El derbi nunca termina

—Que sí, que tengo más coraje hoy que el día que hago la declaración de la renta, pero que os dimos un baño.

—Baño y masaje. Si darnos un baño es empatar, bañitos para nosotros. Si es que no le ganáis al peor Sevilla que se recuerda, miarma. Mucho rollo con Pellegrini y todas sus películas y me da a mí que ha ganado más derbis Paco Chaparro. O Corbacho.

—Nueve puntos de ventaja. Nueve. Y baño de verdad. Si no fue así, ¿para qué le pegáis esa pitada a la directiva cuando acabó la cosa? ¿Porque estabais muy contentos? ¿Por eso la bronca al palco?

—Lo del palco mejor lo dejamos, porque Mao y esta gente suya no está dando una. ¿Tú te crees que te puedes traer a un entrenador que no ha trabajado nunca en Europa? ¿Pero a quién le ha empatado Alonso?

—A mi Betis, hijo, a mi Betis...

—A tu Betis y a todo Cristo. Sólo sabe empatar.

—Bueno, en casa del Arsenal no fue precisamente un empate lo que sacó tu equipo, no te vayas a confundir. Fue parecido a lo de este domingo, si te digo la verdad. Ni olisteis la pelota. No sé para qué queréis jugar la Champions, querido.

—De momento para trincar todos los años una buena pastora que tu club no huele ni en sus mejores sueños.

—¿Y dónde la mete la directiva? La pastora, digo. Porque en Nervión tienen más pérdidas que en las tuberías de agua de las Tres Mil.

—Pues me quedo con que si no fuera por la Champions, ya estaríamos con la economía del San Roque y jugando los domingos contra el Málaga.

—Málaga es un sitio estupendo donde nació Francisco Alarcón envipí. Anda que es malo.

—No se puede ser ya más pesado que vosotros con Isco. Ya llegará el bajonazo y empezaréis a decir que está lento y gordo.

—Lento y gordo estoy yo, compadre. Que corrí por la mañana la Carrera de Empresas del ABC y vino a recogerme el coche escoba a la altura de Isla Mágica. Así llegué luego a casa para ver el derbi.

—Es que te pones a hacer deportes de riesgo y no hay manera.

—¿Cuál? Ver el derbi, ¿no?

—No, no, eso para vosotros, los sevillistas. Nosotros disfrutamos con este Betis y viendo el canguelo que teníais todos en el campo. Más miedo que yendo a comprar una garrafa de aceite de oliva virgen.

—Te lo vuelvo a decir, no nos ganáis ni ahora. Eso es que no vais a ganarnos nunca, lo tengo claro.

—Ay, si el tiro ese de Ayoze no da en el palo sino que se mete...

—Y si mi abuela tuviera dos ruedas... Venga ya. Fútbol. Vosotros tiráis al palo y nosotros lanzamos ese misil de Rakitic como el del año pasado de Gudelj. Y van dentro, no al palo.

—Y ese cabezazo de Isco en el primer minuto... Ay, si eso lo engancha bien enganchado.

—¿Pues no estabais tan contentos, Manolo?

—A ratos, a ratos.

—Pues como todos.

—Maldito derbi...