PIRAGÜISMO
Saúl Craviotto: «Voy a por medalla; si no creyese en ello, no estaría motivado»
El kayakista ilerdense, leyenda del deporte español, integra el amplísimo equipo nacional de piragüismo para los Juegos Olímpicos de París, que este lunes ha sido recibido en el Ayuntamiento de Sevilla
El sueño de París se desvanece para Cayetano García de la Borbolla y Pablo Martínez

Leyenda del piragüismo y el deporte español, Saúl Craviotto (Lérida, 1984) es un competidor voraz e incansable. Un coleccionista de medallas de aquilatado e envidiable palmarés que incluye cinco metales olímpicos, tantos como David Cal, el otro plusmarquista español en esta faceta. No se ha saciado Saúl y por eso sigue entrenándose y compitiendo al más alto nivel con sus compañeros del K4 500, haciendo piruetas en el día a día para conciliar su vida profesional (es policía nacional) con la familia, su gran tesoro, y ese amor por la piragua y el kayak que nunca se agota. Craviotto integra la potente y nutrida selección de piragüistas españoles que este lunes se ha puesto de largo en el Ayuntamiento de Sevilla con la presencia de personalidades como el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, el presidente de la Federación Española de Piragüismo, Javier Hernanz, y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz.
El CEAR de la Cartuja es residencia fija en invierno de los piragüistas españoles, también de muchos extranjeros, y por eso es una ciudad muy ligada a este deporte gracias a la excelente lámina de agua de su río. Que Craviotto, como Marcus Cooper o el resto de ases españoles de la canoa o el kayak, conoce muy bien. Desde Tokio han pasado sólo tres años hasta París, un ciclo olímpico más reducido que han agradecido los deportistas más veteranos. «La mecánica ha sido la misma aunque, a nivel de planificación, seguro que mi entrenador habrá hecho algo para recalcular la ruta, pero en principio, sobre todo a nivel moral y psicológico para una persona como yo, de 39 años, a mí me ha dado la vida. Me ha dado una bomba de oxígeno brutal que se acorte el ciclo», reconoce con sinceridad Craviotto.
El bicampeón olímpico habla con mucha naturalidad y tiene muy claro, no ya su objetivo, que también, sino el motivo que lo lleva a subirse en el barco para seguir entrenándose después de tantos hitos conquistados. «Soy una persona ambiciosa, un competidor nato. Y no me vería preparando unos Juegos Olímpicos si no creyese que voy a conseguir medalla. No estaría aguantando tres años, con lo que conlleva de horas de entrenamiento y estar fuera de casa, para intentar meterme en una final olímpica. Voy a por medalla y, si no creyese en ello, no podría. No estaría motivado», asegura. El K4 500, al que pertenece, es un barco ganador, muy potente. Donde va, triunfa. ¿Qué lo hace diferente? «No hay un secreto, y si lo hubiese no se lo diría, porque igual me leen los rivales -tercia bromeando-, pero creo que el secreto es el cómputo de muchas cosas. Hay muchas variables que hacen que seamos quienes somos. Sobre todo, la actitud, la aptitud, la nobleza entre nosotros, el buen rollo, una buena planificación, un buen entrenador... hay tantísimas variables que no hay una fórmula mágica del éxito», concreta.
Los campeones no ponen excusas ni vendas antes de la herida. Muy al contrario, colocan cortafuegos a los pretextos. Y eso hace cuando se le pregunta por las posibles incomodidades del campo de regatas de París, donde se desarrollarán las competiciones de piragüismo: «No hay que perder mucho tiempo en quejarse. La cita será en ese lago, así que o te amoldas o estás fustigándote la espalda y quejándote. ¿Que hay viento? Pues pon remedio. Nosotros hemos puesto una quilla debajo de la piragua para que dé más estabilidad aunque frena un poquito. Eso forma parte de las claves que me preguntaba antes. A un problema, una solución. Y no estancarte. ¿Que va a hacer viento? Sí, pero el viento va a ser para todos. El que se queje más va a estar perdiendo el tiempo», asegura. Los remeros y piragüistas españoles ya inspeccionaron in situ el lago donde competirán. «Estuvimos en septiembre del año pasado. Es verdad que había viento, pero ese día en concreto competimos más o menos bien. No vimos nada raro», cuenta Craviotto.

