A tres toques

Dos. Leo que HP va a patrocinar al Real Madrid, incorporando su logo a la manga de la camiseta del equipo, a cambio de unos suculentos 70 millones de euros por temporada. Años y años despotricando contra el precio excesivo de los cartuchos de tinta de sus impresoras (y que siempre saltara ese aviso por el color magenta) y resulta que todo en realidad era por una gran causa: financiar el fichaje de Mbappé. Qué poca visión estratégica la mía, qué ciego estaba. Espero que estas navidades en todos los hogares madridistas los niños pidan a los Reyes Magos recambios de tinta de impresora, que hay que renovar a Kroos.

Tres. Impresionante partido en Getafe de Lucas Vázquez. También conocido como Cafucas Vázquez cuando se pone en modo imperial por su banda derecha. Resulta curioso haber vivido todo el arco de la carrera de un futbolista como Lucas: ayer era un descarado canterano que jugaba de extremo y recorría San Siro para lanzar un penalti en la final de Milán mientras iba haciendo malabares con el balón; hoy es un veterano jugador con rol secundario reconvertido en lateral derecho al que hay que renovar año a año. El de Curtis (me encanta referirme a él como 'el de Curtis' del mismo modo que siempre que podía le decía 'el cucuteño' a James Rodríguez: procedencias con pedigrí y pegada) es un jugador que ha tenido que soportar demasiados memes y gracietas por haber sido durante años un comodín para Zidane. Pero él siempre tuvo presente esa máxima del diseñador Miguel Milá: «sé útil y te utilizarán». Se merece renovar porque lo sencillo siempre es complejo de conseguir.