Cena de celebración de Nadal con el rey Emérito Don Juan Carlos
El Rey Emérito y la Infanta Elena presidieron el palco en una jornada festiva y con muchos españoles en la grada. El campeón celebró su título cenando con el Monarca y con su equipo en el céntrico restaurante Café de la Paix
Ya de buena mañana, hacia las 9.30 horas, se palpa que es día importante en Roland Garros. Se disputa antes de la final masculina la de dobles femenino, y ahí compite la francesa Kristina Mladenovic, novia precisamente de Dominic Thiem y que termina levantando el trofeo junto a Timea Babos. Al menos queda esa alegría para la afición local y para el austriaco, consuelo que seguramente no le vale. El caso es que por la zona de los invernaderos del Bois de Boulogne va desfilando el público y se llena el recinto a cinco horas de la disputa por la Copa de los Mosqueteros, y se impone el acento español por las calles comerciales. Una cuestión también de decibelios, las cosas como son.
Desde que Nadal empezó a coleccionar trofeos, y para eso hay que rebobinar hasta 2005, no se veía tanta bandera española en Roland Garros. Abundan a la hora del partido y se repite una y otra vez el «¡Vamos, Rafa!», convertido ya en un grito universal porque no necesita traducción y porque queda muy bien así, «¡Vamos, Rafa!».
Ver comentarios