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BALONCESTO

Un Hughes superlativo impulsa al Betis Baloncesto en Oviedo (68-78)

PRIMERA FEB

El norteamericano, con 28 puntos (32 de valoración), se erige en el factor diferencial del conjunto verdiblanco, que se apunta la cuarta victoria consecutiva antes del parón y se afianza en la cuarta posición de la tabla

El desafío que más se repite lo cruza con un rival al alza

DeBisschop, intentando anotar ante la férrea defensa de Mikel Sanz y Lobaco, del Alimerka Oviedo RBB
Sergio A. Ávila

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Toda la matinal iluminado, demostrando un apetito voraz y espíritu de socorrista para sostener a su equipo en los momentos más delicados del partido, que los hubo, Mark Hughes se convirtió en el elemento diferencial en Pumarín del Real Betis Baloncesto, que rubricó un póquer de triunfos contra el Alimerka Oviedo (dos en Liga y dos en Copa de España) y sumó la cuarta victoria seguida tras las firmadas con el Lucentum, el Real Valladolid y el Grupo Alega Cantabria. Ya tiene 16 en su casillero el equipo verdiblanco, que se afianza en la cuarta posición de la tabla antes del parón inminente por la ventana FIBA de selecciones tras completar en tierras asturianas un partido intermitente, de destellos y apagones que se fueron alternando, mejor en defensa que en ataque y con notable contribución de Tunde. Ofreció lo mejor de su catálogo, demostrando que puede ser un elemento útil, con 14 puntos, cinco rebotes y 19 créditos de valoración. Números que lo erigieron, tras Hughes, en el segundo mejor hombre de la tropa de Gonzalo García de Vitoria.

El Betis se adaptó rápidamente a lo que exige una pista como Pumarín y un rival como el Alimerka: baloncesto eléctrico y ataques centelleantes sin margen para la especulación. Con Renfroe, Benite y Hughes al mando de las operaciones, el Betis pronto cobró ventajas (8-12) pese a la sólida defensa del pick&roll de su replicante. Objetivo: detener el impacto en las maniobras de Renfroe. A Benite no le entraron los triples tras sus dos primeros aciertos, pero después de un mate de Langarita (le birló la pelota a Cvetkovic cuando el serbio la subía), el Betis taladró un 0-7 que le dio el control de la situación al final del primer cuarto. Había aceptado el reto de un partido de altas revoluciones y, pese a su discreto acierto en el triple (2/6), la apuesta le estaba saliendo bien. Ganaba de ocho (15-23) a un Oviedo igualmente seco desde el perímetro pero también desenfocado desde la línea de personal (1/6). Cvetkovic sufría ante los larguísimos brazos de Langarita y Tunde, firme en defensa, sacaba tajada de las continuaciones. De regreso a pista, de nuevo activado en los tableros junto a DeBisschop, Kasibabu se cargaba con la segunda personal mientras Hughes, qué bombardero, seguía a lo suyo: triple, diez puntos en su cuenta y ocho de renta (22-30), aunque enseguida fue respondido por Duscak (25-30).

Al descanso, diez de ventaja

Todo lo hacía Hughes en el Betis: reboteaba, distribuía el balón y acaparaba tiros. El Betis necesitaba más herramientas y ampliar las fuentes de alimentación. Nadie mejor para ejercer ese rol que Benite (25-36), que anotó seis puntos seguidos en plena sequía del Alimerka, fallo tras fallo ante el muro verdiblanco, que forzó el tiempo muerto de Javi Rodríguez. Con menos de cuatro minutos para el receso, el Betis Baloncesto apenas había concedido ocho canastas en tiro de campo a su rival y se sentía cómodo en ese bajo flujo anotador, con el Oviedo fuera del carril que más le gusta. Kasibabu, desde el 4,60, ampliaba (25-41) y Benite castigaba desde el perímetro tras una defensa enorme del congoleño bajo tablero. Con todo bajo control, dos triples seguidos de los asturianos (31-41) apremiaron el tiempo muerto de Gonzalo García de Vitoria. Para acabar el segundo cuarto, dos pifias: una falta en ataque de Renfroe y una pérdida de Tunde tras coger un rebote que no le costó puntos al Betis porque el enceste de Langarita se produjo fuera de tiempo.

