Fútbol
Ancelotti se fuma un puro: el Real Madrid, entre la fiesta y la remontada
Tras la ofrenda en la Cibeles y una cena de celebración, el equipo blanco pasó página para preparar la vuelta ante el Manchester City
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El título que se fraguó con un café en Milán

En el autobús de celebración, Paseo de la Castellana abajo camino de la fuente de Cibeles, junto a los jugadores, Carlo Ancelotti fue uno más. Mano a mano con Vinicius , y con Militao como acompañante de ambos, entrenador y ... delantero brasileño se retaron en un bailecito que dejó a todos boquiabiertos. A pesar de la edad y de las graves lesiones en ambas rodillas que sufrió durante su etapa como jugador de la Roma a primeros de los ochenta, y que a día de hoy siguen teniendo impacto en sus piernas y en su estado físico general, la cintura y el ritmo de Carletto son envidiables. Se mueve feliz, ligero, suelto, como un adolescente en su primer cotillón de Nochevieja. Pero, además, también puede presumir de voz.
El entrenador del Real Madrid fue el gran protagonista de la celebración blanca, con permiso de Marcelo, que le puso la bufanda a la diosa y le sacó los coloretes con un cariñoso beso en su mejilla izquierda. Antes, Ancelotti ejerció de maestro de ceremonias, micrófono en mano. Cántico de aliento junto a la afición y grito de guerra: «¡Hala Madrid! A por el miércoles». Ahí Carletto puso el broche al sarao y le dio al interruptor de la Champions. Y el madridismo, lo encendió con él.
El club blanco lo tenía claro. Quería que la fiesta de Cibeles fuera el primer paso en la remontada del miércoles ante el Manchester City , y así lo sintieron tanto jugadores como cuerpo técnico. Todo lo sucedido anoche fue positivo, un chute de energía recíproco, sin afectación alguna al estado físico de los jugadores. A Carletto y los futbolistas nunca se les pasó por la cabeza dejar en un segundo plano la fiesta por una Liga que el vestuario valora mucho más de lo que algunos piensan. Tenían claro que celebrarla es compatible con pelear y luchar el miércoles por darle la vuelta al 4-3 del Etihad, y a eso se dedicaron ya desde ayer. Entrenamiento en Valdebebas a mediodía, con la vista puesta en Alaba, la gran duda para el City. La cena de celebración en Valdebebas, el último evento de la noche, se terminó antes de las 00.00 horas. Kroos , a las 00.07, fue el último de los jugadores en marcharse a su casa. Hubo, por tanto, tiempo más que suficiente para dormir y entrenar sin resaca en la Ciudad Deportiva blanca a las 12.00 horas
El sábado fue un día tan especial que hasta el colegiado del Real Madrid-Espanyol tuvo un bonito motivo para sentirse feliz. Ya casi entrada la noche, Munuera Montero, uno de los mejores árbitros españoles, subió a su estado de wasap la foto de Rafa Nadal haciendo el saque de honor en el Bernabéu. En la instantánea, junto al tenista balear, que se llevó una histórica ovación del coliseo blanco, aparecía también el colegiado jiennense que, como buen español, es un aficionado más de Nadal y estaba orgulloso de haber vivido en primera persona su emotivo golpeo desde el círculo central.
Quien no debería estar muy orgulloso es Gareth Bale , aunque se puede sospechar que sí lo está, dado su habitual estado de ‘me da igual todo’. El galés dio la nota, como lo lleva haciendo en los últimos años, pero en esta ocasión subió varios peldaños. Bale salió el viernes de Valdebebas cojeando y argumentado dolores importantes en la espalda. Tan importantes como para no ir al Bernabéu a ver el partido contra el Espanyol ni subirse al autobús de celebración. El futbolista, a las 20.54, casi tres horas después de que sus compañeros le echaran la llave al campeonato, les felicitó a través de su cuenta de Twitter y justificó su ausencia debido a un «espasmo en la espalda».
Bale, desaparecido
En estos dos últimos meses, Ancelotti ha hecho rotaciones masivas en tres partidos: en el clásico del Bernabéu, en El Sadar y el sábado. En todos estos encuentros, la presencia de Bale, desde el inicio o desde el banquillo estaba casi asegurada, pero casualmente el día antes de cada uno de estos tres partidos se ha ido de Valdebebas con dolores en la espalda que han provocado su ausencia en la convocatoria. Otro detalle feo más de Gareth, que hace tiempo que pasó a ser un futbolista de la selección de Gales que se entrena y le paga -y muy bien- el Real Madrid, pero la entidad blanca ni se inmuta. Hubo una época en la que incluso se pensó en posibles sanciones, pero ahora ya nadie se acuerda de él. Es tan invisible como él mismo ha querido ser.
Lo que no es invisible, sino todo lo contrario, son los retos que aún le quedan al Madrid en las cuatro jornadas de liga que le restan por jugar. Evidentemente, el foco está en la Champions, pero se pase o no a la final, el equipo aún tiene en juego pequeños objetivos en el torneo doméstico. Benzema , con 26 dianas, tiene asegurado el Pichichi (el segundo es Raúl de Tomás, con 15), pero no así Courtois el Zamora. El belga ha encajado 29 goles y Bono, el guardameta del Sevilla, 28. También está en juego ganar la Liga con la mayor diferencia de la historia, récord que posee el Barça de Tito Vilanova de la temporada 2012-2013, cuando dejó al Madrid a 15 puntos, los mismos que ahora tienen de ventaja los blancos. Es caza menor, sin duda, pero en el vestuario tienen claro que no van a regalar ninguno de los cuatro duelos -Atlético, Levante, Cádiz y Betis- que les quedan pendientes. Eso sí, lo que ahora está escrito con letras mayúsculas en las paredes del vestuario es Manchester City y remontada.
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