
La hazaña debería haberla cerrado el domingo, pero la lluvia, caprichosa ella, quiso aportar un plus de épica, beneficiando a Djokovic, que, de haber jugado el domingo, habría caído mucho antes que ayer, después de su largo partido de semifinales ante Roger Federer, que se fue a cinco sets y en el que incluso debió levantar dos bolas de partido. A pesar de ello, el partido empezó bien para Nadal, que le rompió el servicio a Djokovic en el primer juego y luego se puso 2-0 ante un rival que no atinaba. Sin embargo, el serbio se repuso y empató la contienda (2-2). El siguiente juego marcó el devenir del partido. Se puso 0-40 Nadal, pero el balcánico salvó las tres bolas de "break", a las que siguieron otras tres, todo un carrusel de opciones de rotura, algo que el español lograba a la sexta. La ira contenida de "Nole" la pagó su raqueta, reventada contra el suelo por la mano de su dueño. El resto del set discurrió sin más novedades hasta el cierre: 6-4.
En el segundo set, Djokovic resucitó y, tras un "break", pronto se puso 1-4. No obstante, templó los nervios Nadal para recuperar la rotura y ponerse 4-4. Empezaba a recuperar la confianza con el servicio que tan buenos resultados le ha dado en las dos últimas semanas, con pelotazos a más de 200 kilómetros por hora, esa herramienta que ha sumado a su estilo de juego de muralla infranqueable. Parecía que podía encarrilar el partido... y en ese momento la lluvia obligó a suspender el partido. Dos horas después, volvió el espectáculo. Lo malo fue que Djokovic volvió muy enchufado y se llevó el set por 7-5, con una derecha que mandaba las bolas una y otra vez a las líneas y ángulos más imposibles. Fue el único set perdido por Nadal en todo el torneo.
Ha ganado Roland Garros, Wimbledon y el US Open de forma consecutiva
Rafa no se puso nervioso. Sabía que era su gran oportunidad para ser el séptimo hombre en completar el "Grand Slam". Enseguida le rompió el servicio a su rival, para marcharse hasta un 3-1 y encarrilar el set. Desaprovechó varias bolas de "break" a lo largo de todo el set, pero no tuvo problemas para acabar llevándoselo por 6-4.
El cuarto set fue ya un baño absoluto del número uno del mundo, que cerró el partido con un inapelable 6-2, para suceder a Juan Martín del Potro como ganador en las pistas de Flushing Meadows. El resultado daba cuenta de su superioridad: 6-4, 5-7, 6-4 y 6-2. Era el final, la consecución del sueño de ganar los cuatro torneos grandes, honor que ahora compartirá con Roger Federer, único tenista en activo que cuenta con ese trébol de éxito. Además, sucedía a Manuel Orantes (1975) y Manolo Santana (1965) como ganador español en Nueva York. En once finales de "Grand Slam", suma nueve títulos, un registro sólo al alcance de los elegidos.
El futuro cercano
Con la victoria en el US Open, Nadal se suma al club de los que han ganado los cuatro grandes torneos del circuito: Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open. Antes de él, sólo lo habían hecho seis tenistas: Fred Perry, Donald Budge, Roy Emerson, Rod Laver, Andre Agassi y Roger Federer. Tras Budge, que completó el "Grand Slam" con veintidós años, Nadal es el segundo más joven en hacerlo a nivel general y el primero en la Era Open, que dio comienzo en 1968. De los seis predecesores, sólo dos lograron ganar los cuatro torneos en un año: Budge (en 1938) y Rod Laver (en 1962 y 1969). Nadal no puede igualar ahora mismo esa hazaña, pero sí podría ganarlos todos de manera consecutiva, aunque no sea en el mismo año, si en enero de 2011 se impone en el Open de Australia, un torneo que ya ganó en 2009. No hay que olvidar tampoco la medalla de oro olímpica y las tres Davis que figuran en su palmarés.
Sus problemas de rodilla le motivaron a cambiar su saque
Tras la barrera que rompió ayer, a Nadal le quedan pocas metas por cubrir. La más importante de ellas es imponerse en la Copa Masters que reúne a final de temporada a los ocho mejores tenistas del ranking ATP. Las otras se definen en forma de Masters 1000. De los nueve que confluyen en el calendario, en cuatro de ellos no sabe aún lo que es alzarse campeón: Miami, Cincinnati, Shanghai y París. Los dos últimos, junto con la Copa de Maestros, podría ganarlos de aquí a final de año si sigue con su apabullante juego sobre pista dura. Para la temporada que viene quedarían ya los torneos de Miami y Cincinnati, que se disputan en territorio del Tío Sam, igual que el US Open que ayer cayó en su zurrón.
Además, Nadal tiene asegurado el primer puesto del ranking ATP para muchos meses. Los 2.000 puntos de la victoria en el US Open le catapultan hasta un cómputo global de 12.025, ahora mismo inalcanzable para Djokovic (7.145) y Federer (6.735) de aquí a final de temporada, pues sólo hay dos Masters 1000 (Shanghai y París) y la Copa Masters. Además, Nadal apenas defiende 1.040 puntos hasta diciembre, mientras que el serbio y el suizo deberán proteger 2.760 y 710. Hasta la gira de tierra, donde sí deberá defender 5.000 puntos, Nadal seguirá siendo casi seguro el número uno, ya que apenas cosechó puntos en la gira de pista dura de comienzos de 2010 (1.230).
Rafa es una roca cuesta abajo, una cascada de competitividad y pundonor que, de seguir así, puede erosionar todos los récords que encuentre a su paso mientras se alza como el tenista más grande de la historia. Larga vida al rey del póker.
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