Hughes descerrajaba un nuevo triple para abrir el tercer periodo y tanto Benite como Cvetkovic rasgaban por el centro y sin oposición la defensa asturiana (33-48), que no entraba en calor y ofrecía facilidades. Que no era el partido de DeBisschop, menuda mañana la suya, se manifestó en un palmeo atrás que acabó en mate de Langarita y en una pérdida tras un pase de Cvetkovic que debió recepcionar. No se quedaba con un solo balón. Luego tampoco atajó un rebote de ataque y el Alimerka castigó en transición. Parcial de 7-0, tiempo muerto y nueva canasta de Nweke, con el Betis desnortado, perdido (42-48). Al fin cambió Gonzalo la pareja interior, pero la empanada verdiblanca era absoluta. Estos apagones del equipo justo cuando tiene la posibilidad de matar el partido son una constante. Dadivoso, regalaba y regalaba, como en una pérdida de Renfroe que ponía al Oviedo a tiro de cuatro puntos. Hughes y Tunde contenían la marea azulina, pero el anfitrión ya estaba desatado en el triple (50-53), con Valinotti encendido. Jelinek apagaba un fuego y Hughes, incombustible, otros dos (56-61). Era el estadounidense el socorrista del Betis Baloncesto, al que ya le llegaba el agua al cuello. A dos llegó a situarse en el Oviedo, que enseñó las garras (56-58). Había encajado el Betis 25 puntos en el tercer segmento y un parcial de 23-13 desde el 33-48.

Alimerka Oviedo - Real Betis Baloncesto

Ficha técnica

  • Alimerka Oviedo (15+16+25+12): Duskac (3), Lobaco (6), Mikel Sanz (11), Marc Martí (-), Nweke (15) -quinteto inicial-; Menuge (1), Amarante (-), Valinotti (17), Alejandro López (-), Langarita (6), Cosialls (9).

  • Real Betis Baloncesto (23+18+20+17): Renfroe (3), Benite (14), Hughes (28), Kasibabu (4), DeBisschop (4) -quinteto inicial-; Ruiz Jódar (-), Cvetkovic (2), Tunde (14), Rubén López de la Torre (-), Jelinek (9), Álex Suárez (-).

  • Árbitros: Zafra Guerra, Garvín Domingo, Calvo Aceña. Eliminado Duscak, con cinco personales (m. 34). Vigésima jornada de la Primera FEB. Polideportivo Pumarín.

Cadena de fallos y sentencia

Como se preveía, no se estaba librando del sufrimiento en Pumarín. Y aún le quedaba mucho que sudar. Gonzalo probó con el small-ball: Jelinek al cuatro y Tunde, al cinco. Desde el 4,60, el sierraleonés acertó tres de cuatro intentos consecutivos y Hughes, trabajo de orfebre el suyo, abría gas y asestaba su sexto triple (56-67). En su receta, el Betis necesitaba muchas dosis de control, defensa y acierto. Tunde, gran trabajo, sellaba el rebote y entre Renfroe y Cvetkovic, ambos al mando, trataron de rebajar el diapasón. Se les fue la mano porque el Betis perdió filo y dejó de mirar al aro. Se quedó sin ideas, completamente atorado, tirando por tirar cuando lo lograba, sin ningún plan. Como si los plomos se le hubieran fundido. Y así, por sus propios deméritos, casi mete en el partido a un errático Alimerka (qué miopía la suya desde el tiro libre: 13/25). No era capaz de sumar una canasta el Betis hasta que Hughes agarró la bola y dejó una bandeja contra el tablero (64-72). Luego erró una sencilla cuando el partido se había convertido en una incomprensible cadena de fallos. Jugaba el Betis con el reloj, alargando cada posesión para abreviar el sufrimiento y exprimiéndose en defensa ante un inoperante Oviedo. Un mate de DeBisschop tras balón doblado de Jelinek zanjó definitivamente el suspense, liquidó el partido y completó el meritorio póquer de victorias del Betis Baloncesto con los asturianos.

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