Alejandro Blanco: «En París vamos a superar a Barcelona'92»
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El presidente del Comité Olímpico Española (COE), Alejandro Blanco, mostró en el Ayuntamiento de Sevilla, a propósito de la presentación del equipo español de piragüismo para los Juegos de París, una confianza ciega en los palistas nacionales y también en toda la delegación de deportistas españoles. Fue hasta osado en su vaticinio de lo que sucederá en la próxima cita olímpica. «He dicho que en París vamos a superar a Barcelona'92. Así lo creo. El equipo español está preparado para hacer la gran gesta y de ese éxito los grandes responsables sois vosotros. Lo tenéis todo para llegar a París y decir 'aquí está el piragüismo español'», dijo, aludiendo a los canoístas y kayakistas presentes en el Salón Colón del Consistorio sevillano. «No sé qué va a pasar en París, pero sí que el camino desde que se inició la preparación es el camino con más éxitos de toda la historia. Y todo ello es gracias al trabajo de los deportistas, los entrenadores, los clubes, las familias, las federaciones provinciales y autónomas, los patrocinadores...», enumeraba el máximo responsable del deporte español. Por su parte, Javier Hernanz, presidente de la Federación Española de Piragüismo, se enorgullecía de representar al equipo «más amplio» de siempre en una cita olímpica y calificó a Andalucía como un «paraíso del deporte» y a Sevilla, como «centro neurálgico del piragüismo mundial» aprovechando la ocasión para pedirle al alcalde, José Luis Sanz, un canal de eslalon para que los kayakistas de esta especialidad también puedan entrenarse en la capital hispalense. Marcus Cooper, que desde 2013 también pasa largas temporadas entrenándose en Sevilla, dijo que esta ciudad es «un lugar muy especial» y aseguró que la preparación «ha sido de garantías para llegar en el mejor estado físico y mental para hacer algo grande en el evento más grande del mundo». Por último, el regidor hispalense, José Luis Sanz se mostró convencido de que «Sevilla, que tiene un poder de atracción brutal, traerá mucha suerte a la selección olímpica y paralímpica para que el nombre de España en la piragua quede en lo más alto».
Los alemanes, el gran rival
Para el catalán, el principal rival por el oro será el barco germano. «Hay unos cuantos, pero principalmente Alemania. Es el que tiene la presión. Viene de ganar las dos Copas del Mundo y ha sido campeón del mundo en el ciclo olímpico. Tiene la pelota en el tejado. Y luego hay cinco o seis embarcaciones que estamos ahí en medio segundo o un segundo. Será por milésimas, va a ser duro», señala, vaticinando la igualdad que se espera en la cita olímpica. Una igualdad que también se ha vivido entre los propios piragüistas nacionales en los selectivos. Hay mucho nivel en España y, como muestra, un botón cercano. Cayetano García de la Borbolla y Pablo Martínez, que lograron la plaza para España en la canoa doble sobre 500 metros, se han quedado fuera de los Juegos de París por la competencia interna y por 57 centésimas. «El caso de Tano y Pablo ha sido muy triste para todos. Son dos personas muy queridas en el piragüismo por su carácter y su forma de ser. Son súper simpáticos y agradables. Por otro lado, también te alegras por los otros (se refiere a Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez, que se hicieron finalmente con la plaza). Es una situación rara. Esto es deporte. Viví el momento allí en Hungría, cuando se quedaron fuera, pude hablar con ellos. Son momentos muy duros y les dije que, por mi experiencia, había tenido la mala o buena suerte de pasar varias veces por cosas similares. Seguro que saldrían más fuertes de ésta».
Por todo lo que le ha sucedido en los últimos tiempos, Craviotto atraviesa un momento dulce. Son años buenos que el palista está disfrutando al máximo: «Sí, es el mejor momento de mi vida, pero más allá del deporte, siendo como es evidentemente una parcela importante de mi día a día. Hablo a nivel general, por la familia, por el momento que estoy viviendo. Eso es lo más importante -subraya-. El deporte está bien, me aporta mucha felicidad y hago lo que me gusta. A nivel vital es el mejor momento con diferencia», repite el tetracampeón mundial.
Los Ángeles 2028, «algo muy lejano»
Llegados a este punto, no se pone metas a muy largo plazo en el plano deportivo. Después de París, cuando se abra el siguiente ciclo olímpico hasta Los Ángeles 2028, no sabe qué sucederá. «Ya se me pone muy cuesta arriba. Lo veo como algo muy lejano y ahora mismo me merezco también un momento de reflexión. Parece que tuviera que tomar una decisión ya. Me encuentro muy bien, los tiempos son buenos y hago lo que me gusta, lo disfruto. Quizá alargue un añito más para ir a un Mundial o un Europeo. Si me veo con fuerzas, lo mismo tiro otro más o lo dejo ya... no lo sé. Igual en París me encuentro bien o mando la pala ya de paseo. Nunca se sabe. De momento no me siento capacitado para anunciar una fecha en concreto», explica Craviotto, al que la seguridad de tener una profesión al margen de la piragua le confiere mucha libertad para decidir su futuro. Sin presión ni temores a lo que venga después. «Eso evidentemente ayuda -conviene el ilerdense-. Tener esa estabilidad laboral me ayuda ahora para esa decisión del precipicio de la retirada. Es algo que he tenido durante toda mi carrera deportiva», recuerda quien fuese, junto a Mireia Belmonte, abanderado del equipo español en Tokio en 2021. Ahora todo apunta a que tomará el testigo su compañero Marcus Cooper: «Le toca a él. Le he dicho que va a ser el mejor momento de su carrera deportiva. Es maravilloso, algo simbólico y seguro que lo va disfrutar».
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