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París es azulgrana
Manda el fútbol, siempre el fútbol. Hasta en Roland Garros se habla de la final de la Champions de esta noche, nostálgicos los franceses porque hace mucho, demasiado, que no tienen a un equipo de los suyos luchando por algo grande. El Olympique de Marsella fue el último en ganarla, un éxito del siglo pasado.
Mucho más apacible el sábado, con un clima más suave, las instalaciones de los Internacionales de Francia abren puntuales, más concurrida la calle comercial ya que empieza el fin de semana. Juega Rafa Nadal contra Antonio Veic en el segundo turno de la Philippe Chatrier y un poco más tarde deben acabar su pulso Del Potro y Djokovic, cebos para tener las gradas repletas . Y es ahí cuando se vislumbran numerosas camisetas del Barcelona, Messi y el 10 a la espalda, guiños cómplices entre los aficionados del conjunto catalán que esta noche, ante el Manchester United, puede entrar en el selecto club del cuatro. Incluso algún cántico improvisado con voz de ultra que rápidamente tiene la aprobación del resto. Sí, París es azulgrana.
También hay jugadores que se expresan sin tapujos. Janko Tipsarevic, eliminado en tercera ronda por Roger Federer , se pasea por el restaurante con la camiseta de su equipo y recibe las bromas de alguno. Albert Montañés, que juega mañana contra Fognini por una plaza en los cuartos de final, es fan, pero cuenta que esta vez no se vestirá de azulgrana porque así lo hizo durante el Godó y el Madrid acabó ganando la Copa. Otro aficionado de pro, David Ferrer, admite que hay cierto nerviosismo y hasta Rafa Nadal, la españolía es lo primero, reconoce que su madridismo no le impide apoyar al Barça desde la distancia. Al menos así lo expresa públicamente.
Es el día de la Champions, es el día del Barça. París, aunque también muestra a un niño despistado con un peluche que luce el escudo del Madrid y el nombre de Casillas, también lo sabe.
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