El segundo palo
Ojalá Arabia nos libre de Vinicius
«Puesto que no ha servido de nada llamarle mono hijo de puta cada dos por tres, recemos para que llegue alguien... 200 millones y le ponen un lacito»
Díaz de Mera y su escandaloso «faltitas sólo» a Pezzolano
Ruge la marabunta por Vinicius. La última ocurrencia del brasileño ha sido la de colarse por la gatera del Balón de Oro, premio que, por cierto, ha envejecido peor que 'Cobra, el brazo fuerte de la ley'. Vini, eso está claro, no sabe ... dónde está su sitio. Es lo que tienen estas cosas, les das la mano y se cogen el brazo. Y no contento con poder compartir noche de fiesta con el caucásico Haaland, resulta que el chico piensa que lo puede ganar. Esto es el colmo. No señor, no, por ahí sí que no podemos pasar, hay cosas que no se pueden consentir, líneas rojas que debemos preservar, montículos desde los que acechar. Como dice el coronel Nathan R. Jessup en 'Algunos hombres buenos', tenemos una responsabilidad que Vinicius no podrá calibrar jamás.
Fijaos si Vinicius ha llevado al límite a los 'Illuminati' que, desesperados, apoyan la candidatura de Carvajal. Saben que Dani tiene las mismas probabilidades de alzarse con el premio que yo de cenar esta noche con Christina Hendricks. Miento, yo tengo más. Y no porque el gran capitán no lo merezca sino porque el espectáculo está montado así. Pero, entre tanto, la marabunta distrae, hace ruido y, sobre todas las cosas, enfrenta: «¿Hay madridistas que no quieren que lo gane Carvajal?» Es todo tan cómico…
Campañitas a mí, me las conozco todas. Ya trataron de sacar en su día por la puerta de atrás, de noche y en un furgón policial, a Cristiano, Bale, Pepe o Mourinho. Cristiano iba a cerrar todos los garitos de Madrid, Bale no se integraba, Pepe era un violento y Mou dividía España. Reconozco que, de tanto intentarlo, con el tiempo han adquirido cierto refinamiento maquiavélico.
Puesto que no ha servido de nada morderle la cabeza, colgar de un puente un muñeco con su nombre, llamarle mono hijo de puta cada dos por tres o intentar enfrentarlo primero con Bellingham (demasiado perfecto) y después con Mbappé (un vanidoso de tomo y lomo), recemos para que llegue cuanto antes Arabia y nos libre de él de una vez por todas en diciembre, junio a más tardar. Doscientos millones y le ponen un lacito.
Y, después, ¿a por quién irán? Porque él no será como he leído por ahí San Vinicius de Asís, pero nosotros tampoco somos san Onofre eremita. Lo que nos faltaba por ver, el Mandela de plastilina Balón de Oro. Mamireporter le pregunta en Instagram a un chaval qué le sugiere el término «Movida madrileña», y él responde: Vinicius. Viva Kaka de luxe.
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