Menos papel de fumar

Resulta baldío pedir moderación a todos, menos en los tiempos que corren, pero sí censurar el insulto y alentar la guasa (la gracia, para el que la tenga), la ironía e incluso el sarcasmo, consustanciales con la idiosincrasia sevillana. Para ello resulta fundamental no cogérsela con papel de fumar (animo a las féminas a trasladarme su correspondencia de género, que desconozco) y conferirle a las instituciones la responsabilidad de no avivar el fuego o, cuando menos, a poner sobre la olla la cuchara de palo con que nuestras abuelas evitaban que el líquido en ebullición rebasase sus bordes.

No ha sido especialmente relevante la confrontación entre las partes estos días. No fue digna del Falla, desde luego, que Pedrosa recordara no haber perdido ningún derbi y la réplica de Llorente argumentando que a falta de una buena racha tenía que hablar de otra cosa. Adrián aconsejaba a los canteranos del Sevilla que fueran mayorcitos, pero no tanto como Adán y Guardado en su día, supongo. La tradicional aportación de Joaquín Caparrós, al que siempre se le olvida la cuchara, pero no el palo, los días en que le hierve la sangre roja. El amigo bético de Del Nido Benavente, emulando a Carlsen en el ajedrez, invitándolo al partido para dar jaque al hijo.

Lo único que se hizo viral fue el video del abordaje de un aficionado verdiblanco a Monchi, agradeciéndole con sarcasmo la tragantá a Isco y la contestación del de San Fernando, recordándole que tras echarlo conquistó la séptima. Quien no vea guasa, que se lo mire.

Yo me apunto a muchas así en el futuro. Lo que me ahorraré, por un lado y por otro, en papel de fumar.