La última mano de Suso al Sevilla
El gaditano, quien ya perfila su futuro fuera de Nervión, aún puede ayudar en el tramo final de temporada tras pasar inadvertido hasta la fecha
Sow y Gudelj se cuidan para llegar al duelo de Valladolid

A Suso Fernández le quedan cuatro meses mal contados para decirle adiós a cinco años y medio defendiendo la camiseta del Sevilla. Un tiempo que ha dado para mucho en todos los sentidos. Llegó en el inicio de la tercera época dorada ... nervionense, la comandada por Lopetegui en la hierba con Monchi a sus anchas en los despachos, para saborear posteriormente años complejos en Nervión, en lo personal y también en lo colectivo. Pese a todo, el gaditano se marchará del Sánchez-Pizjuán con dos títulos de la Europa League, donde encima colocó su rúbrica. Le hizo un gol al Manchester United en Colonia (2020) en las semifinales, para repetir gesta ante la Juventus en Nervión (2023) con un zurdazo que provocó la llegada a una prórroga en esa misma eliminatoria del torneo, con posterior pase y título en Budapest. No ha podido olvidar esos dos momentos. También ha vivido ese lado oscuro del deportista profesional con un año prácticamente KO por culpa de una lesión en el tobillo que hizo incluso llorar a su entrenador de aquel entonces, Julen Lopetegui.
Ese tiempo ya es pasado. En el presente, en la actual temporada y con su entrenador de hoy en el Sevilla, Xavi García Pimienta, está viviendo unos meses extraños, en el ostracismo, como si se hubiesen olvidado de él. Ya le pasó en el final de curso pasado. Y el mercado de fichajes ha tenido mucho que ver. En tiempos de la denominada economía guerra, es decir, de subsistencia para el Sevilla, el salario del número 10, más la amortización pendiente, hacían complicada su permanencia en el club en un año sin competiciones europeas. De hecho, la idea siempre fue la de darle salida en el mercado estival, con sólo un año más de contrato por delante.
Era el momento de sacarle un mínimo rendimiento o quitarse ese gasto cuando se barruntaba lo que podía ocurrir. Suso, por contra a lo que hicieron jugadores veteranos y con un amplio currículum como Fernando o Rakitic, eligió quedarse para intentar ayudar en esta transición que trata de afrontar el Sevilla, con una enorme bajada presupuestaria y con menos jugadores experimentados y de renombre. La idea del entrenador fue la de darle su sitio a un futbolista que reúne las cualidades que más aprecia: la calidad técnica y el jugar al fútbol como si el balón nunca quemase. Sin embargo, entre lesiones y necesidades del guion en su demarcación, con más fuerza que calidad, Suso se ha ido cayendo de los planes de un Pimienta que, de la mano del club, le han ido mostrando siempre que han podido la puerta de salida. Con insistencia.
Tampoco Suso ha puesto demasiado de su parte. Ha entendido cuál era el plan del Sevilla y se ha limitado a cumplir el expediente. Ha estado a disposición cuando su cuerpo no ha emitido ninguna alarma, como también se ha resguardado cuando veía que podía perjudicarle. Un poco en el sentido de decir: 'aquí estoy, pero que no se me vea mucho'. Por esto mismo también ha ido perdiendo la confianza del técnico catalán, quien sabe que no puede regalar minutos dentro de su plantilla a jugadores con poco compromiso en la hierba. Si otros con más presencia en el equipo titular también toman ese camino, la circunstancia se convertiría en peligrosa. Entre el aceptado modo suplente de Suso y la creencia por parte del entrenador de que el problema se solucionaría en enero, nadie le ha puesto remedio y ahora el zurdo está fuera de forma.
Las necesidades del equipo
Pimienta le dio un puñado de minutos contra el Barcelona, justo cuando el equipo necesitaba una reacción que no llegaría. Ahí ya conocía la sanción de Saúl para el encuentro contra el Valladolid. La baja del 17 es otro roto dentro de un conjunto cogido con alfileres. De sus presuntos titulares en la medular, el entrenador sólo cuenta con un Sow tocado. Sus ayudantes deberán salir en la parte defensiva de Gudelj o Agoumé, con Manu Bueno y el propio Suso pugnando por llevar la manija de un encuentro que será jugado a cara de perro por los locales.
El Sevilla se juega mucho en Pucela y necesita de sus mejores hombres. No sólo en el plano físico, sino en el mental. Pimienta trata de recuperar cuanto antes a la figura de un Suso que debe entender que no ha salido del club por iniciativa propia y ahora su equipo necesita que le devuelva ese favor de no presionar más los días finales. Que saque a relucir esa clase que aún atesora y colabore ofreciendo ese punto de calidad que resulta indispensable para salir de los problemas. El gaditano, quien incluso lució el brazalete de capitán contra el Barcelona, ha cogido el guante. O eso esperan. No quiere dejar un mal sabor en un equipo y una ciudad donde puede pasar buena parte de su vida. Y que, igualmente, han formado parte destacada de su trayectoria profesional.
Sabe que la banda derecha tiene dueño y que, a estas alturas de curso, ya no va a encontrar el punto de forma óptimo para ayudar desde el costado. Menos con Lukebakio siendo tan decisivo. Como con Mendilibar o Quique, le tocará ver el fútbol desde la parcela central del campo. Desatascando esa salida de balón que tanto le cuesta desarrollar a los sevillistas. Por todo ello, su colaboración será desde esa demarcación de faro ofensivo. El jugador que puede poner pausa y acelerar cuando la jugada así lo requiera. Recuperar un nivel que ya parece perdido y que tanto puede ayudar al Sevilla en un tramo final de Liga donde sus objetivos no llegan a estar del todo claros. Una última ayuda para brindar por ese adiós esperado y que al menos sea con una sonrisa.
Mientras tanto, el entorno del extremo andaluz le sigue buscando destino. Estuvo muy cerca de marcharse al Valencia. El problema se centró en que el Sevilla no pensaba pagar un duro más de su contrato si debilitaba nuevamente a su plantilla. De hecho, se le dijo a Pimienta que no solicitase fichajes mientras había recursos que tampoco utilizaba. Con la opción de jugar en Mestalla truncada, Suso puede cumplir el sueño de jugar en el Cádiz. Ya se verá por cuánto tiempo. Es una opción que le apetece mucho, antes de firmar un último contrato repleto de millones para él.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete