Real Madrid-Sevilla FC (3-2): La acarició, la mereció y la perdió
Buena imagen de los de Sampaoli, que llegaron a tener sobre las cuerdas a su rival
![Real Madrid-Sevilla FC (3-2): La acarició, la mereció y la perdió](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/deportes/orgullodenervion/2016/08/54224585.jpg)
![Konoplyanka lanza el penalti del 2-1 ante el Real Madrid en Trondheim (foto: AFP)](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/deportes/orgullodenervion/2016/08/54224585.jpg)
El Sevilla FC acarició la Supercopa de Europa, la mereció por su vistoso y atrevido juego desplegado en la segunda parte, acorralando al Real Madrid, remontándole el partido, pero terminó regalando el título por dos fallos defensivos que condenaron a los de Sampaoli: uno, el gol de Sergio Ramos libre de marca que llevó el encuentro a la prórroga en el último suspiro; y otro, en la última jugada del choque abriéndole un pasillo enorme a Carvajal, previa perdida absurda de Konoplyanka, para que el defensa se colara hasta la cocina y le diera la Supercopa al Madrid. Pese a todo, la imagen y las sensaciones que ha transmitido el equipo de Sampaoli son esperanzadoras. Hay que darle tiempo a su osada idea. Todo hace indicar que merecerá la pena.
Jorge Sampaoli dispuso de salida un equipo muy ofensivo, utilizando tres centrales y acumulando un gran número de efectivos de medio campo hacia arriba. Llamó especialmente la atención la titularidad de Kiyotake, que sólo había tenido minutos en el último amistoso disputado en Granada debido a su lesión. Sampaoli, además, dejó en el banquillo a hombres que completaron una buena pretemporada, caso de Sarabia, Kranevitter, Escudero o Konoplyanka; y decidió tirar de la ‘vieja’ guardia alineando a los Pareja, Carriço, Iborra y Vitolo. De los nueve fichajes, sólo tres fueron titulares en Trondheim: Vietto, Franco Vázquez y el mencionado Kiyotake. En el Madrid, finalmente, ni Modric, ni James, ni Benzema formaron parte del equipo inicial blanco, que ya contaba con las bajas sensibles de Cristiano, Bale, Keylor Navas, Pepe y Kroos.
El Sevilla buscó presionar a su oponente desde el mismo saque inicial. Pero una cosa es la pizarra y otra, la ejecución de la idea en el césped. Poco tardó el Madrid en coger la pelota y asumir el protagonismo para salir al ataque. A los de Sampaoli les costaba un mundo salir y el portero, Sergio Rico, acusó alguna que otra imprecisión con los pies a la hora de iniciar el juego en corto. El primer aviso blanco llegó con un balón de Isco desde la esquina que encontró la cabeza de Sergio Ramos. El sevillano la puso en el corazón del área y el despeje forzado de Mariano se fue arriba, aunque casi sorprende a Rico. Susto. Siguió apretando el Madrid y poniendo a prueba a Rico. Asensio, el mejor hombre sobre el césped en la primera mitad, probó suerte con un disparo lejano que detuvo el meta nervionense por bajo. Otra gran jugada de Asensio por la izquierda casi es rematada con todo a favor por Lucas Vázquez, quien no llegó por centímetros al balón de su compañero.
Se mascaba el gol madridista. Mientras, entre Casemiro y Kovacic se ‘comían’ solos al poblado centro del campo sevillista, huérfano de ideas en la salida y en la generación ofensiva. Vietto era una isla perdida. Así hasta que en el minuto 20 llegó lo que se veía venir. Marco Asensio recogió un balón perdido en la frontal del área, se lo ubicó en la zurda y, con una calidad tremenda, puso la pelota en la misma escuadra de Rico, quien solo pudo mirar. Imparable.
Paradójicamente el mazazo no hizo sino espabilar a un Sevilla que hasta ese momento había estado absolutamente perdido. El equipo de Sampaoli consiguió reaccionar a la media hora de partido con su primer disparo a puerta. Carriço, desde fuera del área, casi sorprende a Casilla. La ocasión espoleó a los sevillistas, que se fueron arriba. El Madrid retrocedió metros y el Sevilla encontró su premio en el 41. ‘El Mudo’ Vázquez dejó impronta de su clase con una maniobra de quilates. Controló un balón con el pecho en la frontal y golpeó de primeras con la zurda entre una maraña de jugadores para batir a Kiko Casilla por el segundo palo. Golazo. Mejoró el Sevilla en el tramo final de la primera parte. Las opciones estaban intactas.
Quizá echó de menos el equipo el equilibrio que aporta Kranevitter por delante de la defensa. Vázquez y el japonés Kiyotake fueron los mejores de un descafeinado pero competente Sevilla en los primeros 45 minutos. En la reanudación, salvo un par de acciones de Lucas Vázquez e Isco, fue el Sevilla el que salió más entonado. El manual de Sampaoli, esta vez, fue más reconocible con el paso de los minutos. Poco a poco, los nervionenses fueron empujando al Real Madrid hacia su campo, hasta que la mayor parte del juego comenzó a desarrollarse justo donde quería el entrenador argentino del Sevilla. El equipo de Zidane perdió el mando y entregó el balón. Mariano avisó con disparo lejano que no encontró la portería de Casilla. Y en el 70 llegó la jugada clave. Vitolo se coló por el vértice del área, dribló a Sergio Ramos y el defensa camero no tuvo más remedio que sacar la pierna para trabar al canario. Penalti. No lo dudó Mazic. Konoplyanka, que había salido minutos antes por Vietto, ejecutó la pena máxima con sublime maestría engañando a Casilla. Balón a un palo, portero al otro. El plan parecía ejecutado. El Sevilla sólo tenía que aguantar para llevarse la Supercopa. Jugó el tramó final imponiendo criterio, orden y sacrificio. Con algún paradón de Rico también. Sin embargo, en la última jugada del partido llegó el mazazo. Lucas Vázquez se sacó un centro perfecto desde la derecha y, quién si no, Sergio Ramos remachó la bola al fondo de las mallas de un testarazo. El capitán madridista estaba libre de marca, totalmente solo. Tremendo error de la estructura defensiva del Sevilla.
El equipo de Sampaoli había sido mucho mejor que su rival en la segunda parte. Acorraló al Madrid, pero cuando ya tenía el título en el bolsillo el partido se fue a la prórroga en el último suspiro. El golpe fue duro y los sevillistas salieron bastantes tocados en el tiempo suplementario. Primero estuvo a punto de marcar Benzema y luego Kolodziejczak vio su segunda cartulina amarilla por un pisotón a Lucas Vázquez. Con uno menos, la Supercopa se le ponía muy cuesta arriba al Sevilla. Antes de la segunda parte de la prórroga, el colegiado le anuló un gol a Sergio Ramos que el camero protestó airadamente. Se salvó el Sevilla. Había que apelar casi a un milagro en el último cuarto de hora. Tocaba defender con uñas y dientes para alcanzar los penaltis. Rico evitó el gol de James tras un gran pase de Benzema y luego emergió al figura del omnipresente Vitolo para salvar a su equipo en la misma línea de gol sacando el remate de Lucas Vázquez con el portero del Sevilla ya batido. Todavía el propio Sergio Rico tuvo que emplearse a fondo para detener una gran volea de James desde la frontal... y cuando todo apuntaba a los penaltis, jarro de agua fría. Congelada. Carvajal agarró el balón en el centro del campo aprovechando una pueril pérdida de Konoplyanka, completó un eslalon épico y se coló en el área de Rico batiendo al portero sevillista de un derechazo... el sueño estuvo cerca, pero se esfumó.
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