LaLiga
Identidad, presión alta y juego en bloque, los brotes verdes del Sevilla FC
Los de Pimienta realizaron ante el Villarreal un gran trabajo colectivo y, por detalles, no se llevaron la victoria
El equipo presiona alto y atosiga al rival, la falta de precisión y Diego Conde evitaron ampliar la renta
García Pimienta: «Tenemos que ser mucho más contundentes defensivamente»
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Nunca es plato de gusto perder en tu casa. Menos aún, si estás presentando un nuevo proyecto sobre el que recaen multitud de dudas. El Sevilla FC de Xavi García Pimienta se estrenó en Gran Canaria con falta de efectivos y un juego ... más descontrolado al no tener disponible un centro del campo con presencia. Este panorama varió sensiblemente el pasado viernes en el Ramón Sánchez-Pizjuán. La inclusión de Saúl Ñíguez en el eje del equipo dotó al grupo de mucho más control del juego. Ante el Villarreal, los errores defensivos empañaron un buen partido de los de Pimienta, que le ha devuelto al Sevilla FC cierta alma y una identidad que, bien desarrollada, puede ofrecer participaciones muy interesantes.
Eso sí, hay que tener siempre presente que este proyecto acaba de echar a andar. Los nervionenses han encadenado dos años buscando resultados rápidos para escurrir el bulto de una plantilla en decadencia. Tras una buena limpia en todas las líneas, el Sevilla ha apostado por un entrenador con un estilo de juego muy concreto. Aun así, la propuesta de Pimienta en el Sevilla tiene más mordiente que la que tenía en Las Palmas. El técnico aprovecha la verticalidad que tienen sus jugadores para desarrollar un juego más directo. Al no contar con centrocampistas de toque, el juego se desarrolla más por los extremos, sacando así jugo a sus atacantes rápidos y poderosos. Y esto en Nervión gusta.
Liderazgo
Ante los de Marcelino, el Sevilla FC atosigó durante gran parte del encuentro al rival. El gol inicial no hundió el ánimo de un grupo que quería mostrar su carta de presentación a su grada. Conforme evolucionaba el partido, más cómodo empezó a sentirse el equipo, siempre bajo la batuta de Saúl Ñíguez, que ya se ha ganado la admiración del sevillismo. No en vano, el jugador respondió con creces a toda la expectación que había en torno a él. No es para menos, el Sevilla FC de ahora no es la reina del baile y, aun así, el ilicitano lo eligió por encima de otros candidatos más atractivos.
Durante los noventa minutos del pasado viernes, el centrocampista dio la cara y se erigió líder. Lo mismo se colocaba de pivote junto a Agoumé para tapar espacios en las contras, que buscaba salir con el balón controlado para asistir al ataque. Aún es pronto para hacer una evaluación individual justa, pero la actitud y la aptitud del colchonero son una bocanada de aire fresco para el equipo.
Presión alta
Además de esta piedra angular, el Sevilla ha ganado chispa en el ataque. Se echará de menos a En-Nesyri, puesto que un delantero de 20 goles por año no es moco de pavo. No obstante, la presión alegre y atrevida de los blanquirrojos en área rival, con un poco más de afinamiento, puede ser un arma letal. Pedrosa, Ocampos, Lukebakio, Isaac, Ejuke y, ahora, también Juanlu. Un potencial ofensivo que debe seguir desarrollándose, elementos no le faltan. De hecho, es la zona mejor reforzada. El 'problema' que mostró el conjunto blanquirrojo arriba es la falta de finalización, nada que no pueda mejorar.
La grada se quedó ganas de ver más a Ejuke. El extremo debutó ante el Villarreal y jugó un total de veinte minutos. Suficientes para que dejara con ganas de ver más. Lo intentó por activa y por pasiva, serpenteando entre los rivales y colgando centros. El nigeriano se cuela y mete en apuros a la defensa rival. Algo que ya hizo en pretemporada. En su debut en LaLiga, tocó el balón 23 veces en 20 minutos, ganó seis de ocho duelos por el suelo y el 100% de los lances aéreos. Pimienta aún no lo ve como titular, pero sin duda es un revulsivo muy interesante.
Errores groseros
Los brotes verdes enumerados, sin embargo, no fueron suficiente para registrar la primera victoria de la temporada. El Sevilla hizo méritos para llevarse los tres puntos, pero hay una realidad innegable: la defensa está a años luz del resto del equipo. José Ángel Carmona no es Jesús Navas, Kike Salas no es Diego Carlos y Badé, cuando no está bien respaldado, no es el mismo que se alzó subcampeón olímpico. Bien es cierto, que ante los amarillos, es el bloque al completo es el que falla. Pimienta debe machacar ahí, puesto que el problema no es exclusivo de nombres propios, sino de un desajuste completo a la hora de replegarse y tapar espacios.
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