Juanlu Sánchez: «Si hay un equipo preparado para eliminar al United es el Sevilla»

Europa, Sevilla y Old Trafford. La memoria escoge el camino más corto para heriros, como decía el poeta Rafael Montesinos.

Sobre todo porque vuelve una de esas noches europeas en el Ramón Sánchez-Pizjuán que a todos nos gustan. Guardamos muy buenos recuerdos de ese último cruce en la Europa League.

Usted no viajó a ese partido, pero sí a Colonia. Pura historia sevillista.

Eso es. Lo viví en la grada. Estaba en la expedición como uno más.

Old Trafford debe imponer, pero no acoge los seis trofeos que sí almacena Nervión.

Que la vuelta sea en casa del Sevilla es un punto a favor porque todos sabemos cómo se comporta el campo del Sevilla en una de esas noches.

¿Y si después de tanto dolor este grupo es capaz de dar una gran alegría?

Esta competición para el Sevilla siempre ha sido algo mágico. Por más que no vayan bien las cosas en competiciones nacionales, sigue siendo una competición especial.

¿Qué recuerdos tiene de aquella final ante el Inter de Milán?

Llevaba el dorsal 43, y fue el mejor día de mi vida. Creo que no lo voy a olvidar nunca, porque levantar esa copa con el Sevilla fue algo muy especial.

Lo cierto es que todo ha cambiado mucho desde el pase con el Fenerbahçe.

Se consiguió lo importante, que era pasar. Sabíamos que iba a ser un partido muy difícil, porque allí la gente aprieta mucho. Pero se pudo.

¿Puede ser la competición, su competición, el mejor refugio para tanta tempestad?

Cuando más parece que está contra las cuerdas, el Sevilla saca las cosas adelante en la Europa League. Sea como sea el partido, al final siempre lo saca adelante. Es el equipo más grande de la competición.

¿Hay posibilidades de alzarse con la séptima?

Si hay un equipo que está preparado para eliminar al Manchester creo que es el Sevilla. Esta es la competición del Sevilla y el United habrá pensado que somos un rival duro, como nosotros de ellos.

¿Quién debe tenerle más miedo a quién, visto lo visto?

Más que miedo, el Sevilla ha sido un equipo valiente que ha salido victorioso de la última eliminatoria. Está más que capacitado para plantarle cara.

Mucha está plantando usted en Miranda de Ebro, por cierto. Lo juega todo.

Estoy intentando mejorar en el Mirandés para que en verano Mendilibar tome la decisión que tenga que tomar conmigo.

¿Cuál es la clave para adaptarse tan rápido al fútbol norteño?

Aquí se come muy bien, hay muy buena carne. Pero me dan mucho cariño la gente y el club. Ha sido muy fácil adaptarse también en el vestuario, que es muy joven. Hay un tratamiento muy cercano.

El objetivo es la permanencia, claro. Pero son un grupo joven en una aguerrida Segunda división.

Nos entendemos muy bien dentro del vestuario porque tenemos los mismos gustos. El objetivo que tenemos es salvarnos, y trabajamos cada día.

Está redescubriendo su faceta goleadora pese a ejercer de lateral, con dos tantos.

Desde chico tenía la ilusión de marcar mi primer gol como profesional, y cuando lo hice ni me lo creía, y ahora con el segundo, que fue en El Molinón, mucho más. La confianza del míster también ayuda. Él habló conmigo antes de llegar. Y rindo gracias a eso.

¿Le ayuda que su técnico le permita prodigarse en ataque?

Me da mucha más libertad, claro. Me encuentro muy cómodo.

Los sevillistas que siguen la cantera le han visto hasta de central. Le hubiera venido de perlas a Sampaoli...

Y si el míster del Sevilla necesita que me ponga los guantes, yo me los pongo (risas).

Sentirá y mucho el cariño de los sevillistas desde lejos.

A la gente le gusta mucho la cantera, y es bonito como canterano tener el cariño de mi gente.

Menos cariño desprenderá con el bético Raúl García de Haro. Sí mucha guasa.

Siempre le desearé lo mejor porque es un crack. Los dos tenemos el objetivo de crecer, ayudar al Mirandés y volver a Sevilla.

¿Es Bryan Gil el gran espejo de quienes os curtís como sevillistas?

Es el canterano prototipo. Dio rendimiento en el primer equipo y ahora ha vuelto y está en la selección.

¿Sueña con ser el siguiente?

Sí, echo de menos mi casa. Estoy lejos de mi familia, pero en Miranda de Ebro se están portando bien conmigo.