Más duro que la cara de un culé

Pues hay que tenerla de CrCoNi para poner el grito en el cielo por el fuera de juego semiautomático, un juguetito que te ha regalado un montón de puntos, teniendo además el antecedente del pago al vicepresidente arbitral durante 17 años. Uno tiene que tenerla de cromo, cobalto y níquel para pedir la repetición de un partido cuando, y por esa misma regla de tres, habría que repetir otros 646 antes que el de Anoeta.

Debe estar uno más alejado de la realidad que Pedro Sánchez para dudar de la honorabilidad del Comité Técnico de Árbitros habiendo facturado durante casi cuatro lustros con el padre prior de los colegiados. Casi todos los que están hoy en el CTA son hijos putativos de Negreira, él los ascendió cuando convino y los descendió cuando interesó.

Como el CrCoNi, que es más resistente a medida que se va enfriando, la cara de algunos culés se endurece según transcurren los días sin que haya movimiento en el Caso Negreira. Y como con Francisco Franco, condecorado varias veces por Montal por haber rescatado de la quiebra al club catalán con el dinero de la dictadura, su 'modus operandi' con el mayor escándalo de la historia del deporte español consistirá en ir acumulando días y que todos nos muramos para echarle al Real Madrid la culpa del Negreirato dentro de un tiempo prudencial, pongamos por caso que sean 50 años, cuando ya no nos podamos defender y los científicos hayan descubierto, de nuevo por casualidad, un material aún más duro que el CrCoNi.

Nuevas generaciones de culés tomarán el relevo, reescribirán la historia y en los albores del siglo XXII se habrá consensuado que fue Florentino quien pagó al número dos de los árbitros.