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Mariano, el futbolista incomprendido: «El equivocado no era él»
El futbolista, que se despide del Madrid tras cinco años sin apenas jugar, rechazó atractivas cesiones para cumplir el sueño de su vida: jugar de blanco
No todos entendieron sus decisiones: «Los equivocados son los que le criticaron», dice su entorno. «Cuando salga la voy a reventar», se decía
En Valdebebas cuentan que es un buen chico, que nunca se enfadó por ser suplente y que se tomaba lo partidos como una parte de su oficio, no el todo
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![Mariano, durante el manteo del domingo pasado en el Bernabéu](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/06/08/mariano-RqRKLCH9hUGCzfYKgTgW4xL-1200x840@abc.jpg)
Cinco de abril de 2023, Camp Nou. Partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey. El Madrid aplasta al Barcelona (0-4) y le da la vuelta a la eliminatoria (0-1 en el Bernabéu). Esa misma noche, el club muestra en sus ... redes sociales el discurso de felicitación de Ancelotti a su plantilla tras el mayor triunfo en campo azulgrana en 60 años. Unas palabras que terminan por todo lo alto: «Y tercero, quiero deciros, oíd bien. ¡Día libre mañana!», anuncia Carletto, eufórico, lo que provoca gritos y saltos de felicidad en todos los jugadores, entre ellos Mariano. El ariete se abraza con Luis López, el tercer portero, y brinca como si fuera a rematar el gol que da una Champions.
Aquel momento muestra a Mariano en todo su esplendor. Un chico feliz, inmensamente feliz por estar en el Real Madrid, aunque, durante los cinco años en el Bernabéu a los que acaba de poner fin, su impacto a nivel deportivo haya sido inexistente, haya dicho no a varias cesiones que le ofrecían mejores perspectivas deportivas y haya hecho oídos sordos a riadas de críticas de los aficionados. Un gol, el 2-0 en el clásico de Liga jugado en febrero de 2020, pocos días antes de decretarse el confinamiento, es casi su único momento destacable como jugador blanco.
En cinco temporadas, Mariano ha participado en 70 partidos, solo 16 como titular. En total, 1.985 minutos, en los que ha celebrado siete goles. Datos pobres y alejados de su ilusionante irrupción en el primer equipo, la temporada 2016-17, en la que en solo 302 minutos marcó cinco tantos y dio dos asistencias. Cifras también distantes de las que firmó en el Olympique de Lyon (2017-18), con el que marcó 21 dianas y dio seis pases de gol en 41 partidos. ¿Qué le ha pasado en estos cinco años? «No he disfrutado de los minutos que hubiese querido, pero he intentado dejarme el alma en cada balón, partirme la cara por este equipo. Cumplí un sueño y no me rendí. Aquel Mariano de 10 años estaría muy orgulloso del de hoy», aseguraba el jugador en el video de despedida que publicó el lunes en sus redes sociales.
En ese mismo adiós reconoce que sabe que algunas de sus decisiones no han sido bien entendidas y que dará las explicaciones pertinentes, pero no ahora, en pleno proceso de búsqueda de un nuevo destino. En ABC hemos considerado oportuno adelantarnos y explicar los motivos que le llevaron a tomar esas decisiones. «El equivocado no es él. Los equivocados son los aficionados que le critican y los medios que también lo habéis hecho», explica a este periódico una persona muy cercana al futbolista. «Solo el hecho de pertenecer al Madrid es mucho más productivo para él que jugar en cualquier otro equipo», razona una fuente de la entidad blanca. «Los futbolistas saben que el club que más vende en el mundo es el Real Madrid. Además, te llenas los bolsillos y el palmarés. Allá donde vaya seguro que no será tan feliz y perderá seguidores», detalla un exempleado de la entidad que coincidió con Mariano en categorías inferiores.
