Osasuna - Sevilla: Del Cerro no fue a la última clase (2-1)
El árbitro obvió las recomendaciones de Medina Cantalejo y decidió el duelo con un «penaltito»; el Sevilla, con mucho que mejorar
![Los jugadores del Sevilla protestan la decisión del colegiado tras pitar penalti al Papu](https://s3.abcstatics.com/abc/sevilla/media/orgullodenervion/2022/08/14/s/sevilla-osasuna-del-cerro-khfF-U73158432857fGa-1248x698@abc.jpg)
A veces me pregunto si la polémica arbitral es sólo afín a LaLiga. ¿En la Premier pasan estas cosas? Me cuesta creerlo. Un rato después de acabar el partido, y tras ver repetida la acción de marras más de diez veces, me resulta complicado entender ... algo. ¿De verdad alguien puede creer que lo del Papu Gómez (posiblemente uno de los jugadores más bajos que juegan en Europa) fue penalti tras tocar con un brazo a un contrario? Pero cómo es posible que el presidente del Comité Técnico de Árbitros, Luis Medina Cantalejo, comentara esta semana que no se iban a pitar 'penaltitos'. Dijo más, incluso: «Cuando se señala un 'penaltito' es un error y estamos tratando de erradicarlo». Ahora, y tras lo visto anoche, cuesta entender algo. O Del Cerro Grande no fue a la reunión del Comité en la que se habló de los 'penaltitos' o aquí alguien se está riendo de alguien. Hasta los jugadores del Osasuna, acostumbrados a apretar, dieron la sensación de no saber qué estaba pasando.
Corría el minuto 72, y mientras los dos equipos bregaban, el colegiado madrileño lo rompió todo para parar el partido y pitar una pena máxima en contra del Sevilla y ante la incomprensión del Papu y de todos los que estaban cerca. Hasta Fernando, comedido habitualmente, se desarticuló. El encuentro se rompió a partir de ahí, y Osasuna aprovecharía para volver a ponerse por delante en el marcador, en esta ocasión con el tanto de Oroz de penalti. Parecía que el Sevilla, con algunas complicaciones, había llevado el partido a donde quería, justo a la espera de que Osasuna, que se había pegado casi una hora corriendo y presionando como si no hubiera un mañana, pagara el esfuerzo y se echara atrás. Pero resultó todo lo contrario con la decisión de Del Cerro Grande.
El Sevilla se ahogó y Osasuna ya no paró de creer en el triunfo. El equipo rojillo, con un alarde de un estado físico realmente impresionante, puso a todos sus hombres a correr de un lado a otro desde el principio. El Sadar, por muy nuevo que sea, siempre sabe a fútbol. Y a presión de la buena, de las que a cualquier jugador competitivo y rival le puede gustar para crecerse. Un poco de eso sucedió en el inicio. Tras avisar Osasuna en un minuto loco, y con el gol de Chimy Ávila de cabeza tras aprovechar un buen centro de Peña, el Sevilla se despertó de lo que parecía una pesadilla. El tanto del eléctrico Chimy llegó en el minuto 9, pero antes pudo haber llegado otro si no llega a ser por el control del área pequeña que ejerció Bono. Al Sevilla le costaba dar tres pases seguidos, y el recuerdo de la pareja Kounde-Diego Carlos merodeaba por la cabeza de cualquier aficionado. Pintaba mal, sí, muy mal.
Hasta que llegó el Papu, y como si de un maestro se tratara, pidiera la tiza para escribir en la pizarra: «Vamos a por el rival». Así fue, por momentos. el argentino se erigió en el líder necesario para tratar de llegar a la meta de Sergio Herrera. En una jugada que comenzó Acuña, y apenas dos minutos después del tanto de Osasuna, llegaría el tanto del empate tras una grandísima asistencia del Papu a Rafa Mir. Los tres estuvieron geniales. En una acción de apenas unos cuatro segundos, el Sevilla lograba poner el 1-1 en el marcador con un Rafa Mir muy inteligente y vivo. El murciano se adelantó a su defensor y tocó el balón lo justo para marcar. A partir de ahí se vio (hasta que Del Cerro dejó) un partido frenético, de los que gustan mucho a cualquiera que no sea aficionado del Sevilla y Osasuna . Con ocasiones muy claras para los dos equipos, con un juego rápido e impropio de agosto, los de Lopetegui y Arrasate brindaron al espectador un encuentro animado... y con errores, sobre todo, en clave sevillista.
El 'penaltito' no puede esconder lo que hay que mejorar, y seguro que Lopetegui, que ayer se despachó lo que pudo en rueda de prensa, tendrá ya hoy un análisis claro de la necesidad de buscar el equilibrio atrás. En cualquier equipo, la consistencia es importante; en un equipo de Lopetegui, innegociable. Sólo hay que recordar, aunque a veces es fácil olvidar, que el Sevilla fue el equipo que menos goles recibió en la pasada temporada. En esta, sin embargo, ya lleva dos, demasiados para un equipo que debe construirse para optar a las plazas que dan acceso a jugar la Liga de Campeones 2023-24. Aunque queda un mundo, 37 partidos, el Sevilla salió escocido de Pamplona por caer como más duele, con un rival que te mordió la oreja por momentos, y con un colegiado, Del Cerro Grande, que a buen seguro que hoy estará pensando en lo que hizo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete