Fútbol
Un problema mayúsculo en la portería blanca
Pese a que Lunin jugará en San Mamés, la grave lesión de rodilla de Thibaut Courtois obliga al Real Madrid a buscar una alternativa en el mercado estival
Courtois se rompe el cruzado anterior de la rodilla izquierda
El sopor de los mediodías de agosto en la capital, donde solo el calor es protagonista en una ciudad muerta, quedó el jueves en un segundo plano en la mitad blanca de la urbe. Un día antes de que la Liga diera comienzo, Thibaut ... Courtois abandonaba el entrenamiento matutino en camilla. Lloraba el meta belga, gritaba ante un dolor naciente en su rodilla izquierda. La lesión se intuía cruel y, apenas una hora después del infortunio, el Real Madrid confirmaba un diagnóstico tan duro como común en la profesión: rotura del ligamento cruzado anterior.
El hombre que había encontrado en el inicio de su madurez un nivel de portero histórico, el treintañero con pasado rojiblanco que, tras mil paradas imposibles y una heroica Copa de Europa, se convirtió en imprescindible en un lugar tan complejo para un guardameta como el Santiago Bernabéu, sufre el primer gran parón físico en su carrera. Será operado en los próximos días y estará de baja entre seis y nueve meses; aunque en esta etapa tan temprana en la lesión la única certeza es la incertidumbre. Con la Eurocopa en el horizonte del próximo estío como objetivo a largo plazo, Courtois, desde un punto de vista optimista, regresaría a la disciplina blanca entre marzo y abril; justo el momento preciso en el que los de Ancelotti se juegan los cuartos cada año.
Una duda de nombre Lunin
El Real Madrid queda huérfano sin el gigante belga delante de su puerta cuando el inicio de la campaña es ya una realidad. El subcampeón de Liga debuta el sábado en San Mamés y bajo el travesaño estará Andriy Lunin. El ucraniano de 24 años, después de años de cesiones y banquillo, será titular por accidente en los primeros compases del curso. Desde su llegada a España en 2018, el joven futbolista eslavo aún no ha conseguido hallar la regularidad que un guardameta necesita para ser relevante. Fue una duda continua en su etapa en Leganés, una sombra en Valladolid y solamente en su única experiencia en Segunda, en la mitad posterior del curso 2019/20 en el Oviedo, encadenó 20 partidos seguidos en el once inicial asturiano. A su vuelta al Bernabéu, el ex del Zorya Lugansk, ante la inmensidad de Courtois, gozó de la importancia propia de un hombre que ve los partidos desde el banco.
El curso pasado, brevemente, asomó la cabeza fuera del caparazón: los problemas de ciática y un contratiempo muscular del belga le empujaron hacia la titularidad. Jugó 12 partidos, sobrevivió sin sobresaltos al siempre neroniano clásico, fue partícipe de la victoria blanca en el Mundial de clubes y dejó alguna muestra de su evidente talento. Sin embargo, el ucraniano fue inconsistente. Ahora, frente a una oportunidad única, Lunin puede agarrarse a un tren que no volverá a pasar por su lado. El reto es mayúsculo, aunque a un chico que tuvo el valor de casarse en chándal no debería temblarle el pulso.
Sospechosos habituales
Mientras Lunin construye su presente con mayor o menor suerte en los primeros partidos de Liga, el Real Madrid buscará otro portero en el mercado veraniego para alicatar la posición de uno. Son muchos los nombres que suenan (incluso dejan en un segundo plano al tedioso ayer sí, hoy no de Kylian Mbappé), pero entre ellos destaca el de David de Gea. El exjugador del Manchester United pasó media vida en el noroeste de Inglaterra, tuvo trato de leyenda en el viejo Old Trafford y, en la antesala a su renovación, Erik ten Hag lo desterró para firmar a André Onana. Es agente libre el español, tiene 32 años (una edad pletórica para ser portero) y, pese a su gris juego de pies y los claroscuros de sus últimas temporadas en Mánchester, en su mejor versión es un salvavidas. Además, si fichara por el club blanco, De Gea cerraría aquella herida abierta en 2015 por culpa del ya icónico burofax a destiempo.
Otra opción significante es la del también español Kepa Arrizabalaga. Su apellido retumbó durante meses en el maremágnum que envuelve al Real Madrid, aunque Zidane desechó su compra en una muestra de confianza en Keylor Navas. El vasco, por tanto, dejó el Athletic en 2018 y se unió al Chelsea, donde su trayectoria ha sido tan curvilínea como el curso del Guadiana. Perdió varias veces su lugar en el once, lo recuperó otras tantas, vivió a la sombra de Mendy (portero de la confianza de Tuchel) la última Champions League ganada por los de Stamford Bridge y, en la última temporada, en el Chelsea más mundano del siglo XXI, recuperó su mejor fútbol. Jugó 39 partidos entre la Premier, la Liga de Campeones y la FA Cup e incluso regresó a la selección española, con la que ganó la reciente Nations League. Asimismo, con la compra del también internacional español Robert Sánchez al Brighton, la posición de Kepa en una de las puertas más cotizadas de Europa está lejos de ser estable.
Alternativas reseñables
Al margen de Kepa y De Gea, la lista de candidatos para tapar la mella que deja Courtois en el equipo blanco es extensa. Por ejemplo, un hombre de la calidad de Yassine Bono, cuyo futuro en Sevilla es incierto, podría satisfacer las demandas del 14 veces campeón de Europa. El marroquí perdió su exclusividad en el once al son de la llegada de Mendilibar a Nervión, quien confía en la sobriedad de Dmitrovic desde su larga etapa en Eibar. Igualmente, otro club inmenso como el Bayern también acecha su incorporación.
Aunque son menos probables, otras alternativas para la portería del Madrid podrían ser Unai Simón, cuyo precio para apartarle de Bilbao sería elevado, David Soria o, incluso, Stole Dimitrievski.