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Nadal aprende del aviso
El español y su equipo achacan el susto ante Isner a un problema de cabeza y extraen conclusiones positivas
Nadal aprende del aviso
Liberado del estrés, aparentemente más tranquilo después de llevarse un susto de muerte en la Philippe Chatrier, Rafa Nadal hace cola en el restaurante de los jugadores como uno más, obligado a comer en la planta de arriba porque estos días Roland Garros, a la espera de una criba más selectiva, es un jaleo constante. Camina con paso firme, cómplice con los extras que le piden fotos, siempre con Rafa Maymó, su fisioterapeuta, como compañero de viaje. La mejor raqueta del mundo estuvo contra las cuerdas y vio de cerca el precipitado adiós, pero se salvó por orgullo y corazón, centrado en los dos últimos sets después de haber divagado peligrosamente durante un buen rato. Del aviso, una conclusión positiva: Nadal ha entendido el mensaje. Ya siente que está en Roland Garros y hoy apunta al conquense Pablo Andújar en el tercer turno de la Suzanne Lenglen, la segunda central.
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Toni Nadal, entrenador y tío, sufrió como nunca en el palco, contagiado también en los primeros compases del partido contra Isner de una pachorra traicionera. Iba 6-4 y 4-2, una renta suficientemente cómoda para terminar con el gigante norteamericano. «Estaba todo bajo control», razona el tío Toni, «pero no jugó con la intensidad que tocaba en ese momento. Rafael estaba demasiado tenso y el rival tiraba de saque». Ante semejante panorama, el duelo se alargó cuatro horas y un minuto, histórica la estadística, ya que Nadal nunca había llegado al quinto set en París. Siempre hay una primera vez.
«Se va y le cuesta volver»
De inmediato, se improvisó un briefing —lo que siempre ha sido una reunión de trabajo, pero en el tenis se emplea el término con naturalidad— para analizar la situación y hubo un punto de encuentro. Nadal, a quien la cabeza siempre le ha funcionado mejor que nadie, ganador de muchos partidos por concentración y ganas, tuvo un desliz, otro más. «Sí, es verdad. A Rafa le cuesta volver al partido una vez se va de él. Jugó muy mal los dos tie breaks, mucho, y es por un tema mental», añade el técnico.
He aquí el problema principal, más allá de las pelotas o de una derecha especialmente corta. «Lo positivo es que ha superado una situación de gran dificultad, que vivió momentos de tensión y eso nos ha de ir bien ante experiencias complicadas que irán llegando», resumió el preparador, igual de convencido que su pupilo de que el problema es de coco. «Tiene que jugar con tensión, pero debe ser positiva, no de nervios, sin atenazarse. Es un tema personal, un problema suyo. La teoría ya nos la sabemos todos», concluyó.
La mente le funciona como nunca a Novak Djokovic, que se benefició del abandono de Victor Hanescu cuando el serbio ganaba por 6-4, 6-1, 2-3. Es su victoria 39 y ahora le espera un hueso, Juan Martín del Potro. Federer, por su parte, ni sudó ante Teixeira. «No sé si Nadal tiene confianza o no, pero tengo claro que es el rival a batir en tierra», insiste Djokovic. «Isner era un oponente muy complicado y Rafa volvió a demostrar por qué es el número uno», añadió. «Seguramente no jugó los dos mejores tie breaks de su vida», comentó Federer, «pero regresó al partido y fue interesante verle por primera vez en un quinto set en París», afirmó el suizo.
Todo piropos para Nadal, que se ha ganado el crédito por méritos propios. «Tiene mucha presión, pero sigue siendo excelente», sentencia David Ferrer, que vive una segunda juventud. Ayer fue muy superior a Benneteau.
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