Las lágrimas de Mery Perelló tras la lesión de un Nadal que acabó desesperado

David Sánchez de Castro

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18/01/2023
Actualizado a las 09:03h.

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No fue, ni mucho menos, el mejor día de Rafa Nadal. El manacorense vio cómo un semidesconocido Mackenzie McDonald, número 65 del mundo, le apeaba del Abierto de Australia después de que una lesión en el muslo izquierdo le obligara a tirar la toalla.

Ya mucho antes de ese momento del segundo set donde se echó mano a la pierna se veía que algo no iba bien. No es normal que Nadal pierda la paciencia con un juez de silla, salvo que este sea su 'enemigo íntimo' Carlos Bernardes, pero en este caso tuvo un serio encontronazo con Mariana Veljovic, la encargada de repartir justicia en el partido.

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El español, que nunca encontró su ritmo, sufre un pinchazo en el 4-3 del segundo set y continuó por pundonor hasta el final del tercer parcial (6-4, 6-4 y 7-5)

Nadal estaba furioso. A gritos, el español le espetó que le estaba dejando muy poco tiempo para coger la toalla, que le estaba metiendo mucha prisa. Hasta en dos ocasiones se enfrentó con Veljovic, que cumplió la normativa de manera íntegra: desde que toca el cronómetro, el tenista tiene 25 segundos para realizar su saque.

A Nadal no le gustó que le presionaran.

Ya en ese momento, cuando aún no se había cruzado al segundo set en el que finalmente abandonaría, se veía que Nadal no estaba nada cómodo. Pidió ayuda médica y le revisaron el muslo: las sensaciones no eran nada buenas. Las miradas hacia el banquillo y hacia su familia tampoco auguraban buenas noticias. Carlos Moyá y Marc López miraban serios, mientras por encima los padres y la hermana del tenista gesticulaban con gesto preocupado.

Nadal se veía obligado a pedir consejo, casi sin hablar, sobre lo que debía hacer. Le daban tirarse de los pelos: no había posibilidad de que siguiera.

Pero sin duda una imagen que resume la situación, porque este abandono en Melbourne puede ser un síntoma de algo mucho más serio, es la reacción de la pareja de Nadal. Mery Perelló no pudo contener las lágrimas cuando vio que su marido y padre de su hijo, Rafa Jr., se iba cojeando.

La escena es demoledora: Mery sabe que los problemas físicos de Rafa pueden acelerar lo que muy pocos quieren.

Una vez que se confirme el alcance de su lesión, Nadal comenzará a trabajar con un único objetivo: recuperarse. El foco está en Roland Garros, que se disputa entre el 28 de mayo y el 11 de junio, por lo que hay margen, siempre que detrás de este nuevo problema físico no se encuentre algo más serio. Las primeras sensaciones no son nada positivas y Nadal lo sabe.