DESPUÉS DEL... FÚTBOL PLAYA
Ramiro Amarelle: de Balón de Oro a escudero de Quique Setién
El coruñés, el mejor español de todos los tiempos en el balompié sobre arena, acompaña al técnico cántabro con el objetivo de convertirse alguna vez en primer entrenador de fútbol once
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![Ramiro Amarelle junto a Quique Setién en el banquillo del Villarreal. Abajo, en sus tiempos de estrella del fútbol playa con la selección española](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/05/27/amarelle-RJaNZgkLr6LiwUpxC8wB5jK-1200x840@diario_abc.jpg)
En el debate sobre el mejor futbolista español de la historia, son muchos los nombres que salen a la palestra. Pero si la discusión se traslada a la playa, no ha lugar a la controversia. Ramiro Amarelle (Puenteceso, A Coruña, 1977), además de haber sido el mejor jugador nacional de fútbol playa, come en la mesa junto a los más grandes de siempre.
Su carrera en este deporte comenzó de forma circunstancial y después de un duro golpe en forma de despido. Amarelle se inició en el fútbol 11 en las categorías inferiores del Deportivo de la Coruña, con cuyo juvenil se proclamó campeón de España en 1996. Sin embargo, dos semanas después el club coruñés se desprendió de los servicios de la mayoría de la plantilla. Su reacción fue conformar un equipo para un torneo de fútbol playa que se disputaba en Riazor. Y así, casi sin pretenderlo, comenzó una exitosa carrera en la arena.
«En ese momento el fútbol playa estaba empezando. No había nada. Sobre todo lo practicaban exjugadores, entonces era obvio que no iban a seguir jugando 40 años y que tú tenías espacio. Así lo vi yo, como una oportunidad», mantiene Amarelle. Junto a sus amigos, se alzó campeón en la costa coruñesa, ganó el campeonato de España y marcó tres goles en un enfrentamiento de su combinado amateur contra la selección española. Desde entonces, llevó el 10 de la Roja a lo más alto. Cinco Europeos, dos subcampeonatos mundiales, además de los éxitos nacionales con el Milano Beach Soccer y un Mundialito con el Barcelona, y dos Balones de Oro (2003 y 2008) que le encumbran como un futbolista de época.
A pesar del éxito que la aguardaba en la playa, Amarelle tenía claro que no quería depositar en ella todas sus expectativas deportivas. Por ello, tras su abrupta salida del Deportivo también empezó su carrera en los banquillos. «Cuando salí de ahí, dije: 'Esto no puede ser, no es justo'. Creía que algo se había hecho mal y no entendía muchas cosas. Por eso, cuando empecé a jugar al fútbol playa, al mismo tiempo empecé de entrenador de fútbol», recuerda.
Para su recorrido en la banda, Amarelle se encomendó a su amigo Quique Setién, con quien compartió banquillo en Santander y Lugo. Durante las etapas del cántabro en Las Palmas, Betis y Barcelona, estuvo entrenando en China y Dubái, pero se reencontró con él en Villarreal. El exfutbolista coruñés tiene el objetivo de convertirse en primer entrenador, pero nunca antes de que Setién dé un paso al lado. «Hasta que Quique decida dejarlo, le acompañaré donde él quiera porque es una enseñanza y un aprendizaje continuo. Estoy encantado y disfrutando. Ojalá sigamos teniendo trabajo», asegura a la espera de que se les presenten nuevos retos.
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