Alcaraz, de repaso en repaso, ya está en semifinales de Róterdam

Es Pedro Martínez un jugador atrevido, directo en su estilo y consciente en este duelo de cuartos de que ser segundo español en el ranking es un meritazo, pero que todavía le queda algún paso para codearse con los más top, como el que tenía enfrente. Pero hizo lo suyo, una estrategia de agresividad desde el inicio, intenso, rápido, de saque y red en cuanto pudiera ejecutar con garantías, y con eso regaló sus mejores momentos.

Sin embargo, enseguida lo leyó Alcaraz, y presionó esa estrategia con restos profundísimos, gracias a esa derecha prodigiosa que tan bien le está funcionando estos días en Róterdam, y que incomodaron demasiado a Martínez. De primeras, una rotura.

Probó la derecha Alcaraz, dos errores en su primer juego para calibrar el nivel que debía ofrecer, y la distancia y la altura y el tempo. Pero enseguida encontró la línea de fondo, de la que no se movió ni un milímetro, y percutió desde allí a todos los lados ante un voluntarioso Martínez, dueño también de una derecha abierta complicada de leer, pero que no pudo ofrecer mayor resistencia que algunos momentos esporádicos de brillantez y firmeza; los pocos que le dejó el murciano.

Porque incluso cuando el valenciano conseguía impactar bien su derecha, pies en posición perfecta y bola a la línea, la contestaba con mejor puntería y velocidad el murciano. Nada que hacer ante este Alcaraz, muy superior y al que el cuadro se le ha suavizado hasta alcanzar estas semifinales, salvo mostrar la valentía que lo caracteriza y dejar muestras de lo que está por llegar para el 44 del mundo.

A lo suyo, el murciano, número 3, apretó el acelerador con su drive y su saque, metió miedo en la mano del rival, y se paseó como había hecho contra Andrea Vavassori, pero sin perderle el respeto al valenciano en ningún momento. Está Alcaraz de dulce en esta pista de Róterdam que pisa por primera vez. Después de las irregularidades en el estreno, ante un siempre complicado Botic van de Zandschulp, concentración y control absoluta en sus dos siguientes choques una vez apagó las ilusiones de los rivales. Alcaraz en apogeo.

Saque abierto y remate con la derecha paralela, saques directos (y 86 % de puntos ganados con el primero), reveses paralelos a la línea, pasantes en todas las direcciones... lanzado y sin freno logró el primer set en 32 minutos y comenzó marcando territorio en el segundo con una rotura a la primera, por si quedaba alguna duda.

No tenía ninguna Martínez, a pesar de seguir intentándolo, buena cara a un choque que dominaba Alcaraz sin pestañear, más concentrado que nunca y con el mando de cada punto en los que Martínez solo podía correr y correr y correr. Porque siempre siempre siempre estaba Alcaraz ahí, donde lo intentaba el valenciano, pero mejor apoyado, más rápido, más fuerte.

Con una segunda rotura en el segundo set, a Martínez solo le quedó probar alguna que otra diablura, disfrutar de haber alcanzado los cuartos, de haber dejado muestras de su calidad y reconocer la superioridad de Alcaraz, al que ni siquiera le hicieron temblar las dobles faltas ya con 4-1 y soluciones para todo: para corregir sus pequeños errores y seguir con la tranquilidad de quien lo tiene todo bajo control, bajo su mano, bajo su dominio, bajo su derecha, con la que fulmina al valenciano incluso al resto, para terminar en apenas 70 minutos el duelo fratricida de cuartos.

Confiado, tranquilo, concentrado, cada vez más convencido de sus posibilidades, ya está en semifinales, donde se encontrará al polaco Hubert Hurkacz, 21 del mundo, el penúltimo escollo antes de levantar su primer título bajo techo.