La gloria fue esquiva en Cartagena para un dignísimo Betis Futsal (3-1)

La presión alta, asfixiante, le surtió pronto efecto al Betis, con pérdida del brasileño Tomaz y remate franco abortado por Chemi. El segundo intento se le marchó al verdiblanco al exterior de la red, frustrándose así un doble susto en el primer minuto y medio del partido que asentaba las credenciales del equipo de Brocanelo. La respuesta del Jimbee fue un lanzamiento de falta de Motta que desbarató Ferreyra. Se activaron los anfitriones a través de la pelota, pero sin hacerle daño en la fase ofensiva al Betis, evitando las desaplicaciones... hasta una pérdida en mediocampo que le costó la amarilla a Ismael por derribo a Mouhoudine. Solicitó el Jimbee la revisión y la amarilla se convirtió en roja directa. Ismael se perdía el resto de la final y su equipo se quedaba dos minutos en inferioridad. Starna salvó al Betis ante Darío, que acertó en la siguiente oportunidad y puso por delante a los cartageneros aprovechando un pase filtrado, al sitio más dañino, de Motta.

De inmediato replicó el Betis. Pidió penalti sobre Rafa López de Gon Castejón. Tuvieron que verlo los árbitros en el monitor para decretarlo. Lin erró la pena máxima y Pablo Ramírez largó de inmediato un punterazo que resolvió Ferreyra. Ese nuevo susto no amedrentó al Betis, que mantuvo su presión alta ante un Jimbee que se reactivaba otra vez en ataque, aglutinando posesión y acumulando disparos. Charly reventó la pelota contra el larguero en la búsqueda del empate. Lo que llegó, empero, fue el segundo tanto cartagenero en una transición tras recuperación de Cortés, eslalon y remate certero del '10' del Jimbee.

Restando siete minutos hasta el descanso, Brocanelo usó la carta del portero-jugador (Povea) para hacerse con la pelota y evitar más faltas porque el Betis ya llevaba cinco. Así asumía riesgos, pero también se defendía atacando. Dos veces se arrimó el gol, pero el Jimbee Cartagena se protegía cerrando todos los espacios. A tres minutos, de nuevo atacó el Betis con cinco y esta vez sí encontraría el premio. Chemi frustró el tanto de Rafa López, pero el cierre verdiblanco aparecía otra vez en un momento clave, con el primer tiempo agotándose y un latigazo con la derecha tras recuperación bética que le insuflaba tanto oxígeno como optimismo a su equipo con media final aún por disputarse.

Dickson tuvo la primera de la segunda parte para el Betis y Tomaz, desde su campo, la estrelló en el poste con Ferreyra fuera de la portería. Chemi se cruzó otra vez en el camino de Lin, respondiendo a una volea del bético con el Betis atacando y el partido, igualado. Se defendía el equipo de Primera y amenazaba el de Segunda, aunque la diferencia de categoría no se notaba porque el Betis estaba cada vez mejor. Pablo Otero probaba de nuevo los guantes de Chemi. Había sacado el Betis de su zona de confort al Jimbee, que se limitaba a defenderse y nada más. Povea se topó con Chemi en un disparo lejano y poco a poco se adentró el partido en una fase en la que ambos equipos se anulaban. Osamanmusa la cruzó en exceso ante Ferreyra y, de inmediato, Chemi se agigantaba ante Dickson.

Reaccionó el Jimbee, que se desperezó, pero sin la determinación del primer tiempo. Por dos veces sus defensores, y en una ocasión Starna, bloquearon disparos de Motta. Luego salvó Ferreyra otro intento cartagenero y Chemi sacó su instinto a pasear en un saque de falta de Otero. El Betis no había dicho su última palabra y seguía presionando como en el primer minuto del partido, cortocircuitando al Cartagena y topándose una y otra vez con el meta rival. Al Jimbee se le estaba haciendo larguísima la final y los cambios se sucedían en ambos equipos buscando aire, frescura. A dos minutos y medio del cierre, Brocanelo puso ya en órbita al portero-jugador, con Povea en la doble función. Ferreyra hizo dos paradones a Pablo Ramírez y Lin no pudo superar a Chemi. Con 50 segundos, los verdiblancos se quedaron con uno menos por falta y segunda amarilla para Charly, que conllevaba su expulsión. Ahí se esfumaron todas las opciones del Betis porque, tras tiempo muerto, Motta la puso en la escuadra y sentenció. El último intento verdiblanco fue un trallazo al larguero de Pablo Otero que anticipó el festejo de los cartageneros, que revalidaban el título como mejor gusta, ante su público.