Para una gran mayoría, Mariano puede que viva en 'Los mundos de Yupi', pero quizás la realidad es la que detallan todas estas voces. Mariano ha ganado 25 millones netos en estos cinco años. Tiene casi tres millones de seguidores en Instagram, casi cuatro en Facebook y 300.000 en Twitter. Y se va con 13 títulos: dos Champions, dos Mundiales de clubes, tres Supercopas de Europa, tres Ligas, una Copa del Rey y dos Supercopas de España. Mitos como Juanito, Rial, Puskas o Hugo Sánchez no ganaron, en número, tanto como él. «Mariano es muy madridista. Siempre entendió que hubiera gente por delante en el orden de preferencias, pero se lo tomó como un reto. Hay canteranos que entre estar en el Madrid y estar en cualquier otro sitio, priorizan el Madrid. Para mucha gente será una mala decisión, pero para Mariano no lo era. Esa fue su apuesta. Cuando has estado en el Madrid y sales, te das cuenta que hay una diferencia abismal. Y eso lo vivió Mariano», detalla Diego Muriarte, entrenador suyo en el Madrid C entre los años 2012 y 2014. Análisis que coincide con el de Mariano. «No fue un camino fácil. Primero, La Fábrica, después, el sueño del primer equipo, la experiencia en Lyon y la vuelta. Como para tirar la toalla, no me inculcó eso mi padre. 'Nunca te rindas, lucha por tus sueños, nada es imposible'. Lucha, aunque en el partido de tu vida te toque salir en el minuto 91. Nunca sabes cuándo llegará la recompensa», cuenta en su adiós.
La recompensa de Mariano ha sido entrenar, y jugar (aunque fuera poco), durante cinco años al lado de futbolistas que pasarán a la historia del Madrid. Desde pequeño ya se 'peleó' por un puesto con Raúl de Tomás, que no era un canterano cualquiera, y siempre actuó acorde a su personalidad. A Mariano le gusta el fútbol, pero no es un chico que luego vea 50 partidos. Le gusta su profesión, pero no le obsesiona. El no jugar no le vuelve irascible, lo relativiza y sigue adelante. En Valdebebas hablan de una persona tranquila, buen tipo y buen compañero, con un carácter afable, poco dado al enfado y con mucho orgullo. No se rendía fácilmente, si es que alguna vez lo hizo. Siempre optimista, siempre seguro de sus posibilidades. «Cuando salga, la voy a reventar», se decía a sí mismo una y otra vez.
Un chico tranquilo
Mariano no ha sido de esos suplentes que sufra por ello, ni se deprima por no jugar. Entiende que los partidos son una parte más de su oficio, pero no lo son todo en su profesión. Jugar no depende solo de los futbolistas. De ellos, depende dejarse la vida en los entrenamientos, y en eso él considera que su actitud ha sido intachable. «Hay cosas que son muy complicadas de explicar a los aficionados. Hay que jugar en el Madrid para poder entender lo que para Mariano suponía estar aquí. Los hinchas se suelen quedar con lo que el jugador hace el día de partido, pero para que un equipo funcione bien se necesitan 25 futbolistas y todos no van a jugar. Hay que hacer grupo, el día a día debe ser sano… debe haber jugadores para todo, no solo para competir», explica Muriarte. Algo así vino a decir Ancelotti el pasado domingo, en su última conferencia de prensa de la temporada: «Ha tenido seriedad y profesionalidad hasta el último día. Todo el respeto porque se ha comportado hasta el último día a un nivel máximo».
¿Y ahora qué? Desde el club niegan que pidiera la renovación y el chaval sondea un mercado que, en principio, le da más opciones fuera de España que aquí. No solo es lo poco que ha jugado en cinco años, también es el elevado número de lesiones y problemas que ha sufrido de todo tipo: rodilla, tobillo, cadera, ciática, pelvis, molestias musculares, amigdalitis, fractura nasal…
«Es el perfil de jugador que, si no está al 100%, no arriesga y prefiere no jugar. Pero estoy convencido que Mariano, que es un portento físico, dará rendimiento a corto plazo allá donde vaya», vaticina Muriarte. Será en un equipo en el que, pase lo que pase, nunca será tan feliz como lo fue en el Madrid... aunque poca gente lo haya comprendido.
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