El Real Madrid, en la mejor forma desde hace tres años

Ese momento biológico ideal es el escenario exigido para intentar la proeza. Zinedine les dio siete días de asueto porque la base física es tan buena que podían permitirse ese lujo. Ayer, el Real Madrid en pleno se sometió al test del coronavirus que aplicó la propia entidad, cuyo resultado se envió a la UEFA ante ese partido que concentra la cabeza de los profesionales blancos. En sus casas, unas ochenta personas de la entidad pasaron las pruebas entre jugadores, técnicos, tecnocontrol, director de equipo, delegado, médicos, fisioterapeutas, seguridad, operarios de mantenimiento, utilleros, personales de operaciones y comunicación. Un examen del Covid-19 que volverán a pasar tres días antes del partido de Manchester y 24 horas antes de esa hora de la verdad.

Superado el examen de la pandemia, Zizou quiere al equipo con la diana puesta en el objetivo. Nunca un título de Champions estuvo a tiro de menos partidos, señala el responsable de la plantilla. Ahora hay que ganar cuatro. Es un examen de calidad, no de cantidad. El análisis técnico del Real Madrid indica que la forma de Rodrygo, de Vinicius, de Lucas, de Asensio, de Benzema, de Modric, de Casemiro, de Ramos, de Carvajal, de Varane, de Mendy y de Kroos es inmejorable, la mejor desde hace tres años en el caso de los veteranos. Hay que explotarla. Coincide con la mayor necesidad histórica del conjunto español.

La meta del 7 de agosto aparca todas las asignaturas pendientes del club, decisiones que se tomarán una vez acabe la Copa de Europa, porque pueden verse afectadas por el recorrido que el equipo madrileño alcance en su torneo preferido.

Comienzan hoy ocho jornadas de un trabajo físico intenso, duro, especial, que los futbolistas atacarán con ganas porque quieren complicar a Zidane la labor más canalla de su cometido: elegir el once que protagonizará el más difícil todavía. La plantilla muestra unas condiciones tan óptimas que el jefe del grupo sufre para descartar a jugadores que en cualquier otra casa serían titulares indiscutibles. La mera lista que hemos citado unas líneas antes presenta a trece hombres al cien por cien, que con Courtois serían catorce. Ya sobrarían tres en un once teórico.

Todos se lo quieren poner muy duro a su jefe, pues saben que un triunfo personal en la Champions es un pasaporte de futuro que cambia cualquier situación actual. Será un partido, el de octavos de final de la Copa de Europa, que puede marcar la temporada tras el éxito en la Liga.

El vestuario opina que el título de Liga aporta una dosis de tranquilidad que es perfecta para atacar la competición europea con una presión diferente, la que se inyectan ellos. La cocina blanca reflexiona que el sueño europeo es posible. Y si ellos lo piensan no hay que opinar más.

El grupo nota una sensación positiva en su interior que vivieron en victorias anteriores, por ejemplo en Cardiff. Y les motiva disputar el torneo como cuatro finales a un partido, sin tiempo para solventar errores. Así obtuvieron cuatro Copas de Europa en las seis últimas ediciones.

Courtois y Hazard no jugaron ya frente al Leganés. Fueron reservados para la gran cita de la temporada. Nada más conquistar la Liga, el delantero comenzó un trabajo específico para llegar en buenas condiciones a la final de Manchester. Hazard quiere ser importante en un partido que puede cambiar el sendero personal de una temporada que ha sido negativa para él, como reconoce, por culpa de las dos lesiones sufridas. Triunfar en la Champions sería un detonante para sus sentimientos. Quiere devolver al Real Madrid el esfuerzo económico realizado por la entidad, que superó con creces los cien millones de euros.

Las cartas están puestas sobre la mesa y marcadas para el club español. No puede especular. Necesita dos goles como mínimo. Zidane ha observado al detalle los últimos encuentros del City y Guardiola ha presenciado por vídeo las once jornadas que significaron el título de Liga para su rival. Ninguno se esconde. El entrenador francés subraya sin tapujos que ve jugar a sus adversarios, al igual que Bettoni. Es su trabajo. Lo tiene bien estudiado. Busca puntos débiles. Hay que saber explotarlos.