Sevilla FC
Sergio Ramos, fin a otro ciclo efímero en Nervión
Su segunda etapa se queda en 37 partidos tras los 50 de la primera: «Ni vine por dinero ni me voy por dinero»
Rechazó renovar al alza y ahora decide entre Estados Unidos y Arabia: «El que dude de mi sevillismo está perdido»
Así fue la despedida de Sergio Ramos
![Sergio Ramos, en la sala de prensa del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/06/19/ramos-escudo-RFCoN3fuJYAGZvUsEypEAhI-1200x840@diario_abc.jpeg)
La segunda etapa de Sergio Ramos en el Sevilla FC ha sido más efímera incluso que la primera. Si antes de partir al Real Madrid allá por 2005 defendió la elástica del primer equipo de Nervión en 50 ocasiones, esta vez lo ha ... hecho en 37 partidos. Ramos no quedará en la historia del club blanquirrojo como un símbolo, ni como capitán y canterano que levantó títulos o batió récords de encuentros disputados. Nada de eso. Pero en su hoja de servicios siempre aparecerá un rendimiento notable y la defensa del escudo hasta la última gota de sudor en cada uno de esos 87 partidos. Si en su primer periodo ofreció ya dichos atributos con una juventud exultante, dejando además en la caja del Sevilla FC la portentosa cifra de 27 millones de euros con su venta al Madrid, en la campaña de su vuelta al Sánchez-Pizjuán, la 2023-2024, ha cumplido con creces su promesa de dejarse la piel por la camiseta y erigirse en el líder del equipo. No vino a darse un capricho ni por mero gusto personal. A sus 38 años, Ramos fue el segundo jugador que más minutos disputó en la temporada (3.301), sólo superado por Lucas Ocampos (3.621), y su incidencia en el equipo, particularmente desde la llegada de Quique Sánchez Flores, resultó crucial para evitar la hecatombe deportiva del descenso a Segunda división.
Ramos no continúa. Así lo han decidido el camero y el club. El defensa internacional se despidió ayer en la sala de prensa del estadio sevillista emocionado, acompañado por su familia, pero sobre todo muy agradecido a la institución por permitirle cumplir el reto y el sueño de volver a la casa en la que se crio. Todos contentos. O, mejor dicho, casi todos, ya que entre la afición sigue y seguirá existiendo un sector cargado de argumentos que nunca le perdonará sus feos gestos y provocaciones cuando le tocó visitar Nervión con la camiseta del Real Madrid. A todos ellos les sobró el acto de ayer. A otros muchos, no. Sergio despierta adeptos y detractores. En su adiós rogó que nadie dude de su sevillismo. «Nunca». El tiempo dirá si su salida termina convirtiéndose en un problema para el Sevilla o si por el contrario resulta intrascendente.
En su comparecencia, Sergio Ramos no quiso entrar a valorar la oferta económica que el Sevilla le puso por delante para renovar y que mejoraba de forma considerable el millón de euros neto que ha ganado en el club hispalense en el último curso. La propuesta sevillista casi duplicaba esa cantidad. «No renuevo en el Sevilla por una cuestión personal y familiar. Agradezco los intentos del club en el que me formé, pero vine hace un año para cerrar una herida con la afición con mi rendimiento y para saldar una deuda con mis abuelos, mi padre, Antonio Puerta y José Antonio Reyes. Esa deuda ha sido saldada y se trata de una etapa cerrada. Ni vine por dinero ni me voy por dinero. Agradezco al Sevilla su interés, pero la etapa está concluida. He ayudado en el vestuario para que aparezca un nuevo liderazgo en el Sevilla, que está atravesando una situación difícil», sentenció Ramos.
«La herida quedó cerrada. No puedo gustar a todo el mundo. El que dude de mi sevillismo con el rendimiento que he dado en este año es que está perdido», insistió el camero, que apareció ante los medios de comunicación con dos números tatuados en su cabeza, el 93 y el 15. El primero es el minuto en el que le marcó el famoso gol de cabeza al Atlético de Madrid en la final de la Champions celebrada en Lisboa. El segundo, el número con el que fue campeón del mundo y de Europa con la selección española. La leyenda del fútbol patrio deja el vestuario del Sevilla en manos de su amigo y también canterano Jesús Navas, además de otros dos pesos pesados a los que citó específicamente en su discurso de despedida: «Jesús va a seguir y otros jugadores como Lucas Ocampos y Nemanja Gudelj deben dar un paso adelante para liderar el vestuario. Otros llegarán y eso es ley de vida. No sé qué pasará, pero hay en el vestuario jugadores con conocimiento de sobra para dar un paso al frente en esta transformación del club. Nada es eterno», reflexionó el central.
Pero Ramos no cuelga las botas. Ni mucho menos. Se dispone a iniciar una nueva etapa con 38 años. Su carrera parece no tener fin. «Para nada pienso en la retirada. Estoy fuerte en lo físico. Hay varias propuestas encima de la mesa, pero no me he sentado todavía a valorarlas. Es un tema en el que también influye la familia», comentó Sergio al respecto. Su futuro está entre Arabia Saudí y Estados Unidos. El Inter de Miami de Messi lo quiere, como también la nueva franquicia de San Diego. «Estados Unidos es un sitio muy conmovedor de cara al futuro, pero a día de hoy no hay absolutamente nada», apostilla Ramos, al que la tentación árabe también le hace dudar. Allí le quieren a su lado, sin ir más lejos, viejos conocidos como Cristiano Ronaldo y Fernando Hierro. Éste último acaba de convertirse en el director deportivo del Al Nassr.
«Un hasta luego»
Para finalizar, Ramos dejó abierta la puerta a un tercer ciclo en Nervión, posiblemente cuando cuelgue ya las botas y en la función que se le requiera. «Es una etapa que se cierra de manera maravillosa y estoy agradecido a todos por formar parte de ella. El sevillismo no se negocia, se lleva en vena desde que se nace. Podéis contar conmigo para lo que necesitéis, es un hasta luego».
Por su parte, el presidente, José María del Nido Carrasco, acompañó a Ramos en su despedida y se deshizo en elogios hacia el camero: «Gracias por tu profesionalidad, por tus 37 partidos, por tu liderazgo, por tirar del carro en un año tan duro, por tu valentía. Gracias por renunciar a un contrato que multiplicaba por mucho lo que has cobrado en el Sevilla, gracias por pedir el brazalete de capitán cuando venían mal dadas. Gracias por esperarnos hasta el día después del cierre del mercado, con el riesgo de quedarte sin equipo… tienes las puertas abiertas para volver».
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