masters 1.000 de roma
Nadal vuela hasta Djokovic
El número uno supera a Dimitrov en su mejor partido en Roma (6-2 y 6-2) y se jugará el título contra Novak Djokovic

En el Foro Itálico, tan expuesto el escenario a recurrir a batallas de otros tiempos entre gladiadores, Rafael Nadal acepta el desafío de Novak Djokovic, tremendo desenlace en Roma para que el tenis recupere la normalidad perdida. En este 2014 de descontrol, todavía sin un dominador claro, Rafael Nadal mantiene la línea ascendente después de su título en el Mutua Madrid Open y aspira a reconquistar el Masters 1.000 italiano, premio a la constancia en una semana de infarto y partidos interminables.
Fue superando pruebas al filo del precipicio y en semifinales, contra Grigor Dimitrov, firmó su triunfo más limpio, un 6-2 y 6-2 para evidenciar que ya está en su sitio. El examen final es contra su enemigo más voraz (16 horas, La1).
Otra vez de noche, el horario que menos gusta al número uno del mundo porque su tenis pierde esencia, Nadal fue más Nadal que nunca desde el primer intercambio. Para empezar, rompió el saque de Dimitrov en blanco en una rotunda declaración de intenciones y jugó sin sobresaltos, liberado después de gastar buena parte de su épica ante Gilles Simon , Mikhail Youzhny y Andy Murray . Encendido con la derecha, exprimió al máximo esa pasión de la que tanto habla estos días con nostalgia y dejó por el camino a un enorme talento de proyección todavía desconocida.
Porque Dimitrov, 14 del mundo a sus 23 años recién cumplidos , tiene de todo para pelear contra los mejores, pero quedó reducido a la nada en su primera semifinal de un Masters 1.000. Por mucha intención que le pusiera, jamás pudo discutir en condiciones ante el mejor Nadal, perfecto en todas las estadísticas y rapidísimo para apuntarse la primera manga. Necesitó 33 minutos minutos para tomar la delantera sin conceder ni una sola oportunidad al búlgaro.
Más allá de la victoria, siempre imprescindible para alimentar el amor propio del balear, la mejor noticia es el cómo. Sin la necesidad de recurrir a ese guerrero que lucha hasta la última bola, sin la necesidad de angustiosas citas como las anteriores, Nadal dio una clase magistral sobre la tierra romana. Se movió con rapidez, llegó a todas las bolas con determinación y atacó tan bien con la derecha como con el revés, sólido también con un servicio que apenas peligró. [Narración y estadísticas]
En la segunda manga se repitió exactamente el mismo guión. Break y consolidación para despejar cualquier opción de remontada, excepcional el trabajo del vigente campeón. Sin arrugas en su frente ni miradas inquietantes a su palco, Nadal no cometió errores y dio valor a todos sus titánicos esfuerzos de los días previos con el triunfo más relumbrante.
Ahora, en Roma, se le presenta una fantástica oportunidad para seguir engordando la estadística de Masters 1.000 y colocarse con 28, pero le espera el ejercicio más engorroso. Hoy, al otro lado de la pista, le prueba Djokovic, orgulloso como nadie para superar en semifinales el bombardeo de Milos Raonic (6-7 (5), 7-6 y 6-3) y que le ha amargado en los tres últimos pulsos.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete