Esbozos y rasguños
Tahúres zurdos
Los atacantes zurdos y el Real Madrid mantienen una relación turbulenta de un tiempo a esta parte
Algunos chicos son como todos
Jugadores con estrella
![Arda Guler, en el Real Madrid-Rayo de este domingo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/11/05/gu-RcP6OaEPMnVZYnfEchrKLPM-1200x840@abc.jpg)
Tras varios meses puesto a remojo, parecía el día idóneo para ver a Arda Güler, la joven perla turca (esto va siempre unido a su nombre, como «antiguas pesetas» o «aledaños del estadio»). No pudo ser. Albergo la esperanza de que por fin un zurdito ... joven, con clase y vistoso pueda terminar funcionando en el Real Madrid, superando la maldición de los Canales, Odegaard y Kubo. No es país para los zurdos imaginativos este Real Madrid. Brahim ya lo empieza a notar. Ni siquiera Ozil pudo zafarse con su talento inmenso de este extraño maleficio. No corrió mucha mejor suerte Di María, más eléctrico y trabajador que los mencionados, que terminó haciendo las maletas antes de tiempo con una Copa de Europa recién conquistada.
Los atacantes zurdos y el Real Madrid mantienen una relación turbulenta de un tiempo a esta parte. Ahí está el caso del zurdérrimo Robben, estrella con el Bayern de Múnich durante casi una década, pero que apenas pudo asentarse en la banda de la Castellana tras un par de temporadas condicionadas por su físico de cristal. A James Rodríguez se le fichó con cartel de galáctico y acabó prácticamente apartado del equipo y sin dorsal por un Zidane que nunca tragó con él por su apatía.
Asensio, otro talentoso zurdo, parecía que iba a comerse el mundo, pero terminó saliendo por la puerta de atrás, entre pitos y reproches de una afición que lo acusaba de pechofrío. Y qué decir de Bale, cuya relación con el club rompió en culebrón pese a sus buenas actuaciones en partidos importantes. Hasta Guti, ídolo local y antihéroe por excelencia, siempre tuvo ese halo de incomprendido con el lunar de no haber disputado ni un minuto en sus tres finales de Copa de Europa.
Reyes, de las mejores zurdas nacionales, marcó los dos goles que dieron la inolvidable liga de Capello, pero acabó saliendo sin lograr el salvoconducto de otro año más de cesión. Podría meter en esta lista a Drenthe, pero todavía a día de hoy sigo sin tener demasiado claro si era atacante, lateral, celador, futbolista o mediopensionista. Es posible que Raúl, el más diestro de todos ellos, fuera el último atacante zurdo verdaderamente exitoso.
¿Este extraño fenómeno es cosa exclusiva del Real Madrid? ¿Acaso son los zurdos talentosos unas almas atormentadas y melancólicas incapacitadas para llevar una carrera estable y sin sobresaltos? ¿Requieren tal vez de una paciencia que el Madrid no puede ofrecer? ¿O es que el talento, como decía Montes, siempre está bajo sospecha?
Brahim y Guler parecen los elegidos por la afición para intentar romper este hechizo, como Arturo sacando la espada de la piedra. Y se nota que el Bernabéu quiere verlo.
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