Joselu y Ceballos derriban el muro del Unión en Berlín

Rubén Cañizares

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12/12/2023
Actualizado 13/12/2023 a las 16:38h.

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Solo en dos ocasiones el Madrid había pasado la primera fase con un pleno de victorias. Anoche, en Berlín, ante un Unión bastante defensivo y con su portero Ronnow acaparando los flashes, logró su sexta victoria, igualando la marca de la temporada 2011-12 y 2014-15. En ambas ediciones se quedó en semifinales. Ya saben. Historia por hacer.

El inicio y el final de la primera parte fue una fotocopia. En blanco y negro para el Madrid, en color para el Unión, que se marchó al descanso con un 1-0 a favor imposible de creer, tras apenas llegar al 20% de posesión de balón y verse con un penalti en contra en el añadido.

Vayamos por partes. En un Madrid de seis españoles titulares, cifra que no se veía desde mayo de 2019, sobresalía la vuelta de Kepa, más de un mes después de su lesión muscular que le ha costado el puesto por el buen hacer de Lunin. El vasco estuvo brillante en el minuto 1, cuando Modric regaló una pelota en campo propio y Behrens acabó fusilando a Arrizabalaga, que respondió con reflejos y mano dura. Sesenta segundos después, volvió a evitar el tanto germano, achicando rápido a Volland, solo ante Kepa tras dos toques de cabeza del Unión que acabaron con una pelota franca para el ariete teutón.

Esa doble ocasión, para entrar en calor y amortiguar los cero grados que marcaba el mercurio en el Olímpico, dio paso a un recital de pases del Madrid y a una persecución de sombras por parte del Unión. Como ante el Betis, faltó punch. Bellingham tuvo una clara, abortada por Ronnow. Joselu otra con el exterior, que acarició la madera, y también mandó un cabezazo al larguero. Pero poco más. Más ruido que nueces ante el muro levantado por los berlineses, hasta que en el 45 Diego Leite adelantó la llegada de Papá Noel y regaló un penalti.

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Mano clara a centro de Ceballos. Bellingham cogió el balón, pero Modric tiró de galones. Otra cosa fue el golpeo del croata. Al centro, con poca fuerza y sin demasiada convicción. Ronnow se puso la capa de superhéroe, pero la felicidad aún no era completa. El guardameta local sacó en largo, Nacho midió mal el salto, Alaba despejó hacia su propia portería y Volland agradeció la cadena de errores alojando el balón bajo las piernas de Kepa. Surrealista.

La inesperada derrota no era la peor noticia al descanso. Diez minutos antes del 1-0, Bellingham vio una cartulina estúpida, al empujar a Khedira en un conato de tangana. Segunda de ciclo y a una de la suspensión, con los cruces ya marcados en el GPS. Peligro.

En la reanudación, Ancelotti hizo una variación táctica y colocó a Rodrygo en la derecha. Ahí cocinó el Madrid el empate. En el 55, Ronnow le sacó un cabezazo al brasileño con una parada de Cristo. Brazos abiertos y otra celebración del danés, que estuvo excelente hasta que Joselu logró derribar el muro. El en 61, le gana el duelo a Khedira y mandó a la jaula el centro de Rodrygo. En el 73, mismo gol, pero distinta zona y asistente. Fran García, desde la izquierda. Esta vez, el balón a media altura, le obligó a ser más exquisito en el giro del cuello.

El 1-2 no tumbó definitivamente al Unión, que en el 85 igualó a dos gracias a un disparo de Kral desde la frontal. Quizás Kepa pudo hacer algo más, pero el sol no se tapa con un dedo, y ese 2-2 era demasiado premio para el Unión. Ceballos, en el 89, de disparo cruzado, hizo justicia. 3 millones más, 18 puntos y a pensar en el sorteo del lunes.