El lado más desconocido de Carlos Sainz: una tragedia familiar, las mujeres de su vida y sus éxitos en los negocios

David Sánchez de Castro

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19/01/2024 a las 10:24h.

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Carlos Sainz Cenamor, porque desde hace unos años hay que diferenciarle de Carlos Sainz Vázquez de Castro, es posiblemente una de las mayores leyendas de la historia del deporte. En el mundo del motor se le tiene como un tótem, no sólo por lo que ha ganado, con un palmarés coronado por dos Mundiales de rallies y cuatro Dakares, sino por el respeto que infunde que a sus 61 años (cumple 62 en abril) siga siendo no solo competitivo, sino uno de los grandes favoritos.

Pero detrás de la leyenda, hay un hombre de familia, un empresario, un antiguo campeón de otro deporte que no tiene nada que ver con el motor o un intento de dirigente deportivo, cuando formó candidatura junto a Juan Miguel Villar Mir para presidir el Real Madrid de sus amores.

Y es que muchos solo ven en Sainz al 'Matador', al padre del piloto de Ferrari o al mito del deporte sin pelos en la lengua. Pero hay mucho más.

Carlos Sainz comparte con su hijo no solo nombre y pasión por el automovilismo, sino un cariño absoluto hacia las mujeres de la familia.

Siempre en un discreto segundo plano, la esposa del 'Matador', Reyes, y sus hijas, Blanca y Ana, son las que sufren en cada rally y en cada carrera de Fórmula 1. De carácter fuerte (esto es una máxima en toda la familia), Reyes Vázquez de Castro y Carlos Sainz se casaron en 1992, cuando el piloto ya era campeón del mundo, pero se conocieron mucho antes. Cuando ambos eran poco menos que niños.

«Conocí a Reyes a los 18 años, cuando comenzaba a competir, y ella siempre vivió mi pasión por el motor. La primera vez que nos vimos corría con un Seat Panda... Y hasta hoy. Ha vivido toda mi progresión en primera persona, sufriéndola, apoyándome en todo momento. Ha sido una clave de los éxitos que haya podido alcanzar», dijo Sainz en una entrevista.

Blanca, la mayor (y dicen que la más parecida en carácter a su padre) y Ana, la más joven de los tres, están muy unidas. La primera se casó recientemente, concitando en Madrid a buenos amigos, entre los que estaba un excompañero de su hermano Carlos, Lando Norris, con quien hizo muy buenas migas en el tiempo que pasaron juntos ellos en McLaren. Como su madre, ellas se mantienen siempre al margen de los focos.

Aunque la vida de Carlos Sainz ha estado copada por el éxito deportivo y personal, hay un episodio que estuvo muy cerca de dar al traste con todo.

Antonio Sainz Rebollo, padre de Carlos y cónsul honorario de Bolivia, se enfrentó a un juicio tras matar a Samuel Chiabuto, un nigeriano de 27 años que robó el bolso a su esposa. El empresario disparó con la intención de asustarle, pero le dio por la espalda y el ladrón murió. Fue juzgado por ello y condenado a seis meses y un día de prisión (no llegó a ingresar), como culpable de un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte.

Antonio Sainz murió el pasado verano a los 97 años de edad.

Sainz ha tenido un cierto éxito profesional en el ámbito empresarial más allá del deportivo. Además de una empresa en la que gestiona su imagen, Imacar, el 'Matador' montó dos circuitos de karts, en Las Rozas y en la calle Sepúlveda de Madrid. Este último está cerca de pasar a la historia, ya que el centro comercial donde está instalado va a ser vendido en breve.

También se hizo con dos gimnasios Reebok Sports Club, en La Finca (Pozuelo de Alarcón) y en el centro comercial ABC Serrano, en el centro de la capital, y su gestión la lleva a medias con su hermano Antonio, pero en 2022 los traspasó.

La pasión por el deporte de Sainz comenzó mucho antes de empezar con Antonio Boto al lado a competir en los rallies. Y es que, de joven, antes de ser el 'Matador', Carlos Sainz se proclamó campeón de España de squash con solo 16 años, una disciplina similar al más moderno pádel y que actualmente está casi desapareciendo.

Corría el año 1979, cuando ya tenía el veneno del motor empezando a meterse en sus venas. Al año siguiente, en 1980, disputó su primer rally, el Shalymar de Madrid, con un Renault 5 TS Gr.1. Lo demás, y en su caso es especialmente amplia la idea, es historia.