San Derbi, que «Gran» ya veremos
Betis y Sevilla llegan con números no equiparables, pero válidos para que la esperanza cambie de color en función de las estadísticas parciales
El calendario de festividades de Sevilla tiene, aparte de las nacionales y las locales, un abundante subgrupos de ellas en función de acontecimientos anclados en la historia, bien por fechas fijas, bien en función de la semana del mes o, como en el fútbol, ... allá donde terceros las fijan tras un sorteo presuntamente puro, pero en realidad amañado para mayor conveniencia de los que hacen su camiseta un sayo allá por julio, que ya son ganas de taparse. En 2024 fue el 6 de octubre y en 2025, el 30 de marzo. San Derbi, más que «Gran», como lo vende el marketing oficial, patrón de los aficionados sevillanos.
Mañana lo veneraremos en la hornacina del Benito Villamarín. Tras un par de semanas envueltas en polémicas, videos virales, postureo político, sevillanía de ocasión, llega la hora que denominan de la verdad, aunque en esta clase de partidos el fútbol suela ser de lo más mentirosillo.
Un Betis en racha demoledora frente a un Sevilla irregular y malamadre, porque despilfarra en casa lo que gana fuera. Si los locales enarbolarán desde la bocana de vestuarios el estandarte de un 15 de 15, que los ha llevado a cazar al Villarreal y postularse para ser Champions Team en la 25-26, los visitantes se presentan con la bandera, no denunciable, de invencibles en sus desplazamientos en lo que va de año. No son números equiparables, pero válidos para que la esperanza cambie de color en función de las estadísticas parciales. Todos somos Tezanos estos días.
Mientras los de Pellegrini contarán con todos sus titulares aptos y un banquillo ampliado en su calidad, los de García Pimienta, contarán con las bajas de Sow y Agoumé. El desarrollo del juego dirá si por fortuna, tal han sido sus guadianescas aportaciones hasta ahora. Si es por centro del campo y ataque, el Betis tiene todas las de ganar; si es por defensa, andan parejos. Y si hablamos a balón parado, los verdiblancos, como locales, sacan petróleo donde los blanquirrojos, de visitantes, se lastran con piedras. Pero por bajo, en juego abierto y contragolpe, los rojos suman 16 tantos como foráneos y los verdes, 11 de anfitriones. Hagan sus apuestas.
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