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Tenis

Carlos Alcaraz se pone a cien en la élite

Indian Wells

El tenista español el centenar de triunfos en la ATP al superar a Grieskpoor y ya está en octavos

Alcaraz avanza a los octavos de final de Indian Wells

Carlos Alcaraz, tras sumar su victoria cien en la ATP AFP
Laura Marta

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Todavía un adolescente, Carlos Alcaraz firmaba su primera victoria ATP el 18 de febrero de 2020. Fue ante Albert Ramos, por 7-6 (2), 4-6 y 7-6 (2), en tres horas y 36 minutos. Una muestra de la fortaleza y de lo que estaba por venir. Tenía 16 años. Tres después, el murciano sopla las velas de su triunfo número 100 en la ATP, tras ganar al neerlandés Tallon Griekspoor, todavía sin cumplir los 20.

Se lo está pasando bien Carlos Alcaraz en Indian Wells. Para el murciano es un volver a la tierra prometida, donde dio el salto que le faltaba para instalarse en la élite y, sobre todo, en el imaginario colectivo del tenis actual. Aquí alcanzó sus primeras semifinales de un Masters 1.000, hace apenas un año. Solo Rafael Nadal aplacó su ímpetu, pero se llevó una fisura en la costilla como factura y señal de aquel murciano que todavía no había cumplido los 19 años. Ausente el balear en esta edición, todavía en proceso de recuperación del problema en el psoas-ilíaco que se produjo en la segunda ronda del Abierto de Australia, es Alcaraz quien se lleva los focos, los aplausos, las fotos y los halagos. Rendido el personal a su juego divertido y espectacular y a su carisma innata, esa que otros de su generación no han sabido explotar como él. El viaje de aquel Alcaraz a este ha sido corto, pero muy intenso.

Ha sido una progresión que se asemeja con su juego: vertiginosa como sus vuelos por la pista, potente como su saque, fulminante como su derecha. Cien victorias, 32 derrotas, 7 títulos, primer Grand Slam (US Open 2022), número 1, y con opciones de regresar a él si la semana termina el domingo igual de bien que ha empezado: con los triunfos y la alegría demostradas ya en sus dos primeros encuentros.

La primera, con solo 16 años

Apenas 16 años tenía cuando celebró aquella primera victoria ATP. Fue en Río de Janeiro 2020, ante Albert Ramos. Perdió después con el argentino Federico Coria (6-4, 4-6 y 6-4), pero ya no había vuelta atrás. Aunque en ese curso de la pandemia todavía disputó el circuito challenger, fue el trampolín para aterrizar con los dos pies en la élite en 2021. Fue el año de las primeras veces, pero rotundas; de conocer el circuito y conocerse en él. Y, sobre todo, de que lo conocieran. Primer cuadro final en el Abierto de Australia, semifinales en el ATP 250 de Marbella, primer encuentro con Rafa Nadal (en el Mutua Madrid Open), primer Wimbledon, primer título (ATP 250 de Umag), primeros cuartos de final de Grand Slam (US Open), maestro júnior para demostrar que su lugar ya hacía tiempo que estaba entre los mayores.

De aquel que celebró su primera victoria en Río en 2020, al que ganó el título en 2022, y el que alcanzó sus primeras semifinales de un Masters 1.000. Este de Indian Wells. Después llegarían los títulos en Miami, en el Mutua Madrid Open y el US Open. Pero también fue la temporada en la que aprendió Alcaraz el vértigo de la presión y el vacío. Conquistado un primer sueño, tan rápido (Grand Slam y número 1), tardó -aseguraba en febrero- en reencontrar la ambición. Y esa bajada de adrenalina se tradujo en la aparición de las lesiones. Baja en el Abierto de Australia este año y también en Acapulco hace dos semanas porque se dio un atracón de nueve partidos en 14 días entre Buenos Aires y Río y el isquiotibial de la pierna derecha le pasó la factura en la final ante Cameron Norrie.

De aquel que se presentó en el desierto californiano en 2022 y solo Nadal pudo frenar queda mucho y a la vez poco. Ya había una derecha estupenda y un repertorio de dejadas que enloquecían al oponente. Ha mejorado el drive, más efectivo si cabe; ha ganado herramientas desde el fondo y ha multiplicado su agresividad, mucho más certero con su saque (en el estreno ante Thanasi Kokkinakis firmó 20 puntos de 21 posibles con su servicio) y más rápido en el resto para meter presión inmediata, para robarle tiempo de pensar al rival.

Ha crecido a marchas forzadas, en músculo y en madurez. Había cierta precipitación a veces en su juego, mucho ímpetu atolondrado y con tantos recursos había líos en ciertos puntos. Ya no, o al menos, ha minimizado las lagunas. Un tenista completo temido en el planeta tenis especialmente en esta pista rápida en la que parece volar. Se lo está pasando bien Alcaraz en Indian Wells. Ya es centenario.

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