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TENIS - COPA SEVILLA

Santiago Pérez: «Aspiramos a ser un Challenger de categoría 175»

El director de la Copa Sevilla cree que el cuadro final de esta edición es «un absoluto éxito» y piensa que «hay margen de crecimiento» para un torneo que este año sube en el escalafón y celebra su 60º aniversario

Copa Sevilla: salto de calidad en el último baile sobre albero

Dori Borges: «Esta edición de la Copa Sevilla será la última sobre albero»

Santiago Pérez Romero, en las instalaciones del Real Club Tenis Betis JUAN JOSÉ ÚBEDA
Sergio A Ávila

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La Copa Sevilla, que ya ha comenzado, promete convertirse en una de las mejores de la historia. Hay razones de sobra para pensar en ello. No sólo por el talento que se concentrará en las pistas del Real Club de Tenis Betis, sino por el salto de calidad dado este año por el torneo, con su ascenso a la categoría de 125 en el circuito ATP Challenger. Un paso adelante que supone a la vez todo un desafío para la organización que lidera Santiago Pérez Romero, director de esta Copa Sevilla que celebra las efemérides de su 60º aniversario.

Es su tercer año como director del torneo y una edición muy especial.

Sin duda. Celebramos 60 años. No muchos torneos pueden decir esto. La Copa Sevilla se encuentra en el selecto grupo de siete torneos del Circuito Challenger con más historia del mundo. Y lo tenemos aquí, en Sevilla, no hay que irse muy lejos. Vamos a disfrutar de una edición muy especial. Esto es un éxito para el tenis sevillano, andaluz y español.

La gran novedad es el ascenso de categoría hasta el 125.

Correcto. Hemos apostado por subir en un momento en el que la ATP pedía crecer o bajar. Las categorías son 50, 75, 100, 125 y una recién creada de 175, llamada Súper Challenger, donde hay un selecto grupo ocho o diez torneos en todo el mundo. La Copa Sevilla forma parte de los 30 eventos de 125 y podemos decir que es el mejor torneo Challenger 125 del mundo deportivamente hablando. Es el único que contará con cinco top 100 en su cuadro.

¿Se puede hablar de un cambio de era?

No sé si de cambio de era, pero sí de una especie de revolución, modernización o digitalización de los sistemas de gestión de la Copa Sevilla, que tradicionalmente han sido más manuales. Van a cambiar por completo en esta 60ª edición como consecuencia del incremento de la dotación en premios, los mayores sponsors que apuestan por el torneo y los mejores jugadores que vienen. Todo se hace mucho más exigente porque es un Challenger 125, la que tradicionalmente ha sido máxima categoría de este circuito. Hay casi 200 challenger en todo el mundo y que la Copa Sevilla esté entre los diez mejores deportivamente requiere, no sé si un cambio de era, pero sí una modernización absoluta.

Y todo ello sin perder el espíritu ni las señas de identidad del torneo.

Claro. La Copa Sevilla es el punto de encuentro de varios tipos de jugadores. Por un lado, ha sido siempre el hervidero de las grandes promesas que todos conocemos, como Nadal, Ruud, Aliassime, Alcaraz... Esos jugadores futuros los tenemos de nuevo este año también. Son gente como Dani Rincón, Pablo Llamas, Adrian Andreev... Pero es que se unen con la veteranía de Fernando Verdasco, Fede Delbonis o Mikhail Kukushkin. Luego hay muchos jugadores que han experimentado en sus carnes el sufrimiento del deporte de élite en modo de lesión, ya sea física o mental, que necesitan un pequeño empujoncito para volver a sus niveles de ranking. Es el caso, por ejemplo, de Carlos Taberner. Eso es la Copa Sevilla, el nexo de unión de los top 100, los cracks, la veteranía, las grandes promesas y por supuesto de las segundas oportunidades que nos gusta otorgar aquí.

Con el hándicap del US Open, ¿está satisfecho con la composición del cuadro final?

Podemos decir que el cuadro es un éxito absoluto. Como dije al principio, es el único torneo Challenger del mundo 125 con cinco top 100. Y no solamente tenemos el hándicap del US Open, hay dos más. En primer lugar, la extrema competencia de torneos Challenger esta misma semana en Europa. Y luego hay otro componente importantísimo: la semana que viene se juega la Copa Davis y muchos jugadores no pueden estar aquí porque quieren entrenarse en superficie dura. El cuadro es el mejor que ha habido de los 30 Challenger 125 ya jugados.

¿Le hace especial ilusión ver a alguien en concreto?

Por un lado, me atrae la veteranía de Fernando Verdasco. Verlo aquí, en 2023, después de que viniera por primera vez en 2001, nos hace especial ilusión. Y por supuesto ver a los chicos jóvenes, a todos, sobre todo a los andaluces, como Pablo Llamas, que va a un ritmo imparable y ya sabe lo que es ganar un Challenger importante, en El Espinar, de categoría 100. Estará aquí y ver disfrutar y triunfar a un andaluz sería algo que haría que la 60ª edición de la Copa Sevilla fuera redonda.

Es la última vez sobre albero.

Efectivamente. A partir de la próxima edición se jugará ya sobre la tierra roja a la que están acostumbrados los jugadores, al ser el tipo de tierra que predomina en todo el mundo.

¿Existe la posibilidad de retomar el torneo femenino o es complicado?

Por supuesto. Existe la posibilidad y, además, ocurrirá. La Copa Sevilla tiene un compromiso con el tenis femenino y más pronto que tarde podemos afirmar que habrá un torneo potente que esté a la altura de lo que el tenis femenino merece.

¿Qué balance haría de estos tres años como director?

Una de las experiencias más increíbles de mi vida. Es una responsabilidad que la ciudad de Sevilla tenga un mejor o peor torneo en función de lo que hacemos el equipo que forma parte del Real Club de Tenis Betis. No sentimos muy orgullosos. El balance no puede ser más que excepcional. Lo más importante es que aprendamos de esta edición localizando las posibles mejoras del torneo porque, quién sabe, igual en breve podemos ser capaces de afrontar ser uno de esos ocho o diez torneos Challenger 175. Es a lo que aspiramos, a tener en Sevilla uno de los diez torneos Challenger más importantes del mundo, que ya lo tenemos, pero de categoría 175.

Hay margen de crecimiento entonces.

Hay margen de crecimiento y no queremos pararnos aquí. Queremos seguir creciendo, consolidándonos. Paso corto, mirada larga. Consolidarlo en 125 sin perder de vista que Sevilla y Andalucía merecen un torneo de tenis de nivel mayor si es posible.

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